Gustavo Rugeles, un hombre lleno de controversias

Por segunda vez en doce meses, Marcela González denunció a su pareja, Gustavo Rugeles por violencia intrafamiliar. Una historia que ha tenido un desarrollo similar a lo que sucedió en diciembre de 2017, cuando se conoció la primera denuncia de González en contra de Rugeles. El pasado 10 de enero, González declaró ante la Fiscalía: “(Gustavo Rugeles) me coge y me da puños en las piernas causándome lesiones. Además, me hala el cabello arrancándome una parte de él (…) Me decía que yo era una maldita perra zorra, y yo le dije que se calmara, y empieza a tirar las cosas al suelo y me tira un zapato en la cara lesionándome el ojo izquierdo”.

Su relato lo dio a conocer tres días después Noticias Uno, medio que anunció que González había dado una entrevista, pero retractó. El 16 de enero accedió a hablar con Blu Radio, y dijo: “(Rugeles) tiene sus días malos y tiene su carácter y chocamos como cualquier pareja (…) La gente tiene errores y creo que todos merecen el beneficio (de la duda) y merecen que alguien crea en ellos y yo sí he creído en él. Creo que una persona con voluntad puede lograr cosas en la vida”. En ese momento, González dejó claro que no quería cárcel para su pareja, quiere que él recapacite.

Aun así, horas después, en una entrevista en W Radio, González regresó a su versión original sobre la denuncia que interpuso en días pasados contra Rugeles. Allí relató de nuevo los hechos ocurridos el pasado 9 de enero. Además, leyó un mensaje escrito por su pareja, para pedirle a Noticias Uno que no hiciera pública la entrevista: “Por distintas razones les he solicitado que no se haga la publicación de la entrevista que les concedí. Si quieren hacerle daño a su carrera, háganlo controvirtiendo su trabajo y no utilizando nuestro dolor y el de nuestra familia (…) La entrevista y mis actos fueron producto de la rabia”.

Rugeles, por su parte, se ha defendido desde su cuenta en Twitter: “Nunca he golpeado a una mujer, lo juro ante dios y lo demostraré. Vivo bajo un yugo, una situación familiar que no le deseo a nadie”. Y agregó lo que ya ha dicho antes, que este tema no tiene que ver con un episodio de violencia intrafamiliar sino que, en realidad, es un ataque a su trabajo: “Es evidente que en medio de los grandes debates siempre aparecen los mismos, como roedores mordiendo la misma herida, empujando montajes y amenazas”.

(Lea aquí: No creo que sea una persona peligrosa, tiene malos días: novia de Gustavo Rugeles).

La primera denuncia de Marcela González contra Gustavo Rugeles, que presentó a finales de diciembre de 2017, siguió un curso similar. El 27 de diciembre de ese año, varios patrulleros fueron alertados de una pelea entre una pareja al sur de Bogotá. Al llegar al lugar, González les contó que había sido agredida física y verbalmente, luego de que Rugeles empezara a reclamarle por unas llaves. Rugeles salió a defenderse en redes sociales y, al final, ambos aparecieron en un video afirmando que manejarían el tema de forma privada.

El llamado a juicio contra Rugeles a raíz de esa denuncia se radicó el año pasado. La audiencia para leer la acusación, sin embargo, no se ha podido realizar a pesar de que se ha programado en siete oportunidades. En varias de ellas, Rugeles ha llegado sin abogado, lo que ha impedido que la diligencia se lleve a cabo, y la Fiscalía tampoco ha optado por llamar a un defensor público para poder hacerla.

El caso de González no es el único de violencia intrafamiliar en el que ha estado involucrado el bloguero. Cuando se supo sobre esta primera denuncia, la periodista Johana Fuentes contó cómo, cuando fue pareja de Rugeles entre 2014 y 2015, este la maltrató física y psicológicamente durante el tiempo en que convivieron.

“Me cogió del cuello, me empujó contra la pared, partió un vidrio del baño y me herí la mano. Había un montón de sangre, le rogaba que me dejara ir a la clínica. No te vas a ir de acá, perra, me decía. Me cogió contra una ventana, yo trataba de defenderme. Le decía que iba a llamar a la Policía, y él respondía no vas a llamar a nadie, perra. Yo gritaba, era lo único que podía hacer para defenderme Los vecinos llamaron a la Policía, alguien timbró y salí corriendo”, contó Johana Fuentes en esa ocasión.

(Le puede interesar: "Sentía vergüenza de lo que me pasó, pero ya no": exnovia de Gustavo Rugeles).

Las polémicas en las que se ve envuelto Rugeles se han dado, además, por su ejercicio profesional. Por ejemplo, a mediados de 2018, publicó un artículo en El Expediente (el portal del que es director) que hablaba de un supuesto informe de contrainteligencia que sería la “prueba reina” de un complot contra el expresidente Álvaro Uribe Vélez y que involucraría al senador Iván Cepeda, al entonces presidente de la Corte Suprema de Justicia José Luis Barceló, al exvicepresidente Óscar Naranjo y al expresidente Santos.

Después de que Rugeles subiera el artículo a su página web, el senador Cepeda, uno de los directamente implicados, anunció que denunciaría al bloguero (al igual que a Fernando Londoño, director del programa ‘La hora de la verdad’) por los delitos de hostigamiento y calumnia agravada. “Esta denuncia está relacionada con un supuesto informe de inteligencia militar en el que se diría que supuestamente el presidente Santos, el vicepresidente Naranjo y magistrados de la Corte Suprema, habrían participado en una reunión en la que yo llegué a ofrecerles 5 millones de dólares como soborno”, dijo el congresista en esa ocasión.

Y las críticas no tienen solo que ver con la forma de Rugeles de hacer periodismo, sino también con los intereses que hay detrás de estas denuncias. El 13 de enero de 2018, días después de que se conociera la primera denuncia de Marcela González, el periodista Daniel Coronell publicó en la revista Semana el artículo ‘Quinientas barras’ en la que aseveró que “el bloguero Gustavo Rugeles puede ser la ficha clave para descubrir cómo funciona una banda de intimidación y extorsión que usa redes sociales, portales digitales y medios de comunicación convencionales”.

(También: Vaticano asegura que ni Santos ni otros expresidentes latinoamericanos tienen cuenta en IOR).

Uno de los ejemplos dados por Coronell sobre esta red, es que Gustavo Rugeles, en una interceptación, hablaba con Luis José Pupo Imbett, conocido como Nene Pupo y primo de Jorge 40, “para armarle un escándalo al (ex)contralor Maya (…) La conversación aparentemente se produce por la molestia del Nene Pupo porque su esposa, Ana Carolina Martínez Carrillo, auditora de la Contraloría, había sido declarada insubsistente por Maya”.

El episodio más reciente ocurrió cuando publicó en su blog una supuesta investigación en la que “develaba” que el expresidente Juan Manuel Santos tiene una cuenta de 390 millones de dólares en el Instituto para las Obras de Religión (IOR), que además tuvo eco entre el uribismo, conocido también como el “banco vaticano”, al igual que otros exmandatarios y presidentes latinoamericanos.

A pesar de que, en el artículo de El Expediente, Rugeles “soportaba” la información con facsímiles, el mismo Vaticano desmintió estas acusaciones. “Ninguna de las personas mencionadas en el artículo de 'El Expediente' ha tenido jamás una cuenta bancaria en el IOR, ni la tiene actualmente, ni tiene firma de delegación en cuentas a terceros, ni tendría —bajo las bases de las nuevas normas adoptadas por el Instituto— algún título para acceder a alguna operación en él”, explicó el director de prensa vaticana, Alessandro Gisotti. Rugeles, aun así, ha insistido en la veracidad de su denuncia.

Por segunda vez en doce meses, Marcela González denunció a su pareja, Gustavo Rugeles por violencia intrafamiliar. Una historia que ha tenido un desarrollo similar a lo que sucedió en diciembre de 2017, cuando se conoció la primera denuncia de González en contra de Rugeles. El pasado 10 de enero, González declaró ante la Fiscalía: “(Gustavo Rugeles) me coge y me da puños en las piernas causándome lesiones. Además, me hala el cabello arrancándome una parte de él (…) Me decía que yo era una maldita perra zorra, y yo le dije que se calmara, y empieza a tirar las cosas al suelo y me tira un zapato en la cara lesionándome el ojo izquierdo”.

Su relato lo dio a conocer tres días después Noticias Uno, medio que anunció que González había dado una entrevista, pero retractó. El 16 de enero accedió a hablar con Blu Radio, y dijo: “(Rugeles) tiene sus días malos y tiene su carácter y chocamos como cualquier pareja (…) La gente tiene errores y creo que todos merecen el beneficio (de la duda) y merecen que alguien crea en ellos y yo sí he creído en él. Creo que una persona con voluntad puede lograr cosas en la vida”. En ese momento, González dejó claro que no quería cárcel para su pareja, quiere que él recapacite.

Aun así, horas después, en una entrevista en W Radio, González regresó a su versión original sobre la denuncia que interpuso en días pasados contra Rugeles. Allí relató de nuevo los hechos ocurridos el pasado 9 de enero. Además, leyó un mensaje escrito por su pareja, para pedirle a Noticias Uno que no hiciera pública la entrevista: “Por distintas razones les he solicitado que no se haga la publicación de la entrevista que les concedí. Si quieren hacerle daño a su carrera, háganlo controvirtiendo su trabajo y no utilizando nuestro dolor y el de nuestra familia (…) La entrevista y mis actos fueron producto de la rabia”.

Rugeles, por su parte, se ha defendido desde su cuenta en Twitter: “Nunca he golpeado a una mujer, lo juro ante dios y lo demostraré. Vivo bajo un yugo, una situación familiar que no le deseo a nadie”. Y agregó lo que ya ha dicho antes, que este tema no tiene que ver con un episodio de violencia intrafamiliar sino que, en realidad, es un ataque a su trabajo: “Es evidente que en medio de los grandes debates siempre aparecen los mismos, como roedores mordiendo la misma herida, empujando montajes y amenazas”.

(Lea aquí: No creo que sea una persona peligrosa, tiene malos días: novia de Gustavo Rugeles).

La primera denuncia de Marcela González contra Gustavo Rugeles, que presentó a finales de diciembre de 2017, siguió un curso similar. El 27 de diciembre de ese año, varios patrulleros fueron alertados de una pelea entre una pareja al sur de Bogotá. Al llegar al lugar, González les contó que había sido agredida física y verbalmente, luego de que Rugeles empezara a reclamarle por unas llaves. Rugeles salió a defenderse en redes sociales y, al final, ambos aparecieron en un video afirmando que manejarían el tema de forma privada.

El llamado a juicio contra Rugeles a raíz de esa denuncia se radicó el año pasado. La audiencia para leer la acusación, sin embargo, no se ha podido realizar a pesar de que se ha programado en siete oportunidades. En varias de ellas, Rugeles ha llegado sin abogado, lo que ha impedido que la diligencia se lleve a cabo, y la Fiscalía tampoco ha optado por llamar a un defensor público para poder hacerla.

El caso de González no es el único de violencia intrafamiliar en el que ha estado involucrado el bloguero. Cuando se supo sobre esta primera denuncia, la periodista Johana Fuentes contó cómo, cuando fue pareja de Rugeles entre 2014 y 2015, este la maltrató física y psicológicamente durante el tiempo en que convivieron.

“Me cogió del cuello, me empujó contra la pared, partió un vidrio del baño y me herí la mano. Había un montón de sangre, le rogaba que me dejara ir a la clínica. No te vas a ir de acá, perra, me decía. Me cogió contra una ventana, yo trataba de defenderme. Le decía que iba a llamar a la Policía, y él respondía no vas a llamar a nadie, perra. Yo gritaba, era lo único que podía hacer para defenderme Los vecinos llamaron a la Policía, alguien timbró y salí corriendo”, contó Johana Fuentes en esa ocasión.

(Le puede interesar: "Sentía vergüenza de lo que me pasó, pero ya no": exnovia de Gustavo Rugeles).

Las polémicas en las que se ve envuelto Rugeles se han dado, además, por su ejercicio profesional. Por ejemplo, a mediados de 2018, publicó un artículo en El Expediente (el portal del que es director) que hablaba de un supuesto informe de contrainteligencia que sería la “prueba reina” de un complot contra el expresidente Álvaro Uribe Vélez y que involucraría al senador Iván Cepeda, al entonces presidente de la Corte Suprema de Justicia José Luis Barceló, al exvicepresidente Óscar Naranjo y al expresidente Santos.

Después de que Rugeles subiera el artículo a su página web, el senador Cepeda, uno de los directamente implicados, anunció que denunciaría al bloguero (al igual que a Fernando Londoño, director del programa ‘La hora de la verdad’) por los delitos de hostigamiento y calumnia agravada. “Esta denuncia está relacionada con un supuesto informe de inteligencia militar en el que se diría que supuestamente el presidente Santos, el vicepresidente Naranjo y magistrados de la Corte Suprema, habrían participado en una reunión en la que yo llegué a ofrecerles 5 millones de dólares como soborno”, dijo el congresista en esa ocasión.

Y las críticas no tienen solo que ver con la forma de Rugeles de hacer periodismo, sino también con los intereses que hay detrás de estas denuncias. El 13 de enero de 2018, días después de que se conociera la primera denuncia de Marcela González, el periodista Daniel Coronell publicó en la revista Semana el artículo ‘Quinientas barras’ en la que aseveró que “el bloguero Gustavo Rugeles puede ser la ficha clave para descubrir cómo funciona una banda de intimidación y extorsión que usa redes sociales, portales digitales y medios de comunicación convencionales”.

(También: Vaticano asegura que ni Santos ni otros expresidentes latinoamericanos tienen cuenta en IOR).

Uno de los ejemplos dados por Coronell sobre esta red, es que Gustavo Rugeles, en una interceptación, hablaba con Luis José Pupo Imbett, conocido como Nene Pupo y primo de Jorge 40, “para armarle un escándalo al (ex)contralor Maya (…) La conversación aparentemente se produce por la molestia del Nene Pupo porque su esposa, Ana Carolina Martínez Carrillo, auditora de la Contraloría, había sido declarada insubsistente por Maya”.

El episodio más reciente ocurrió cuando publicó en su blog una supuesta investigación en la que “develaba” que el expresidente Juan Manuel Santos tiene una cuenta de 390 millones de dólares en el Instituto para las Obras de Religión (IOR), que además tuvo eco entre el uribismo, conocido también como el “banco vaticano”, al igual que otros exmandatarios y presidentes latinoamericanos.

A pesar de que, en el artículo de El Expediente, Rugeles “soportaba” la información con facsímiles, el mismo Vaticano desmintió estas acusaciones. “Ninguna de las personas mencionadas en el artículo de 'El Expediente' ha tenido jamás una cuenta bancaria en el IOR, ni la tiene actualmente, ni tiene firma de delegación en cuentas a terceros, ni tendría —bajo las bases de las nuevas normas adoptadas por el Instituto— algún título para acceder a alguna operación en él”, explicó el director de prensa vaticana, Alessandro Gisotti. Rugeles, aun así, ha insistido en la veracidad de su denuncia.