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“Me va a salir con otra genialidad, que hable el genio. Inepto, incapaz, me toca hacerle su trabajo”. Con expresiones como estas, asegura el exfuncionario Juan Manuel Osorio, se refería a sus subordinados el exdefensor del Pueblo, Jorge Armando Otálora, quien ahora irá a juicio disciplinario por supuesto mal trato. La Procuraduría encontró méritos suficientes para formularle pliego de cargos por una conducta categorizada por ahora como grave a título de dolo.
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La queja contra Otálora data del 12 de diciembre de 2015, cuando en compañía del funcionario Juan Manuel Osorio, la exreina de belleza Astrid Helena Cristancho denunció al entonces defensor del Pueblo por acoso laboral. La Procuraduría tardó dos años en valorar las pruebas allegadas por los subalternos y el 13 de enero de 2017 cerró la investigación al que considerar que “no existieron las conductas denunciadas”. Luego de ello, Astrid Helena Cristancho y Juan Manuel Osorio le insistieron Ministerio Público que valorara los comportamientos de Otálora y, por esa razón, las pesquisas exclusivamente sobre ese punto continuaron.
Juan Manuel Osorio asegura que el exdefensor del Pueblo cumplió con todo un repertorio de malos tratos durante el tiempo que estuvo a cargo en la oficina. Gritos, groserías, manoteos, golpes al escritorio, zapateos, exclusiones, gestos displicentes, amenazas e insultos, serían las conductas que habría ejercido el abogado, de acuerdo con la queja recibida por la Procuraduría. El procesado se habría caracterizado por un frecuente lenguaje denigrante, pues habría tratado a empleados con frases de esta naturaleza: “Inútil, loco, estúpida, no me diga huevonadas, no me venga con obviedades, ustedes hacen lo que se les da la puta gana, el genio tal dice, las mujeres no saben de esto, esta huevonada se acabó, el que no aprenda se va a la puta mierda”.
De acuerdo con el documento, conocido por El Espectador, Juan Manuel Osorio habría vivenciado un ambiente de irrespeto hacía él y sus colegas. Acudió a la Procuraduría porque vio contradictoria la vulneración de los derechos humanos, que además habría sido constante, por parte del jefe de la entidad encargada de defenderlos. El denunciante cuenta que por culpa del supuesto maltrato psicológico se vio obligado a irse, pero tuvo que insistir para que le aprobaran su renuncia. “Ustedes aquí hacen lo que se les da la puta gana, esta puta mierda se acabó. Aquí solo aprenden a los madrazos o echándolos”, son palabras que, según Osorio, les decía su entonces jefe directo.
“En el desempeño de su cargo el doctor Otálora Gómez pudo comprometer su actuar y como tal, incidir en el desobedecimiento del principio de moralidad que regula la función pública y, por ende, hace que el comportamiento sea considerado como sustancialmente ilícito porque el aparente irrespeto a un subalterno podría comprometer valores éticos y morales. Es claro también que la expectativa de la sociedad en relación con el quehacer funcional de un Defensor del Pueblo, se puede ver negativamente impactada cuando éste, irrespeta y ofende a su subalterno”, consideró la Procuraduría en segunda instancia.
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Para tomar su decisión, el Ministerio Público se amparó en tres pasajes de la Constitución. El órgano de control hizo énfasis en el artículo 12, el cual establece que nadie será sometido a tratos crueles o degradantes. Además, se valoró el testimonio de una decena de subalternos de Otálora, entre ellos Andrea Liliana Núñez, quien “expuso que el defensor es temperamental, que vio algunos tratos hacia varios funcionarios. Que lo vio alterarse y usar un lenguaje fuerte, regañaba de forma bastante severa. También presenció que, al secretario general, Alfonso Cajiao, no lo dejaba hablar cuando intentaba dar explicaciones sobre algo de la planta física”, dice la Procuraduría. Por su parte, Otálora aún no rinde versión libre por los hechos que se le imputan.
El caso paralelo contra Otálora fue protagonizado por Astrid Helena Cristancho, quien fue su secretaria en la Defensoría y había sido coronada señorita Cundinamarca en 2005. La mujer también lo denunció en 2015, por acoso sexual. El periodista Daniel Coronell reveló que Otálora le enviaba fotos íntimas a Cristancho. Luego de las respectivas investigaciones, en mayo de 2018 la Corte Suprema de Justicia archivó el proceso penal, pues consideró que la mujer dio muestras de afecto y, además, no se comportó como una persona sometida a las conductas que denunció ante la Procuraduría y la Corte.
“La doctora (Cristancho) también aceptó que fue halagada con obsequios y que se sintió complacida como mujer en un viaje al exterior ¿Cómo se podría aislar este momento de los otros para sostener que en algunas ocasiones fue acosada y en otros no? Es imposible, el comportamiento de la doctora se debe analizar en su unidad, como un todo. En ese contexto no es que el proceder del indiciado no importe, sino que el de la doctora es inmensamente indicativo de que no corresponde al de una persona obligada por la fuerza de las circunstancias a ceder en el trato sexual”, fue una de las consideraciones de la Corte Suprema de Justicia. Ahora Otálora podrá ser inhabilitado y destituido por la Procuraduría, si se demuestra que actuaba con principios totalmente distintos al puesto que ocupaba en la Defensoría.