
La masacre ocurrida en enero de 2001, que dejó 27 personas muertas, quedó en manos de la entonces fiscal delegada de Derechos Humanos, Mónica Amparo Gaitán, quien terminó exiliada en Estados Unidos con su núcleo familiar por presiones en el interior de la Fiscalía. El caso llegó al Consejo de Estado que tumbó la decisión de repararla por los daños ocasionados. (AP Photo/Luis Benavides)
Foto: ASSOCIATED PRESS - LUIS BENAVIDES
En febrero de 2001, la entonces fiscal de la Unidad Nacional de Derechos Humanos, Mónica Gaitán, fue designada para investigar la masacre ocurrida en el corregimiento de Chengue, en Montes de María, en Sucre. El escenario era indagar sobre 27 asesinatos perpetrados por las AUC en donde dejaron desde degollamientos, víctimas de cuchillo y machete, hasta golpes en la cabeza con un mortero. Su designación como fiscal del caso duró ocho meses en los que denunció que fue víctima de hostigamientos y presiones internas de la Fiscalía. Esa situación...
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