El próximo 24 de agosto, agentes del CTI de la Fiscalía realizarán la reconstrucción de la escena del crimen en el marco de la investigación que adelanta por la muerte del joven grafitero, Diego Felipe Becerra registrada el 19 de agosto de 2011.
Para ello se contará con todos los agentes de Policía y civiles que estuvieron en dicha oportunidad, y los cuales, la gran mayoría, son investigados preliminarmente por haber manipulado las pruebas involucrados en la manipulación de las pruebas, así como la "plantación" de una pistola.
Por estos hechos es procesado penalmente e investigado disciplinariamente el patrullero de la Policía Metropolitana, Wilmer Antonio Alarcón, quien ha manifestado que le disparó al joven de 16 años en "defensa propia" puesto que él lo atacó con un arma de fuego.
Sin embargo dos informes de la Fiscalía General y el Instituto de Medicina Legal precisaron que el joven grafitero no había manipulado un arma de fuego puesto que no se hallaron rastros en sus manos y que el arma encontrada en el lugar de los hechos no funcionaba.
Igualmente el próximo 31 de agosto el Tribunal Superior de Bogotá definirá el recurso de apelación presentado por el abogado Héctor Hernando Ruiz quien argumentó que los hechos investigados entran en la categoría "de servicio" por lo que debe ser la justicia penal militar y no la ordinaria la que procese al patrullero.
"La familia del joven espera que la nulidad sea negada, dado que se trata de una ejecución extrajudicial. Dado que el menor Diego Felipe y su amigo fueron requisados previamente por el agente Alarcón; Que no hubo acto del servicio dado que se ha ido demostrando que el robo de la buseta fue un montaje por parte del a policía Nacional", precisó Gustavo Trejos, padre del menor.
Testigos
La Fiscalía General tiene un grupo de testigos que han vinculado al coronel Nelson Arévalo de haber contactado el sábado 20 de agosto de 2011 al conductor de la buseta Jorge Narváez quien acusó en diversos medios de comunicación al grafitero de haberlo atracado junto a otros dos compañeros.
Por estos hechos también fue acusado el general Francisco Patiño, comandante de la Policía de Tránsito, de haber inducido al conductor de la buseta para que cambiara la fecha de la denuncia del atraco que había ocurrido el día 18 agosto y que inculpara al joven grafitero y sus amigos en el atraco.
Por El Espectador
