Esto es lo que está en juego con la elección de magistrado de la Corte Constitucional

Este martes el Senado se alista para elegir a un nuevo magistrado de la Corte Constitucional. Lo que ocurrirá en esta jornada será una escena de alto voltaje político y judicial, no solo por la importancia que tiene para el país la llegada de un nuevo juez a lo más alto del poder constitucional, sino porque en esta ocasión están en juego —más que en otros momentos— el equilibrio entre la rama judicial y el Ejecutivo, de cara a unas elecciones legislativas y presidenciales. El despacho que deja este mes el magistrado José Fernando Reyes Cuartas está en disputa por la abogada María Patricia Balanta y sus colegas, Carlos Camargo y Jaime Tobar, ternados por la Corte Suprema de Justicia.

Las polémicas no han sido la excepción de este proceso que tiene la cita clave este martes desde las 9:00 a. m. La salida de Reyes Cuartas es la última de un importante recambio de magistrados que viene revolcando el interior de la Corte Constitucional desde comienzos de este año, cuando terminaron su periodo en el alto tribunal los juristas Antonio Lizarazo, Cristina Pardo y Diana Fajardo, y entraron a reemplazarlos Miguel Polo, Héctor Carvajal y Lina Escobar, respectivamente. Esos cuatro cambios que se cierran con la salida de Reyes Cuartas sientan las bases para una Corte que no cambiará a ninguno de sus nueve integrantes, por lo menos, dentro de los próximos tres años, cuando llegue el turno del magistrado Jorge Enrique Ibáñez de salir del alto tribunal.

La elección que se disputan Balanta, Camargo y Tobar representa también un punto de no retorno en la paridad de género que, hasta mayo pasado, había destacado a la Corte Constitucional por encima de los demás altos tribunales, en donde la representación de magistradas no llega ni a la mitad. Sin embargo, en la actual Sala Plena de la Corte hay seis hombres y tres mujeres. Lo único que podría recortar la diferencia sería la llegada de la vallecaucana María Patricia Balanta a la cúpula de la justicia, una elección que, de paso, sería histórica, pues se trararía de la primera afrocolombiana en llegar a esa Corte. Pero, en caso de que no sea la ganadora, la paridad quedaría sepultada, al menos por un tiempo. El asunto no es simplemente un tema de representación, sino que ya está en los estrados judiciales.

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Puntualmente, ante el Tribunal Administrativo de Cundinamarca, que estudia una demanda que le pide a la Corte Suprema devolver la terna que hoy se votaría en el Senado por no ofrecer garantías reales de que se pueda restablecer la paridad de género en la Corte Constitucional. Ahora bien, esta no es la única polémica que ronda la votación de hoy. Durante las semanas que tardó la Corte Suprema en formar la terna, las críticas no faltaron por el hecho de que Carlos Camargo, exdefensor del Pueblo, nombró en esa entidad a varios familiares de los magistrados que participaron en la conformación de la lista de tres aspirantes a la Corte Constitucional.

Estas alertas las encendió La Silla Vacía y luego fueron retomadas por el abogado y académico, Rodrigo Uprimny, quien describió esta movida con la frase: “Yo elijo a tus familiares y tú me eliges”. El jurista recordó que esta es una práctica explícitamente prohibida por la Constitución para evitar el nepotismo y la influencia indebida en el nombramiento y la contratación de personal en el Estado, mucho más importante cuando se trata de magistrado que tienen que proteger y hacer respetar esa carta política. Pese a esta sombra que persigue a Camargo, el exdefensor tiene la ventaja en el terreno político, que conoce bien desde hace años.

El abogado actualmente es vicerrector de la Universidad Sergio Arboleda, su alma máter, misma que la del expresidente Iván Duque, quien durante su gobierno lo ternó para que fuera defensor del Pueblo, cargo para el cual también necesitó votos de congresistas. La elección de nuevo magistrado, además, se da en medio un caldeado ambiente político que navega entre el último tramo del gobierno de Gustavo Petro —que ha mantenido constantes roces con la rama judicial— y el arranque del proceso preelectoral. A pesar de pertenecer al campo político, esos dos hechos han movido el tablero de la elección, al punto de apoyar a un candidato, en este caso Camargo, que sería una ficha clara de la oposición en la Corte.

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Así se lo contaron a El Espectador varias fuentes en el Congreso y en las altas cortes, que consideran urgente un balance y contrapeso a los cercanos de la Casa de Nariño que ya están en la Corte Constitucional: Vladimir Fernández y Héctor Carvajal. Ambos han hecho explícita su intención de participar en casos relacionados con el presiente Petro y su gobierno, pese a sus posibles impedimentos. Un caso que evidencia esta situación es el que tiene que ver con el expediente de la reforma pensional en el que el magistrado Fernández no se declaró impedido, a pesar de haber participado en la construcción de la iniciativa cuando era secretario jurídico del gobierno Petro.

Algo similar preocupa en las altas esferas sobre el magistrado Carvajal. A pesar de su amistad íntima con el jefe de Estado —reconocida públicamente por él mismo—, tampoco se declaró impedido en una tutela contra el presidente por, presuntamente, haber estigmatizado a la prensa, específicamente a mujeres periodistas, llamándolas “muñecas de la mafia”. Carvajal, quien ha sido abogado de Petro en distintos procesos, respondió a un derecho de petición de este diario sobre el tema y manifestó que, a pesar de su amistad con el primer mandatario, no tiene ninguna restricción para participar de ese caso como magistrado, pues como funcionario judicial no tiene “interés directo”.

La pelea será voto a voto

El cabeza a cabeza será entre Carlos Camargo y María Patricia Balanta. Esa carrera ha derivado en jornadas frenéticas para el oficialismo y la oposición, que convirtieron la elección de un magistrado de la Corte en un asunto político. Camargo partió como favorito por sus conexiones con el Partido Conservador, Cambio Radical, Centro Democrático y una parte de los liberales. En contraste, una movida en La U, bajo la batuta de su codirector, Alexander Vega, abrió una ventana para la conformación de un bloque que respaldaría a Balanta. En ese grupo está el Pacto Histórico, un apoyo que llevó a la oposición a concluir que la jurista sería ficha del presidente Petro.

El exvicepresidente Germán Vargas Lleras, jefe natural de Cambio Radical, es quien más ha impulsado esta tesis, señalando que el jefe de Estado podría controlar la Sala Plena del alto tribunal e intentar avalar medidas inconstitucionales. En las cuentas de Vargas, Petro tendría de su lado a los magistrados Vladimir Fernández, Héctor Carvajal, Juan Carlos Cortés, Natalia Ángel, Miguel Polo y, si este miércoles logra mayorías, a María Patricia Balanta. En contra peso solo quedarían Jorge Enrique Ibáñez, actual presidente de la Corte, y Paola Meneses. En “veremos” estaría la recién llegada magistrada Lina Marcela Escobar.

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Sin embargo, la realidad es otra. Cortés, Ángel y Polo no han demostrado ser afines al petrismo. Aunque en algunos procesos han tomado decisiones que favorecen al Gobierno, como no tumbar la reforma pensional y darle un salvavidas para que el Congreso corrigiera los errores cometidos durante su trámite, en otros han actuado al contrario. Por ejemplo, participaron de decisiones que tumbaron decretos emitidos en el marco de los estados de conmoción en La Guajira y Catatumbo, en los que evidenciaron que las medidas del Gobierno no eran acordes con la Constitución. Además, en el caso de Balanta, no hay evidencias de que sea candidata del petrismo o afín a sus ideas.

Quienes conocen las entrañas de esta elección le explicaron a este diario que la conexión entre la magistrada del Tribunal Superior de Buga (Valle del Cauca) y el Gobierno radica en un solo argumento: el Ejecutivo se la está jugando toda para evitar que Camargo llegue a la Corte. Tan férrea es esa posición que el propio presidente Petro trinó este lunes un mensaje que, sin dar nombres, fue claro a quién se refería: “No podemos ceder a quienes han apoyado el fascismo”. Esa idea la están defendiendo personas cercanas a la Casa de Nariño, que vinculan al exdefensor Camargo con la postura que defendió el gobierno Duque durante el estallido social de 2021. No obstante, de allí a que se pueda calificar de fascismo, hay un largo trecho.

Al margen de estas discusiones, lo cierto es que la puja política ya está lanzada y desde las dos esquinas aplican todo tipo de tácticas para sumar los votos necesarios. Según conoció este diario, en las últimas 24 horas, los alfiles del Gobierno, encabezados por el ministro Armando Benedetti —por estos días encargado de funciones presidenciales—, han tenido que trabajar sin pausa llamando a senadores y operadores de los partidos, entre estos los de oposición, para mover la balanza. “Le hemos tenido que meter el diente muy duro al tema” para que Camargo no llegue a la Corte, dijo un funcionario del Ministerio del Interior.

Lo propio han hecho los promotores de la elección de Camargo, que, además de impulsar la narrativa de la candidata petrista, han sostenido reuniones, llamadas y cruces de mensajes con decenas de legisladores. De hecho, este diario supo que el exdefensor ha llamado a varias figuras del Pacto Histórico para intentar voltear sus votos y, además, ha recurrido a representantes a la Cámara, que no tienen voto directo en esta elección, pero su voz podría darle una ventaja. Como la votación de este miércoles será secreta, en los pasillos del Capitolio aseguran que las traiciones y movidas de último momento estarán a la orden del día.

Esta pelea por votos refuerza las fracturas al interior de los partidos en las que se ha visto que congresistas no siguen las órdenes de sus jefes. Algunos porque quieren tomar distancia y otros porque siempre han tenido algún tipo de representación burocrática en el Gobierno. Esto, de hecho, ha puesto en duda la conformación de una coalición de los partidos tradicionales y de centroderecha para impulsar una candidatura presidencial en 2026. Uno de los casos más llamativos es el de Cambio Radical, que a pesar de las alertas de Vargas Lleras y del anuncio oficial de apoyo a Carlos Camargo, tiene en sus filas a varios senadores que están jugados con el oficialismo.

Sobre el papel, este partido le daría 11 votos a Camargo, pero habría al menos tres disidentes que votarían por Balanta. Los tres senadores en cuestión están en la baraja de apoyos con los que cuenta el ministro Benedetti e, incluso, enfrentan sanciones de Cambio Radical por favorecer al Gobierno. Se trata de Temístocles Ortega, Ana María Castañeda y Didier Lobo. Los dos primeros fueron castigados con la pérdida, por 12 meses, de su voz y voto, luego de no asistir a la votación de la consulta popular en mayo pasado. Aunque ambos defienden su derecho a participar, el partido le envió este martes un comunicado al presidente del Senado, Lidio García, y a su secretario, Diego González, pidiéndoles que se les impida participar.

A este panorama se suma que, al menos otros dos senadores de Cambio Radical no están seguros de que Camargo sea la apuesta ideal para llegar al tribunal. En el Partido Conservador existe una situación similar. Figuras como Nadia Blel y Efraín Cepeda son férreos opositores del Ejecutivo y han dado directrices, en varias oportunidades, de votar contra las apuestas de Petro. En esta ocasión, la jugada será similar, a lo que se suma que Camargo tiene fuerte arraigo en estas filas, pues incluso cuenta con el respaldo de su cuñado, el senador Marcos Daniel Pineda, quien representa en el Congreso al clan familiar que lidera su madre, la exsenadora Nora García Burgos.

Sin embargo, en las toldas azules también hay disidentes que, desde el inicio de este cuatrienio, han respaldado apuestas del Ejecutivo, algunas veces solo ayudando con la conformación del quórum en votaciones claves. Los senadores Miguel Ángel Barreto, Liliana Benavides y Carlos Andrés Trujillo son las tres fichas de este sector afines al oficialismo. En esta ecuación es donde aparece el representante conservador Alfredo Ape Cuello, quien, si bien no tiene voto para la elección, es uno de los principales operadores políticos del sector petrista de la colectividad y la ficha clave para la llegada al gabinete de aliados de la bancada, como ha ocurrido en los últimos dos remezones con el Ministerio del Deporte.

Cuello tiene a varios conocidos en entidades del Gobierno y se estaría cocinando la llegada de su hermano, Daniel Cuello, como asesor en la Casa de Nariño. En el Partido de La U y el Liberal las cuentas estarían en tablas. En el primer caso, mientras la facción opositora cuenta con voces radicales contra Petro, como los senadores Juan Felipe Lemos o Alfredo Deluque, el “combo” de afines al oficialismo tiene nombres como los de Julio Elías, Julio Chagüi, Johny Besaile, Antonio José Correa, entre otros. Todo esto, además, tiene que ver con las aparentes gestiones de Alexander Vega para apoyar a Balanta. Y, sobre los liberales, también hay divisiones, pese a las directrices del expresidente César Gaviria y su hijo, Simón Gaviria.

Ambos habrían pedido apoyar a Camargo, como jugada contra el presidente Petro. Como lo contó este diario, en la bancada del Senado se comenta que los Gaviria no tienen control de los votos y que, con excepción de algunos nombres a los que no les gusta para nada lo relacionado con el petrismo, hay votos como los de Laura Fortich, Claudia Pérez, Alejandro Vega, John Jairo Roldán y otros que aumentarían las opciones para Balanta. El escenario y las cuentas de los votos se mueven hora tras hora. En la orilla de Camargo dicen tener una ventaja de cuatro o más votos, mientras que en la de Balanta aseguran lo mismo y hablan de entre dos y cuatro votos que harían la diferencia en su favor.

En las próximas horas, los dos bandos apostarán todas sus fichas por los votos que siguen en juego, como algunos de la Alianza Verde, los partidos cristianos y hasta los de algunos senadores del Centro Democrático que en el papel están con Camargo, pero que aún no están 100 % convencidos. Entre tanto, Camargo y Balanta sostuvieron reuniones con congresistas este martes y harán lo mismo durante toda la jornada del miércoles, buscando cuidar uno a uno los votos. Sobre Jaime Tobar, el otro ternado por la Corte y que aparentemente no está en la pelea por los votos, se sabe que estuvo este martes en el Capitolio, habló con los partidos y les aseguró que podría ser una apuesta alternativa para evitar tanta polarización.

La pelea será sin cuartel y desde la Casa de Nariño, el CNE y las altas cortes la seguirán con lupa. Como el presidente Petro y el ministro Benedetti lo dijeron, lo que ocurra en la votación de este miércoles redefinirá todo el cuadro de alianzas y coaliciones políticas. A última hora, una llamada desde cualquier poder podría cambiar el panorama.

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