“Esto es un Panama Papers a la colombiana”: director de la Policia Fiscal y Aduanera (Polfa)

El general Juan Carlos Buitrago contó detalles de la más grande operación de evasión de impuestos de los últimos años, la cual era liderada por alias "La Patrona", una mujer que falsificó facturas para ayudar a empresas a evadir el pago de impuestos. El principio del fin de la red llegó por las conversaciones de su fundadora y una pitonisa guatemalteca.

Diana Durán Núñez - José David Escobar Moreno / @dicaduran - @JoseDEM18
08 de agosto de 2019 - 10:00 p. m.
“Esto es un Panama Papers a la colombiana”: director de la Policia Fiscal y Aduanera (Polfa)

El presidente Iván Duque, en compañía del fiscal general (e) Fabio Espitia y el ministro de Comercio Industria y Turismo, José Manuel Restrepo, anunció ayer un megaoperativo: el fin de una red que por 12 años falsificó facturas para ayudar a empresas a evadir el pago de impuestos. La organización, liderada por Olga Lucía Díaz Guzmán, alias la Patrona, habría defraudado al Estado por cerca de $2,3 billones, casi lo mismo que se designó en el Presupuesto Nacional para la educación en 2019.

::Desarticulan cartel de “facturas falsas” que ayudaba a empresas a evadir pago del IVA::

El Espectador entrevistó al general Juan Carlos Buitrago, director de la Policía Fiscal y Aduanera (Polfa), unidad que estuvo los últimos dos años tras la pista de esta organización que habría ofrecido sus servicios a más de 2.000 empresas. Según el alto oficial, quien dio detalles del operativo a este diario, de la fuga de dineros habrían hecho parte grandes empresas nacionales y multinacionales que aportan “en gran medida a la economía colombiana”.

¿Cómo fue la investigación?

Empezó con una denuncia anónima que llegó a la Secretaría de Transparencia hace dos años. Con ella se identificaron 15 empresas ficticias y, a través de estudios contables y reportes ante la DIAN, se logró evidenciar la relación que supuestamente tuvieron estas empresas con terceros. De ese estudio contable se pudieron obtener las 2.000 empresas que tuvieron relación con esta red y, como sus 15 empresas eran fachada, se pudo determinar que todas las operaciones comerciales que reportaron eran irregulares. Como es difícil abordar en la investigación a las 2.000 empresas, sacamos un top 10 de las que más transacciones hicieron con esta organización.

¿Y qué vino después?

Cuando sacamos el top 10 y supimos hacia dónde enfocar la investigación, comenzamos a hacer búsquedas selectivas en bases de datos y verificamos cuentas bancarias, bienes y conceptos tributarios. También ordenamos interceptaciones telefónicas, entre ellas la del celular de Olga Lucía Díaz. Así nos dimos cuenta de la actividad criminal que desarrolló y quiénes eran sus personas de confianza.

O sea, no era cuidadosa al hablar.

Ella contaba todo por teléfono, inclusive que acudía a una pitonisa muy famosa en Guatemala que le hacía rezos. A ella le contó detalles de su empresa que nosotros no habíamos podido conseguir ni con los seguimientos ni en la investigación. Esto facilitó mucho las pesquisas. Las interceptaciones nos permitieron también darnos cuenta de que el grupo era familiar.

¿Familiar, cómo?

La sobrina y una medio hermana de ella también hacen parte de la organización y fueron capturadas. Con ellas aparece Cristian (la mano derecha de la Patrona) y él, con sus conocimientos en temas tributarios, se convierte en el “encantador”, pues a las empresas que tenían inconvenientes con la DIAN les decía que podían solucionarlos. Cristian le contaba a Olga que había encontrado una empresa con problemas con relación a unos pagos a la DIAN y ella autorizaba el trabajo. Ellos coordinaban hacer las facturas para los años que se necesitara y, dependiendo del valor de la deuda, cobraban a las empresas del 5 al 12 %. Tenían dos tramitadores para ir buscando a las personas que tenían los problemas con la DIAN.

¿Para qué recurrían las empresas a esta red, específicamente?

Para evitar que los pagos de las deudas ante la DIAN fueran muy altos. La modalidad es demostrar, mediante todas estas facturas ficticias, mayores costos, menos utilidades y deducción en el pago de impuestos. O sea: reducir la base gravable.

¿Cuántas interceptaciones se hicieron?

Alrededor de 15 líneas fueron interceptadas. Lo bueno es que ellos fueron muy abiertos en lo que hablaban y eso nos ayudó a no interceptar más números. Utilizamos mucha vigilancia y seguimientos. Así nos dimos cuenta de que Olga vivía en el norte de Bogotá en medio de grandes lujos y, a la vez, tenía un taxi con el que aparentaba ser una persona de bajos recursos. Durante la semana mantenía muy bajo perfil, simulaba ser cualquier parroquiana. Pero el fin de semana disfrutaba de sus lujos y excentricidades. Conocíamos toda su rutina, incluidos sus viajes a Europa cada año con su hija y las reuniones que sostuvo en centros comerciales con cada uno de sus clientes. Allí es donde ella les daba las condiciones para prestarles sus servicios.

¿Cuándo se hicieron los seguimientos?

Desde la mitad de 2018 hasta hace más o menos un mes.

¿En dónde vivía Olga Díaz Guzmán?

En el norte de Bogotá, en una casa muy lujosa y muy bonita. Había imágenes y santos en varias partes de la vivienda. En esa casa vivía su sobrina, quien también hacía parte de la organización y era la persona con la que tenía una mejor relación para realizar todas las operaciones comerciales.

¿Cada cuánto y de qué hablaba con la pitonisa?

Todos los días. Incluso Tránsito (otra detenida) también hablaba con alguien que le leía el tarot. A Díaz Guzmán siempre le decían que todo iba a estar bien. A Tránsito le dijeron que iba pasar por momentos muy fuertes.

¿Existe la posibilidad de que algunas empresas contrataran los servicios de Díaz Guzmán de buena fe?

Hemos tenido muchas investigaciones en las que vemos que son los empleados quienes se aprovechan de su cargo y conforman la relación ilícita. Los empleados jurídicos, almacenistas y tributaristas, en muchas oportunidades, saben cómo hacerle trampa a su negocio. Hay otras donde no hay duda de que la empresa era consciente de que las actividades de Díaz Guzmán eran totalmente ilícitas. Una empresa, por ejemplo, hizo operaciones por más de $40.000 millones durante un solo año.

¿Por qué esta operación es tan importante?

En el último año, en la lucha frontal contra la evasión de impuestos, el lavado de activos y el contrabando, hemos detectado movimientos financieros irregulares por $4,3 billones. Es decir, US$1.322 millones. En este caso, estamos hablando de $2,3 billones (unos US$800 millones). Esta es la operación más grande en la historia reciente del país, por encima de la del cartel de devolución del IVA. Por el monto de las operaciones ilícitas y de lo que puede ser el fraude al fisco, como resultado del no pago del IVA y otros impuestos, se constituye en una operación enorme. Es como un Panamá Papers a la colombiana. Presenta las mismas características de cuentas golondrinas en el exterior y estratagemas para evadir el pago de impuestos al Estado colombiano.

¿Cuánto de los $2,3 billones le corresponderían al Estado?

Eso deben entrar a revisarlo la Unidad de Lavado de Activos y la DIAN, para definir y configurar el delito de evasión fiscal. Por eso los delitos que se van a imputar son concierto para delinquir con fines de enriquecimiento ilícito y enriquecimiento ilícito. No se descarta que se les imputen más con el avance de las investigaciones.

En el exterior, ¿cómo se hicieron las transacciones?

Eso hace parte de la reserva de la investigación, que continúa. Hay transacciones comerciales a nivel nacional e internacional. Todos los clientes que establecieron relaciones comerciales con esta red tendrán que dar sus explicaciones a la DIAN y a la Fiscalía.

Por Diana Durán Núñez - José David Escobar Moreno / @dicaduran - @JoseDEM18

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