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Exjefes 'paras' habrían cambiado su versión para favorecer a Zuccardi

En la acusación conocida por El Espectador, ese alto tribunal sostiene que hubo una alianza entre los ‘paras’ y políticos de Bolívar para conservar el poder y revela audios que salpican al exfiscal Luis Camilo Osorio.

Juan David Laverde Palma / Sebastián Jiménez Herrera
06 de noviembre de 2013 - 06:20 a. m.
La exsenadora Piedad Zuccardi, el excongresista Miguel de la Espriella, la excongresista Eleonora Pineda y el exjefe paramilitar Salvatore Mancuso. / Archivo
La exsenadora Piedad Zuccardi, el excongresista Miguel de la Espriella, la excongresista Eleonora Pineda y el exjefe paramilitar Salvatore Mancuso. / Archivo

Cambiando su testimonio y dejando de mencionarla en sus declaraciones, los excomandantes paramilitares Salvatore Mancuso y Úber Bánquez Martínez, alias Juancho Dique, hicieron parte de un supuesto montaje para que el fantasma de la parapolítica jamás tocara a la exsenadora Piedad Zuccardi. Así lo consideró la Corte Suprema de Justicia en un explosivo documento de 159 páginas conocido por El Espectador. Zuccardi fue heredera del poder político de su esposo Juan José García, investigado por el Proceso 8.000 y con una condena a cuestas por malversación de fondos, y de su cuñado, Álvaro El Gordo García Romero, sentenciado por la masacre de Macayepo (Bolívar), en el año 2000.

La acusación de la Corte en contra de Zuccardi tiene dos frentes particularmente importantes: por un lado dos grabaciones en las que se habla de presuntos favorecimientos a la polémica Enilce López, La Gata, y al cuestionado empresario Alfonso El Turco Hilsaca, y en las que, además, el exjefe paramilitar Salvatore Mancuso y sus dos enlaces en el Congreso, Eleonora Pineda y Miguel de la Espriella, buscan concertar un testimonio conjunto para reventar la parapolítica. Y por el otro lado, el presunto beneplácito del entonces fiscal Luis Camilo Osorio con el paramilitarismo, acusación que Osorio ha negado con vehemencia.

Por ejemplo, la Corte analizó un primer audio de un encuentro realizado en 2003 entre Mancuso, De la Espriella y Pineda. En la grabación se oye a De la Espriella referirse a un supuesto ‘tumbado’ que los paramilitares le hicieron al movimiento de Piedad Zuccardi, pues la exsenadora y su gente, según dijo, pagaron $500 millones al comandante paramilitar Iván Roberto Duque, alias Ernesto Báez, para que los ‘paras’ apoyaran la candidatura de su aliado, Alfonso López Cossio, a la Gobernación de Bolívar. Pero, dice Eleonora Pineda, “el Mono (en referencia a Mancuso) le tumbó lo del sur de Bolívar, porque iba con Libardo (Simancas, quien al final fue elegido)”.

Es ese mismo audio el que tiene bajo la lupa de las autoridades al exfiscal Luis Camilo Osorio, de quien dice Pineda que se reunió varias veces con él para llevarle “recados” de Mancuso. “¿Qué razones eran las que yo le mandaba?”, le pregunta Mancuso a Eleonora Pineda con referencia a Osorio. Este episodio, a pesar de haber trascendido hace más de cuatro años en varios medios que publicaron esa grabación, llevó a que la Corte Suprema de Justicia le pidiera a la Comisión de Acusación que indague si el exfiscal entre 2001 y 2005 tuvo vínculos con el paramilitarismo.

En otra grabación de ese proceso, Hugo Atencia, abogado de Juancho Dique, le cuenta al exalcalde de Cartagena Nicolás Curi y al condenado exsenador Javier Cáceres que varias personas se acercaron a ofrecerle dineros a Juancho Dique para que no las nombrara en sus versiones libres, entre ellas Enilce López, Alfonso Hilsaca y Juan José García, esposo de Zuccardi.

Atencia es claro cuando les dice a Curi y a Cáceres: “Juancho García y Piedad Zuccardi tienen que estar buscando es limpiarse ellos, porque están en la lista (de Juancho Dique)”. Atencia agrega que a Zuccardi los ‘paras’ “le hacían reuniones y repartían todas las cosas en María La Baja (Bolívar) y en esa región a nombre de ellos y le daban votación. Le decían a la gente: ‘Hay que votar por Piedad Zuccardi’”. Incluso, se habla de que Juan José García y Alfonso López Cossio se reunieron con Dique y “le llevaron un gallo canagüey (de pelea) para hacer una cría”.

La supuesta estrategia planteada para favorecer a Zuccardi y que no fuera mencionada empezó a dar resultado. Para la Corte es muy extraño que en un principio Salvatore Mancuso y Juancho Dique la relacionaran con los paramilitares y en una segunda etapa apareciera ya no en reuniones comprometedoras, sino en encuentros institucionales o, sencillamente, ya ni aparecía. En otros casos, como en el de Eugenio Reyes Regino, alias Geño, hubo unas cuestionadas retractaciones, al parecer por cuenta de amenazas de estos exjefes paramilitares. Todo esto para esconder los supuestos nexos del clan García Zuccardi con los ‘paras’, resaltó el alto tribunal en la acusación.

“Degradar la verdad, sacar a El Turco Hilsaca de las reuniones de Casa Loma y Barranco de Loba, declararlo enemigo de la organización, al igual que lo hace con La Gata, transmutar personajes para confundir. Por ejemplo, a El Turco Hilsaca con un tal John David Isaac, a Juan José García con Joaquín García, a Piedad Zuccardi con su moza y sustituir en la reunión de Ñanguma a Juan José García por Roberto Castaño, ha sido la falaz estrategia urdida por Úber Bánquez, alias Juancho Dique, defraudando los intereses de la justicia”, señala la Corte.

En el texto se hace referencia, incluso, a unas conversaciones sostenidas por Zuccardi con dos abogados y en las que se oye a la exsenadora hablando, al parecer, sobre la posibilidad de hacerles un montaje a algunos investigadores y denunciarlos por supuestas presiones a testigos. Una de esos abogados es Betty Castro, una cuestionada jurista procesada por sus supuestos vínculos con las bandas criminales y socia de Zuccardi en una concesión minera.

“Hay un denominador común que es Betty Castro, con la que resultan asociadas empresas familiares de Piedad Zuccardi y El Turco Hilsaca en una especie de conjunción entre paramilitarismo, política y negocios”, sostiene la Corte y agrega: “(lo que) reconduce a Juancho Dique, tan profundamente comprometido con la dirigente política y el empresario, que ha venido controlando los hilos de las versiones de los desmovilizados a través de Betty Castro, para redirigirlas contra los funcionarios judiciales, pretendiendo garantizar así la impunidad de quienes otrora fueron sus aliados y ahora son sus benefactores”.

Según esa corporación, todo indica que Zuccardi y su grupo favorecieron el ingreso del bloque Norte, en especial del frente La Mojana, “que previamente había promovido y financiado en Sucre su cuñado Álvaro García”. Por último, la Corte se mostró preocupada por posibles alianzas criminales que, al parecer, generaron “un monolítico entramado que bien pudo potenciar el accionar de los grupos armados al margen de la ley y lo podría estar auspiciando aún hoy”. La justicia sigue desenredando los cabos en este proceso. Zuccardi insiste en su inocencia.

Por Juan David Laverde Palma / Sebastián Jiménez Herrera

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