El “Ñeñe” Hernández que conocían las autoridades

Detrás de la imagen de ganadero respetable, que aparecía en fotos con el presidente Duque y el senador Uribe, José Guillermo Hernández habría escondido sus nexos con “Marquitos” Figueroa.

Redacción Judicial
08 de marzo de 2020 - 02:16 a. m.
 José Guillermo “Ñeñe” Hernández fue asesinado el 2 de mayo de 2019.  / Archivo particular
José Guillermo “Ñeñe” Hernández fue asesinado el 2 de mayo de 2019. / Archivo particular

El nombre de José Guillermo Hernández, conocido como el Ñeñe, hoy está en boca de todos. Una conversación telefónica suya de junio de 2018, en la que habla de buscar plata para pasar “bajo la mesa” y “soltarla” en los departamentos, tiene a la prensa buscando información y a las autoridades tomando decisiones. Unos y otros tratan de determinar si detrás de las palabras del Ñeñe Hernández se puede comprobar que hubo delitos electorales y si esos hechos tienen relación con la campaña del actual jefe de Estado, pues la conversación se dio días antes de la segunda vuelta presidencial.

Hernández fue asesinado el 2 de mayo de 2019 en Uberaba (Brasil), después de salir de una subasta ganadera. Sin embargo, el esposo de la exreina de belleza María Mónica Urbina, cuyas andanzas ahora causan revuelo nacional, no era ningún desconocido para las autoridades. Casi un año después del homicidio del joven Óscar Rodríguez Pomar, cometido en Barranquilla el 18 de agosto de 2011, su identidad fue referenciada en el expediente del crimen. Un testigo les contó a las autoridades que el Ñeñe Hernández tenía una enorme deuda con Carlos Rodríguez Gómez, padre de la víctima. ("Hay que buscar una plata para pasar bajo la mesa": la llamada del "Ñeñe" Hernández)

En su declaración bajo juramento manifestó que un día de 2010 Hernández llegó a la oficina de Rodríguez Gómez “en forma agresiva, golpeando fuertemente la puerta de entrada del negocio”, en compañía de hombres armados. Se trataba de un dato esencial, pues establecía una conexión entre el ganadero y el prestamista que no se conocía. Ese testigo dio un segundo nombre clave para la investigación: el de Ómar Vanegas, un exalcalde de Tenerife que fue capturado en junio de 2013 y extraditado a Estados Unidos por narcotráfico. Vanegas también le debía dinero a Rodríguez Gómez.

Pasaron seis años para que los investigadores consiguieran pistas contundentes. El 6 de junio de 2018, 11 días antes de que el candidato Iván Duque ganara la Presidencia, un testigo protegido declaró que el Ñeñe Hernández hizo una especie de colecta con el exalcalde Vanegas, conocido como Roco, y un venezolano llamado Edmundo González, alias Peco, para asesinar a Carlos Rodríguez Gómez. De esa forma, se supone, evitarían el pago de una deuda que sobrepasaba los $1.000 millones. Pero cometieron un error y el sicario, al que le habrían pagado $200 millones, mató al hijo del prestamista.

A través del mismo testigo, la Fiscalía llegó a otro dato fundamental: la relación del Ñeñe Hernández con Marquitos Figueroa, el hombre más temido de La Guajira. Este hombre, hoy detenido en la cárcel de máxima seguridad La Picaleña (Ibagué) y conocido también como El perrero de los malcriados, el Invisible o Tío Oca, según las autoridades también resultó involucrado en el asesinato de Óscar Rodríguez y por eso fue llamado a juicio. El testigo aseguró que el Ñeñe Hernández, Peco y Roco le dieron a Marquitos Figueroa el dinero para que este enviara a sus sicarios. (“Ñeñe Hernández” y “Marquitos Figueroa”, las pruebas de su cercanía)

Ese testigo, que fue parte de la banda criminal de Marquitos Figueroa, contó que algunas veces vio al Ñeñe Hernández “de parranda” con los gatilleros de ese clan, entre ellos el que fue designado para contratar a quien cometiera el crimen de Óscar Rodríguez. Asimismo, recalcó que el Ñeñe Hernández, a pesar del error cometido en el asesinato, “siguió envenenando a la organización” para que asesinaran al prestamista. “Me andan buscando por cielo y tierra”, advirtió el testigo, y agregó que lleva más de cuatro años pidiéndole a la Fiscalía que garantice su seguridad.

Cuando se dio esa declaración, ya Marquitos Figueroa estaba detenido, pues el 22 de octubre de 2014 había caído en Brasil. Además, para ese momento, las autoridades tenían clara su historia. Había sido el jefe de una banda criminal que ni siquiera los paramilitares de Jorge 40 y el poder del bloque Norte pudieron doblegar. Fue jefe de escoltas de Jorge Gnecco Cerchar, el mayor contrabandista de gasolina entre Venezuela y Colombia. Cuando Gnecco fue asesinado por la gente de Jorge 40 en 2001, Marquitos Figueroa huyó del país y, al volver, se hizo socio de Francisco Kiko Gómez.

Estos y otros detalles están contenidos en un minucioso informe de policía judicial de 62 páginas, conocido por El Espectador, donde se incluye toda la estructura criminal de Marcos de Jesús Figueroa, en el cual figura el Ñeñe Hernández como “brazo político” de la organización y como “brazo financiero” de la misma en el Cesar. El documento también trae la confesión del verdugo de Óscar Rodríguez, una relación detallada de cada uno de los integrantes de la banda y datos relevantes sobre varios crímenes. Entre ellos el de la exalcaldesa de Barrancas Yandra Brito.

“En la pasada nos aprovechamos de la plata que se robaron de Vargas Lleras, de transporte y de cosas”, dijo él en junio 3 de 2018, 14 días antes de la segunda vuelta presidencial. Con el paso de los días han salido a flote más perlas. “A donde yo voy, el fiscal general de la nación, el que sea, me rinde pleitesía. Yo voy a donde el fiscal y llego por lo grande, (a donde) Vargas Lleras, llego a donde el presidente Uribe”. En otra llamada se le oye decir: “El presidente es mi hermano, no es que me conozca, es mi hermano (…) Si yo fuera un bandido no me llevan allá (…) Yo no soy un tipo de problemas”.

“No tuve con él, lo que se dice, una hermandad”, respondió el presidente Duque el pasado viernes, con el ánimo de apagar esta polémica sobre el Ñeñe Hernández. El mandatario aceptó haberlo conocido, pero señaló que las fotos en que salen juntos corresponden a eventos públicos, espacios en los que nunca les ha preguntado a quienes se le acercan “por el pasado judicial”. Duque aseguró que “nunca” le pidió aportes a Hernández para su campaña y que desconocía de las investigaciones en su contra. “Como no tengo rabo de paja me animo a cualquier candela”, puntualizó Duque.

El primer mandatario insistió en que las líneas de trabajo de su campaña política fueron claras en el sentido de que todo el manejo económico, financiero y administrativo quedara en manos del gerente, Luis Guillermo Echeverry. Según Duque, su gerente Echeverry fue el único autorizado para recibir contribuciones y se manejó una cuenta única nacional. Para la segunda vuelta no se recibieron dineros particulares y lo que se tramitó fue un préstamo bancario, a través del Centro Democrático, junto con los dineros del anticipo que le entregó el Consejo Nacional Electoral. (Incautan $1,2 billones en bienes de “Mandarino” y “Marquitos Figueroa”)

Aun así, otros audios dejan entrever más cercanía entre Duque y Hernández de la que el presidente ahora admite. Por ejemplo, en una conversación entre el Ñeñe Hernández y una mujer a quien él llama “hermana”, esta le dice: “Yo le dije a Iván Duque en el avión presidencial, imagínate que el Ñeñe botó a María Mónica y me dijo: ‘El Ñeñe es un hombre muy distinguido y en cualquier momento consigue. Me preocupa que María Mónica se está poniendo mucho bótox, se va a parecer a la madame (…) Tienes que prohibirle que se ponga bótox, es una orden presidencial”

El segundo político que más ha estado en el ojo del huracán por cuenta de esta controversia es el expresidente y senador Álvaro Uribe, quien también ha marcado distancia del Ñeñe Hernández. “No fui amigo ni conocido de él. Es posible que hubiera asistido a alguna reunión política, son todavía muchos los que se toman fotos conmigo”. Tras el homicidio del ganadero en Brasil, Uribe fue uno de los primeros en lamentarlo en sus redes sociales. Esta semana, a raíz del escándalo, manifestó: “Cuando lo asesinaron, los directivos del Cesar me pidieron una mención de duelo. Saqué un tuit”.

Por Redacción Judicial

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