La fiscalía 14 de la Unidad de Vida radicó en el centro de servicios del complejo judicial de Paloquemao el escrito de acusación contra el patrullero de la Policía Metropolitana, Wilmer Antonio Alarcón Vargas por el delito de homicidio agravado, dentro del proceso que se adelanta por la muerte del joven grafitero Diego Felipe Becerra.
La abogada Myriam Pachón, quien defiende los intereses de la familia del grafitero, se cuenta con un gran número de informes probatorios y testimonios, que vinculan al uniformado con la muerte del grafitero registrada el 19 de agosto pasado. “En este momento tenemos un promedio de 25 o 30 pruebas por la adulteración de la escena del crimen en donde se destacan todos los dictámenes de Medicina Legal el de balística y el de absorción atómica”, precisó la jurista.
El patrullero se encuentra recluido en la cárcel La Picota de Bogotá desde hace más de dos meses, cuando un juez de garantías lo cobijó con medida de aseguramiento al considerar que era es un peligro para la sociedad. Alarcón es señalado de haberle disparado por la espalda al joven grafitero en hechos confusos que son materia de investigación en estos momentos.
Según el análisis de Medicina Legal, el grafitero no habría disparado ninguna arma, hecho que llama la atención puesto que en sus diferentes declaraciones dice que el joven le había disparado.