Hansa Holdings Ltd informó que nunca fue socio de los Nule, “sino contraparte en una operación que le costó a los fondos cerca de US$ 40 millones”.
En un comunicado expedido este viernes, Alberto Hernández de Hansa Holdings rechazó que “se intente presentar a los fondos internacionales como beneficiarios o partícipes de una supuesta quiebra fraudulenta”.
Dice el comunicado que “los Nule no han recibido suma alguna de dinero ni tienen derecho a recibirlo como resultado de la compraventa de sus acciones o del contrato de asesoría que se suscribió con ellos”.
Indican que “los fondos no retiraron activo alguno de las compañías del denominado Grupo Nule”. Además recuerda el informe que “En 2007, los dos fondos de inversión, invirtieron en la obra de infraestructura más grande que se adelantaba en el país en ese momento, la Concesión Bogotá – Girardot: Se les otorgaron créditos a las sociedades MNV, Gas Kpital y el Consorcio Bogotá-Fusagasugá, por valor superior a $ 85.000.000.000 (Ochenta y cinco mil millones de pesos)”.
Precisa que “el Grupo Nule recibía enormes contratos del Estado a nivel nacional y local, en sectores de alta sensibilidad como son los de infraestructura y servicios públicos. Figuraba como uno de los emprendedores más importantes y exitosos de los últimos años en Colombia”.
El comunicado de prensa indica que “a comienzos de 2010, ante los incumplimientos en los pagos, se hizo evidente la crisis del denominado Grupo Nule. Preocupados por los perjuicios que nos estaba generando, empezamos a buscar soluciones para recuperar nuestro dinero y responder a nuestros inversionistas internacionales”.
“Para mitigar los enormes perjuicios era necesario descifrar la situación real de las empresas. Ante la poca colaboración para obtener información creíble, tuvimos que celebrar contratos que nos permitieran acceso a los estados contables y financieros de las companies”, dice el representante de Hansa Holdings, al reitera que “el 19 de junio de 2010, a través de una filial de Hansa Holdings se celebró un contrato de compraventa respecto a las acciones de las sociedades que conformaban el denominado Grupo Nule, sin que a los accionistas de la familia Nule se les hubiera pagado suma alguna”.
Asegura el informe de prensa que “como se requería el consentimiento del denominado Grupo Nule para iniciar la tarea, y ellos sostenían que sus compañías tenían activos suficientes para responder por sus obligaciones, se aceptó que si al hacer los pagos a los acreedores quedaban sumas de dinero remanentes, ellos tendrían derecho a una participación minoritaria frente a lo que antes del contrato les pertenecía totalmente. A partir del 25 de junio de 2010 se inició el estudio contable y financieros”.
Indica el informe de prensa que “para la celebración de los contratos el denominado Grupo Nule fue representado en la operación por la firma de Medellín Isaza & Londoño, mientras que los fondos encargaron a la prestigiosa firma que los asesoró desde la estructuración de los créditos de los inversionistas internacionales, Brigard & Urrutia Abogados S.A.”.
“Como resultado de este contrato no se produjo ningún pago a miembros de la familia Nule y cualquier eventual derecho de ellos terminó con anterioridad a que se ordenara por parte del Gobierno Nacional la liquidación forzosa de las compañías”, dice.
Aclara el informe que “las operaciones que realizaron los fondos con el denominado Grupo Nule tenían que ver sólo con las acciones de las compañías, no con los activos de las sociedades deudoras, los cuales no se tocaron ni tenían ninguna relación con el contrato y constituyen el patrimonio y el respaldo de las obligaciones con los acreedores”.
Para determinar el verdadero estado de las compañías, dice el comunicado que “se contrató a una reconocida firma de auditores, que fue pagada íntegramente con recursos de los fondos y arrojó como resultado la inexistencia de contabilidad en algunas sociedades, la absoluta inconsistencia y ausencia de soporte en los balances y cifras en otras. La situación era peor de lo que cualquiera se hubiera podido imaginar”.
El comunicado de prensa advierte que “se encontró que algunos de los activos discriminados en la relación que se había presentado por el Grupo Nule a la opinión pública, y se relacionaban en el contrato, ya no eran de propiedad de ese Grupo, y se había dispuesto de ellos con anterioridad a la suscripción de dicho contrato. Inmediatamente se le informó a las autoridades y a algunos de los acreedores interesados en el proceso”.
Dice el comunicado de prensa que “es falso afirmar que la familia Nule tiene derechos a pagos, o una expectativa de participación en las utilidades de las sociedades en cuestión, pues estos nunca se concretaron ante el evidente desastre administrativo y financiero que se encuentran las empresas del denominado Grupo Nule”.
Finaliza el comunicado de prensa que “pese a no haber recibido aún el pago de sus acreencias, los fondos hoy en día no son acreedores del Grupo Nule toda vez que las mismas fueron vendidas hace meses a Vergel y Castellanos S.A.”.