Publicidad

“Estamos a la espera del juicio contra el general Patiño”: madre de Diego Felipe Becerra

Catorce años después de la ejecución extrajudicial del joven grafitero Diego Felipe Becerra Lizarazo (16 años), asesinado con un tiro por la espalda del arma de un patrullero, la justicia no resuelve la situación penal del máximo comandante de la Policía de Bogotá en 2011, general (r) Francisco Patiño. Caso atroz de delitos, primero el homicidio y después el montaje de ocultamiento del crimen, en que la institucionalidad policial de la capital se involucró a fondo.

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
Cecilia Orozco Tascón
07 de diciembre de 2025 - 01:00 p. m.
Liliana Lizarazo, madre de Diego Felipe Becerra: “En la escena del crimen estuvieron alrededor de 42 personas entre oficiales, suboficiales, patrulleros, conductores, escoltas y miembros de la SIJIN y la CIPOL. Se logró individualizar a 19 de ellas, de las cuales fueron imputadas 14”.
Liliana Lizarazo, madre de Diego Felipe Becerra: “En la escena del crimen estuvieron alrededor de 42 personas entre oficiales, suboficiales, patrulleros, conductores, escoltas y miembros de la SIJIN y la CIPOL. Se logró individualizar a 19 de ellas, de las cuales fueron imputadas 14”.
Foto: Gustavo Torrijos Zuluaga
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

La semana pasada, la Corte Suprema decidió confirmar, en lo fundamental, las condenas a 20 y 19 años en prisión, de un coronel, un subintendente y un sargento de la Policía, proferidas contra ellos por el asesinato de su hijo Diego Felipe Becerra, joven grafitero de apenas 16 años. Pero han pasado 14 años ¿Cómo ocurrió el encuentro de Diego Felipe con los patrulleros y por qué lo mataron?

El 19 de agosto de 2011, Diego salió en compañía de tres amigos desde el norte, por la Avenida Boyacá hacia el sur. En su recorrido, iban pintando grafitis. El dibujo de Diego era, por supuesto, la imagen del gato Félix que lo caracterizaba y que hoy, sigue siendo el símbolo de su recuerdo. A la altura del puente de la calle 116, se detuvieron y cuando mi hijo estaba empezando a pintar sobre una de las columnas del puente, oyeron la sirena de una patrulla. Un policía descendió del vehículo y, en ese momento, los cuatro chicos corrieron. Fue cuando escucharon un primer disparo que el uniformado hizo al aire. Diego y uno de sus amigos trataron de esconderse en una de las calles del barrio contiguo. Diego se puso detrás de un arbusto mientras su amigo fue alcanzado por el policía. Este empezó a requisarlo. Entonces, mi hijo salió con las manos arriba y le dijo que él era el que estaba pintando. El policía se acercó y fueron caminando mientras hablaban. Cuando dio la vuelta en la esquina, Diego corrió, tal vez, asustado. El patrullero, en lugar de llamarlo o perseguirlo, le disparó por la espalda y lo mató.

Pero la versión de la Policía fue otra: hicieron aparecer a su hijo como si fuera un atracador a quien le habían disparado en legítima defensa…

Sí, eso dijeron. Cuando llegamos a la clínica adonde fue llevado el cuerpo de Diego, el amigo que estaba con él, reconoció al patrullero que le disparó y lo señaló. Un teniente que estaba con el responsable, le dijo al chico: “y si fue así, ¿qué?”. Según la versión que montó la Policía, el patrullero Wilmer Antonio Alarcón, que fue el que disparó y mató a Diego, estaba atendiendo una llamada por hurto en que estaría involucrado Diego. También afirmó que mi hijo sacó un arma; que hubo un cruce de disparos y que lo mató durante el enfrentamiento. Pero cuando Gustavo, mi esposo, llegó a la escena del crimen, se dio cuenta de que no había ningún arma como debería estar, puesto que apenas se iba a procesar la escena. Ahí se encontraban tres coroneles, un teniente, seis patrulleros y tres abogados. El arma fue plantada alrededor una hora después.

¿Cómo lograron desmontar el invento del atraco al bus cuando todos los medios repetían la versión de la Policía?

Fue algo difícil para nosotros, pues conocíamos plenamente a Diego y sabíamos que era inocente, pero teníamos todo en nuestra contra. La primera semana la Policía Bogotá movió su andamiaje para destruirnos; consiguió testigos falsos, los llevó a los medios de comunicación para que señalaran a Diego como atracador. Para mí, el día más difícil fue el martes 22 de agosto de 2011, cuando una periodista me llama a confrontarme y encararme con el conductor de la buseta. Con todo el amor de madre que sentía y el dolor por su pérdida, defendí la inocencia de mi hijo y sólo pude decir, “esperemos la investigación de la fiscalía, para saber a quién le dan la razón, si a él o a mí”.

¿Cómo se enteraron ustedes de la verdad? Y, ¿por qué Diego y sus amigos corrieron cuando vieron a la policía?

Los compañeros de Diego nos contaron cómo sucedió el encuentro con los patrulleros. En esa época, dibujar grafitis en los muros, paredes y puentes públicos era considerado vandalismo. Y había un precedente que explica por qué mi hijo tuvo temor y prefirió salir corriendo. En diciembre del año anterior (2010), lo habían conducido a un CAI con uno de los amigos que también se encontraba presente la noche en que lo mataron. En esa primera oportunidad, ellos dos estaban, precisamente, dibujando en una pared. Nosotros no lo supimos en ese momento pero el amigo nos contó, cuando Diego murió, que en ese CAI los golpearon. Cuando salieron de ahí, Ellos acordaron que si se volvían a encontrar con patrulleros, saldrían corriendo, seguramente para evitar otra golpiza.

¿Cuándo empezó a desmoronarse el montaje policial?

Para el 27 de agosto de 2011 los amigos de infancia de Diego Felipe convocaron a una marcha en protesta por la muerte de él, recuerdo que salimos de la 152 con avenida Boyacá hacia el puente de la calle 116. Nos acompañaban unas 20 personas pero a medida que nos desplazábamos, se iban uniendo más manifestantes. Cuando llegamos al puente ya éramos casi 200, y en el puente en donde murió, había entre 1000 y 1500 personas apoyándonos. Fue la primera vez que ese sitio se convirtió en un espacio de memoria para Diego donde los grafiteros iniciaron la primera pintada de protesta. Ese día sentí que, a pesar de las mentiras y el montaje, había gente que creía en nosotros y que confiaba en la inocencia de Diego y eso nos fortaleció. Como era de esperarse, la verdad salió a flote pronto: Diego no tenía rastros de pólvora en sus manos ni en su ropa y el arma plantada no tenía sus huellas.

En su decisión de esta semana, la Corte Suprema confirmó la sentencia en contra de tres de los implicados en la ejecución extrajudicial de su hijo y en el posterior intento de ocultamiento del crimen ¿Por cuáles delitos los condenaron?

Al coronel Nelson de Jesús Arévalo, al intendente Juan Carlos Leal y al subintendente Fleyber Zarabanda, miembros activos de la Policía de Bogotá en 2011, se les confirmó condena por tráfico, fabricación y porte de armas de fuego agravado; por favorecimiento al homicidio. A Juan Carlos Leal se le confirmó, además, condena por falsedad ideológica en documento público agravada.

Sin embargo, estos tres expolicías no fueron los únicos involucrados en el crimen ¿Cuántos procesos se abrieron por el homicidio de Diego Felipe? ¿Todos llegaron a fallo o hay algunos abiertos todavía?

En la escena del crimen estuvieron alrededor de 42 personas, entre oficiales, suboficiales, patrulleros, conductores, escoltas y miembros de la SIJIN y la CIPOL. Se logró individualizar a 19 de ellas, de las cuales fueron imputadas 14. Dos fueron absueltas y dos testigos falsos, civiles, alcanzaron a ser condenados, pero prescribieron los delitos imputados antes de la confirmación del fallo. Cuatro presentes en los hechos, nunca fueron imputadas. Se abrió un proceso penal por el asesinato de nuestro hijo, en contra del patrullero Alarcón quien recibió, como dije, condena de 37 años, seis meses, en prisión. Se aperturaron otras tres investigaciones por la alteración de la escena del crimen que, después, se unificaron en un solo proceso. Por este específico delito fueron vinculados los oficiales: coronel José Javier Vivas, subcomandante de la Policía Metropolitana de Bogotá (absuelto); teniente coronel Nelson de Jesús Arévalo, comandante de la Estación de Policía de Suba (condena a 19 años, seis meses); teniente coronel John Harvey Peña, subcomandante de la Estación de Policía de Suba (absuelto); teniente Rosemberg Madrid, comandante del CAI de Andes (condena de 11 años, 8 meses). Uno de los coroneles que fue absuelto, se encuentra activo en la policía Nacional y recibió ascensos: de mayor a teniente coronel y hoy es coronel pleno.

No solo se involucraron varios oficiales de toda la Policía de Bogotá. Como usted cuenta, también participaron uniformados de menores rangos, ¿Quiénes fueron?

Sí. Ellos fueron: el intendente Juan Carlos Leal, del CAI de Andes (condena a 20 años); el intendente Nelson Giovanni Tovar, del CAI de La Alhambra (condena de 8 años, porque se le otorgó principio de oportunidad por confesión). Él fue uno de los que llevó el arma que supuestamente tenía Diego cuando le dispararon; el subintendente Fleyber Zarabanda, segundo uniformado que incorporó falsamente el arma a la escena del crimen (condena a 19 años); el patrullero Nelson Rodríguez, del CAI de Andes (condena a 4 años, por principio de oportunidad): era quien encontraba con el asesino de Diego en el momento del crimen; el patrullero Fredy Navarrete, del CAI de Andes (condena a 5 años, por principio de oportunidad). Debido a que Navarrete no quiso firmar el acta sobre el arma falsamente incorporada y a que no estuvo de acuerdo con el montaje en contra del buen nombre de nuestro hijo, ya asesinado, un capitán de la Policía lo involucró en un secuestro extorsivo para afectar su credibilidad cuando empezó a revelar la verdad.

O sea, los propios uniformados de la Policía ¿quisieron afectar a su compañero Navarrete en unos hechos en los que no tenía nada que ver para vengarse por no secundar el montaje contra Diego?

Sí. Así fue. El patrullero Navarrete fue absuelto después por el montaje del que él también fue víctima pero la justicia nunca investigó a los oficiales involucrados en este nuevo ilícito. En cuanto al listado de personas que participaron en la alteración de la escena del crimen en contra de Diego, no hay que olvidar que el condenado asesino Alarcón también participó en el montaje para justificar por qué le disparó por la espalda. Por el delito de desviación de la verdad judicial recibió condena de 19 años en prisión. Y hay que relacionar, además, en cuanto al montaje y su elaboración, a los civiles Héctor Hernando Ruiz, abogado asesor de la Policía Metropolitana de Bogotá (condena a 20 años). Su proceso precluyó hace dos años por su fallecimiento; Jorge Narváez, el conductor de la buseta que presuntamente estaba atracando Diego y cuya falsedad se descubrió pronto; y su esposa Nubia Mahecha, ambos testigos falsos.

¿Estos dos civiles, el conductor de bus y la esposa de este, fueron quienes se encontraron con el propio director de la Policía de Bogotá para acordar las falsedades que iban a declarar después ante la justicia?

Sí. El general Patiño fue vinculado y aún está siendo investigado por el montaje que armaron para ocultar la acción del patrullero Alarcón. Al conductor del bus y a su esposa los detuvieron en 2013. Permanecieron en la cárcel hasta el 2015. Los dejaron en libertad por vencimiento de términos. Y cuando los condenaron por sus falsos testimonios, en 2021, se declaró la prescripción de los delitos. Esto fue posible por las dilaciones continuas con que lograron demorar el caso, los abogados de los imputados. Por eso no pudo confirmarse la condena a pesar de que se probó su dolosa intención de desviar el curso de la justicia

Aquellos que fueron absueltos o a quienes no se les vinculó al caso, ¿se les resolvió su situación con justicia o fueron favorecidos por influencias externas a los procesos?

Nosotros creemos que hubo errores, algunos intencionales. Y que también hubo presiones de actores importantes para evitar vinculaciones y procesos. Estas investigaciones han estado rodeadas de amenazas e intimidaciones por lo cual varios sujetos procesales han tenido medidas de protección.

Y, ¿qué sucedió con el proceso al más alto oficial involucrado: el director de la Policía de Bogotá en ese momento, el general Patiño?

Su proceso penal se encuentra en la Sala de Primera Instancia de la Corte Suprema de Justicia por los delitos de favorecimiento en concurso homogéneo a título de determinador, y de fraude procesal en concurso homogéneo a título de determinador. Estamos a la espera de inicio de juicio, que debería empezar pronto. En la Procuraduría se abrió pliego de cargos y estamos a la espera de la decisión. El general Patiño se reunió con el conductor del bus y la esposa en el CAI del 20 de julio, el 22 de agosto de 2011, es decir, tres días después del asesinato para acordar las falsedades que iban a declarar después en contra de Diego. En esa reunión del CAI estuvieron, además, el teniente coronel Eliécer Camacho que – pese a su presencia en una cita para engañar a la justicia -, fue nombrado comandante de la Policía de Bogotá, en 2022. También participaron el coronel Ricardo Blanco, director de comunicaciones de la entidad, y la teniente Lady Perdomo, jefe de interceptaciones; Carlos Arenas, asesor de prensa y el patrullero que tomó la denuncia. Ninguno de estos asistentes a la cita preparatoria del montaje ha sido imputado. Todavía nosotros esperamos que la justicia llegue a ellos.

El general Patiño tuvo participación en otros hechos ilegales, según se ha publicado…

Es cierto. La segunda ilegalidad en que él incurrió, fue la alteración del comunicado de prensa elaborado en la Dirección de la Policía Nacional: mientras que en el original se leía que la institución policial lamentaba la muerte de Diego Felipe y que iban a colaborar con las investigaciones judiciales, en el comunicado que fue publicado por la Policía de Bogotá se informa que los jóvenes perseguidos por los patrulleros (Diego y sus amigos) estaban aparentemente cometiendo un delito y que, en medio del procedimiento policíaco se produjo la muerte de un menor. Y el tercer acto del general Patiño que lo involucra penalmente, se relaciona con su presunta complicidad en las acciones encaminadas a encubrir el asesinato. Es imposible desconocer que el general Patiño tuvo pleno conocimiento del montaje que se estaba armando a partir del momento en que Diego fue asesinado: todos los partícipes de este ilícito eran sus subalternos y tenían que reportarle sus movimientos

Debido al transcurso del tiempo, ¿hay riesgo de que prescriban el caso en contra del excomandante de Policía de Bogotá?

Si existe el riesgo de que prescriban los delitos, ya que no ha culminado el proceso. Por esto es importante que el próximo año se inicie el juicio.

En la llamada “institucionalidad” del Estado, suele haber “colaboraciones” y “solidaridades” entre los funcionarios de una rama y otra. En la demora en adelantar el proceso en contra de Patiño, ¿podría estar presente este componente?

No se puede probar en el juicio que actualmente se lleva a cabo. Pero sí se pudo notar lo que usted llama “colaboraciones” o “solidaridades”, en el Senado: cuando se hizo un debate de control político en que se presentaron pruebas contundentes de su reunión con los dos falsos testigos, en lugar de rechazarlo y pedir que lo investigaran, recibió un ascenso: de brigadier general a mayor general. En 2013 fue retirado de la institución pero con una pensión más alta.

Y, ¿cuál es la mayor frustración que les queda?

Ha sido doloroso, revictimizante y cruel la manera como han actuado los abogados de los uniformados involucrados. Nos han maltratado y han intentado hacernos daño y dañar los procesos a cualquier costo, sin ningún sentido de la ética profesional.

Condena y fuga del responsable

¿Qué pasó, finalmente, con el patrullero culpable de asesinar a Diego Felipe? Si mal no recuerdo, permaneció libre varios años después de su condena ¿Por qué?

El día en que finalizó el juicio en contra del patrullero Wilmer Antonio Alarcón, o sea, el 18 de agosto de 2016, un juez de control de garantías le otorgó la libertad por vencimiento de términos mientras que en la audiencia del juicio se aplazó la lectura del fallo por unos días. Le expidieron la boleta de libertad en menos de 24 horas. Pero, el día de la lectura de la decisión, el patrullero no se presentó.

¿Se fugó y por cuánto tiempo?

Se emitió orden de captura el 23 de agosto de 2016 y estuvo prófugo de la justicia hasta el 22 de agosto de 2021: ¡cinco años! A ese patrullero también se le confirmó condena, además de la ejecución extrajudicial de Diego, por fraude procesal y por tráfico, fabricación y porte de armas de fuego agravado.

Hoy, ¿sí está pagando su pena?

Sí. Está en la Picota cumpliendo la condena. Una disminución de los 37 años que le fueron impuestos en prisión está a estudio de la Corte Suprema, en casación. Este recurso fue presentado por una funcionaria delegada de la procuradora Margarita Cabello.

Exaltaciones a la memoria de la víctima Diego Felipe, el niño grafitero

En medio de tantas dificultades y tropiezos, usted y su esposo han tenido satisfacciones: han logrado condenas y algunas reparaciones que han creado exitosos movimientos de defensa de los derechos humanos contra los abusos de autoridad y la violencia oficial ¿Cuáles son significativos para la memoria de Diego Felipe?

El más importante para nosotros, fue el acto de reconocimiento de responsabilidad del Estado debido al acuerdo de solución amistosa con el Estado, con la mediación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y con la participación de la Agencia Jurídica de Defensa de Colombia. Se hizo, entonces, un evento muy reparador. El Acuerdo Distrital 907 de 2023 del Concejo de Bogotá, exalta la memoria de Diego Felipe y se incluyen obligaciones oficiales, entre ellas, la creación de un museo virtual de arte urbano y la entrega de una orden civil al mérito, además de que se le otorga al puente de116 con avenida Boyacá el nombre de Diego Felipe Becerra. La Orden del Congreso de Colombia en grado de Caballero, otorgado a Diego de manera póstuma. Y hay otros reconocimientos y sentencias que reconocen el sacrificio de nuestro hijo.

Conoce más

Temas recomendados:

 

William Alvarez(41808)Hace 7 horas
Enfrentar al más inexpugnable régimen feudalconservador que en 200años hizo de uno de los países más ricos en recursos y talentos uno de los más desangrados, no solo requiere de un líder multiplicador de líderes y astuto como Petro, sino escrutar culpables históricos y recrear simbólicamente la promesa de justicia. O sea, recurrir a lo que tal tenebroso régimen y sus adláteres estigmatizan como "resentimiento", pero que no es más que TERAPIA NARRATIVA EN POS DE HOMEOSTASIS SOCIAL Y DEMOCRACIA.
Riko(gaiux)Hace 8 horas
Qué inmundicia!
Álamo(88990)Hace 8 horas
Y sigue su camino una ubérrima impunidad, cubriendo dolo(ro)sos hechos a punta de Merchan-dising... Toda la solidaridad con la familia.
ERWIN JIMENES(18151)Hace 9 horas
Los tempos aciagos del matarife ..y del apostol...ambos condenados.
  • Michael Myers(apgw0)Hace 9 horas
    22mil secuestros ... impunes
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.