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“No accioné el arma de fuego. No gasté munición”. Así respondió el patrullero John Antonio Gutiérrez, el 5 de octubre de 2020, cuando un fiscal lo escuchó en una declaración juramentada. Entonces, el ente investigador recién empezaba a seguirles el rastro a las manifestaciones y a la respuesta policial de la noche del 9 de septiembre de ese año (9-S), en el barrio Verbenal (Bogotá). Año y medio después, aunque declaró no haber escuchado un solo disparo, Gutiérrez está en juicio por el homicidio de los jóvenes Jaider Andrés Fonseca y Andrés Felipe Rodríguez. Ante las presuntas inconsistencias en su verdad, la defensa de las víctimas lo denunció por falso testimonio y falsa denuncia. Un nuevo panorama judicial para el policía activo.
Para la comunidad del barrio Verbenal, el noveno día de cada mes es distinto. Se rememora, con pancartas, flores y cantos en el parque principal, la muerte de tres jóvenes, quienes el 9 de septiembre de 2020 resultaron baleados tras la respuesta policial a las manifestaciones por la muerte de Javier Ordóñez. Jaider Fonseca, Andrés Rodríguez y Cristian Hernández cayeron en el norte de Bogotá, mientras en el resto de la ciudad se registraron alrededor de 10 muertes civiles. La Policía, por su parte, registró 30 uniformados lesionados y 53 instalaciones afectadas, entre ellos 17 CAI incendiados. Uno de ellos el CAI Verbenal, el cual estaba a punto de ser incinerado cuando a Gutiérrez lo llamaron, estando en Toberín, para que acudiera a la protesta.