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Por cuarta vez en las últimas tres semanas, Cali fue blanco de otro atentado terrorista. En esta ocasión, la acción criminal cobró las vidas de dos personas y dejó heridas a por lo menos 56, según el último reporte expidido este lunes por el alcalde de la ciudad, Jorge Iván Ospina.
El carro bomba, un vehículo Renault 12 de colores rojo y azul, explotó en la noche del domingo en la calle 10 con carrera 14 del barrio San Bosco, donde fue abandonado con 25 kilos de explosivo anfo y R4, carga activada hacia las 10:15 de la noche, frente a una sede administrativa de la Policía Metropolitana.
El comandante de la Policía Nacional, general Óscar Naranjo, ofreció una recompensa de $100 millones para quienes suministren información que permita la captura de los responsables.
En la acción terrorista perdieron la vida John Freddy Castillo Murillo, un joven de 24 años de edad, a quien las autoridades sindicaron de haber dejado el vehículo con la carga explosiva, y Pedro Galeano, un anciano de 63 años que vigilaba una miscelánea que vendía manjar blanco al frente de la sede de la Policía. Entre los heridos se encuentran el mayor Frank Báez, comandante de la estación Junín; tres patrulleros y 10 menores de edad. Los lesionados fueron trasladados a los hospitales Universitario del Valle y San Juan de Dios. Las operaciones de búsqueda y rescate para tratar de establecer si había más cadáveres se extendieron hasta las 3:30 de la mañana.
Según el alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina, al principio se hablaba de 39 heridos, debido a que habían sido las personas que presentaron las lesiones de mayor gravedad, pero al final, la cifra ascendió a 56 personas lesionadas. El motivo: no se habían incluido los reportes de los distintos centros hospitalarios y el de la Cruz Roja, que atendieron a quienes presentaron diferentes traumas, como estrés, nervios, desorientación y problemas auditivos. Con el del pasado domingo ya son cuatro los artefactos que explotan en la capital del Valle del Cauca y su área metropolitana, durante las últimas tres semanas.
El primero de los ataques se registró el 14 de enero en una compraventa del barrio Desepaz, pasadas las 4:00 de la mañana; no hubo heridos, sólo casas averiadas. El segundo atentado ocurrió al día siguiente en una estación del sistema de transporte masivo MIO, donde resultó herido un agente de la Policía y la estructura del lugar averiada. Y la tercera detonación se registró en Jamundí, área metropolitana de Cali: el pasado 21 de enero, cuatro policías resultaron heridos por una carga con 50 kilos de dinamita, activada electrónicamente cuando el vehículo de la Fuerza Pública pasaba por la carretera que comunica a los corregimientos de Robles y Timba. Todos estos hechos, al igual que el de hace dos noches, las autoridades se los atribuyeron a las Farc.
Por El Espectador
