Al municipio de Buenaventura llegó un grupo de investigadores especializados del CTI de la Fiscalía para indagar las denuncias sobre viviendas (ya ubicadas) donde delincuentes estarían descuartizando a sus víctimas.
Las denuncias sobre estas llamadas ‘casas de pique’ fueron puestas en conocimiento de las autoridades por el monseñor Héctor Epalza y otras organizaciones humanitarias.
Los investigadores –según revela el diario El Colombiano- “están en la labor de recoger los testimonios de familiares de las víctimas y comunidades aledañas a los sitios donde ocurren estos homicidios, así como el registro de los levantamientos de los cadáveres”.
Según las primeras revelaciones, estas viviendas estarían ubicadas en los barrios Viento Libre, Muro Yusti y Alfonso López de la zona insular. Igualmente en Pampalinda y San Francisco de la parte continental, así como en las comunas 12 y 15.
Los desmembramientos en Buenaventura han ocasionado que muchos de los cadáveres encontrados no puedan ser identificados, por lo que algunos pasan meses enteros en las instalaciones de Medicina Legal. Incluso, ya “ocho personas que aún no han sido identificadas fueron enterradas, con apoyo de la Secretaría de Gobierno, para así descongestionar la morgue”.
Entre los móviles de los homicidios, las autoridades dicen que podrían tratarse de casos de cruce de las llamadas 'fronteras invisibles' que han impuesto las bandas criminales en el puerto más importantes del país.