Luego de exponer que los testimonios de supuestos enlaces de la mafia como Jairo Alberto Pérez Charry y Eyssin Matos Montero presentaban muchas inconsistencias en sus relatos, en los cuales acusaban al contraalmirante en retiro Gabriel Arango Bacci de haber tenido nexos con una organización narcotraficante llamada el cartel de la Herradura, el fiscal delegado ante la Corte Suprema Jesús Antonio Marín admitió ante los magistrados de este alto tribunal que las pruebas del caso no eran contundentes.
Marín también reparó en el manejo que el comandante y el jefe de operaciones de la Armada, almirante Guillermo Barrera y vicealmirante Álvaro Echandía, le dieron al material que presuntamente involucraba a Arango Bacci con el narcotráfico. Barrera fue quien entregó a la Fiscalía un cheque con la huella del acusado que, se suponía, comprobaba sus nexos con un cartel de droga. En el transcurso de la investigación, el CTI comprobó que la huella era falsa. Aunque Arango fue señalado de haber movido una fragata en San Andrés para favorecer el paso de una lancha cargada de estupefacientes, la Fiscalía también expresó dudas al respecto.