La Fiscalía inició un proceso de extinción de dominio contra cientos de propiedades de quien fuera, hasta hace poco, el hombre más buscado de Colombia: Dairo Antonio Úsuga David, alias Otoniel, jefe máximo del Clan del Golfo. Entre ganado, fincas y locales comerciales, 560 bienes que estaban a nombre de sus familiares y personas cercanas, ahora pasarán a un proceso judicial en el que podrían terminar perteneciéndole al Estado.
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Para iniciar la extinción de dominio, la Fiscalía impuso medidas cautelares de suspensión del poder dispositivo, embargo, secuestro y toma de posesión. Es decir, ninguna de las propiedades en la lista puede ser vendidos, arrendados o siquiera utilizados por Otoniel ni por Carlos Antonio Moreno Tuberquia, alias Nicolás, su segundo al mando en el Clan del Golfo cuyos bienes también fueron afectados.
En total, la Fiscalía inició la extinción de dominio contra 25 inmuebles, 1 establecimiento de comercio y 534 semovientes, cuyo avalúo comercial supera los $148.000 millones de pesos. Todas las propiedades estaban en la zona del Urabá antioqueño, particularmente en los municipios de Mutatá, Apartadó, Necoclí y Turbo, informó el ente investigador al finalizar el operativo conjunto con la Dijin de la Policía.
“Estos activos habrían sido obtenidos con dinero producto de actividades ilícitas realizadas por Nicolás y Otoniel, cabecillas del Clan del Golfo”, dio a conocer la directora de Extinción de Dominio de la Fiscalía, Liliana Patricia Donado. Además, la entidad reveló que, “para ocultar el origen de las propiedades, figuraban a nombre de familiares y personas cercanas a los dos”. Mientras la justicia desenrolla este entramado los bienes serán administrados por la Sociedad de Activos Especiales (SAE).
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Vea a Otoniel tras su captura:
Otoniel fue capturado el pasado 23 de octubre, precisamente en Urabá. Estados Unidos ofrecía hasta $18.000 millones por información que llevara a su judicialización y, tras una operación militar y de inteligencia de más de un lustro, fue aprehendido y llevado a Bogotá. “Este señor tiene deudas pendientes con Colombia. En ese sentido, yo voy a conformar con el equipo técnico de la Fiscalía, un grupo de fiscales encargados de verificar la situación del señor Otoniel”, dijo el fiscal Francisco Barbosa en octubre.
Aunque comenzó su carrera en la ilegalidad vinculado a la guerrilla del Epl en 1987, no se desmovilizó cuando este grupo pasó a la vida civil y, en cambio, saltó a las Autodefensas de Córdoba y Urabá (Accu) y, posteriormente, a las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc). Tras el proceso de paz con el que este último grupo se desmovilizó, Otoniel se unió a Don Mario y a otros para conformar una organización de corte narcoparamilitar que fue llamada en un comienzo Los Urabeños, luego los Úsuga y, más recientemente, el Clan del Golfo.
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