
Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
La Fiscalía General presentó ante un magistrado del Tribunal Superior de Bogotá al brigadier general en retiro del Ejército Nacional Mauricio José Zabala Cardona como presunto responsable de acosar sexualmente a una subalterna y a una contratista que laboraban en una unidad militar localizada entre Tumaco y Pasto (Nariño).
De acuerdo con la investigación liderada por una fiscal delegada ante la Corte Suprema de Justicia, el entonces comandante de la Fuerza de Despliegue Rápido N°2 (FUDRA 2) se instaló con sus hombres en el Batallón de Selva N°53 en enero de 2018, y presuntamente se valió de su superioridad manifiesta y de las relaciones de autoridad y poder para acosar y asediar a las víctimas.
La Fiscalía dice que, durante casi un año, habría incurrido de manera consecutiva en diferentes actuaciones para que una subteniente accediera a sus pretensiones. “Los elementos de prueba dan cuenta de insinuaciones verbales, órdenes contrarias a las funciones que desempeñaba la uniformada, como reportarse y escribirle permanentemente al celular o cambiar la foto del perfil de WhatsApp por una que fuera del gusto del general Zabala Cardona”, dice el ente investigador.
También se conoció que, al parecer, dispuso que su escolta vigilara el punto de trabajo de la mujer, restringió su relacionamiento con el personal masculino, en algunas oportunidades la ridiculizó en público por no atender a sus insinuaciones y la amenazó con anotaciones negativas al folio de vida. Producto del asedio la víctima se sintió vulnerada como mujer y profesional, lo que le generó un cuadro depresivo que terminó con un intento de suicidio.
La otra víctima es una archivista que prestaba sus servicios sin vinculación contractual en el Batallón de Selva N°53 y habría sido increpada por el entonces comandante de la FUDRA 2 porque no se le reportaba, no lo llamaba ni lo visitaba en su oficina, donde permanecía solo. Las evidencias indican que el oficial presuntamente condicionó la continuidad laboral de la particular a que accediera sus propósitos sexuales. Como las constantes insinuaciones fueron rechazadas, el oficial dio la orden de que la mujer no podía seguir desempeñando su función en ese lugar.
Para conocer más sobre justicia, seguridad y derechos humanos, visite la sección Judicial de El Espectador.