Hay un retroceso democrático en Colombia: Boaventura de Sousa

“Colombia esta desperdiciando una oportunidad histórica de profundizar la democracia: los acuerdos de paz. Durante todo el periodo de violencia era imposible profundizar la democracia. Esta oportunidad se está desperdiciando y lo que es más visible es la falta de voluntad política del Estado para cumplir los acuerdos. Colombia ha cambiado mucho desde los acuerdos, cambiado para peor desde un punto de vista democrático. Durante la pandemia no disminuyó el asesinato de líderes sociales, sino al contrario”. Las palabras son de Boaventura de Sousa Santos, doctor en sociología, reconocido investigador y profesor de varias universidades en Estados Unidos, Portugal e Inglaterra.

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Como invitado al XV encuentro de la Jurisdicción Constitucional que organizó la Corte Constitucional, De Sousa aseguró que actualmente hay cuatro condiciones necesarias para poder avanzar en el reconocimiento de los derechos individuales y colectivos y en favor de la ciudadanía intercultural: la profundización de la democracia, la movilización social, un sistema judicial efectivo y la capacidad de penetrar en los territorios. Y, en su criterio, en Colombia y en la mayor parte del continente solo se cumple una de ellas: la protesta social.

“En condiciones pandémicas, difíciles para la movilización, hemos presenciado a la Minga, un movimiento notable de los pueblos originarios que ha conmovido al mundo por su intensidad, por su capacidad de marchar en las peores condiciones y por la alianza que fueron teniendo a lo largo de la marcha. Esa condición está presente pero no la primera, la profundización de la democracia. Al contrario, estamos en un retroceso”, dijo el sociólogo en intervención virtual desarrollada este jueves.

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“Si ustedes analizan cómo los Estados utilizaron los estados de emergencia (por la pandemia) y cómo protegieron la vida, se nota que en Colombia es más sobresaliente el carácter represivo del Estado. Ese es el carácter de incluso las masacres en las cárceles durante la pandemia y una violencia grande. Colombia no ha sido un Estado reconocido por el lado positivo, sino por el lado negativo. Eso nos da idea de que hay un retroceso democrático que es más notable que en otros países porque Colombia esta despreciando una oportunidad histórica”, agregó.

Según De Sousa, además, hay una tercera condición por cumplir: “el Estado se revela poco eficaz para penetrar el territorio. Es poco eficaz o no quiere. Hay demasiados actores armados en Colombia. Esa es la realidad”. El profesor apuntó igualmente que Colombia está en un contexto de falta de voluntad política en el que es muy difícil proteger la vida de los pueblos originarios, situación que ocurre justo cuando el mundo está mirando hacia la naturaleza y a la justicia histórica.

“La pandemia ha traído una sensibilidad: que la vida humana es 0.01 de la vida del planeta y es arrogante y quiere destruir la vida del planeta. Tenemos que cambiar la forma de relacionarnos con la naturaleza. Tenemos que cuidar de la madre tierra si queremos continuar en este planeta. La vida va a seguir en el planeta, la vida humana es la que está en riesgo”, dijo al señalar que lo que ha sido una lucha de comunidades por la protección del territorio es ahora una lucha de todos por la sobrevivencia.

“Colombia esta desperdiciando una oportunidad histórica de profundizar la democracia: los acuerdos de paz. Durante todo el periodo de violencia era imposible profundizar la democracia. Esta oportunidad se está desperdiciando y lo que es más visible es la falta de voluntad política del Estado para cumplir los acuerdos. Colombia ha cambiado mucho desde los acuerdos, cambiado para peor desde un punto de vista democrático. Durante la pandemia no disminuyó el asesinato de líderes sociales, sino al contrario”. Las palabras son de Boaventura de Sousa Santos, doctor en sociología, reconocido investigador y profesor de varias universidades en Estados Unidos, Portugal e Inglaterra.

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Como invitado al XV encuentro de la Jurisdicción Constitucional que organizó la Corte Constitucional, De Sousa aseguró que actualmente hay cuatro condiciones necesarias para poder avanzar en el reconocimiento de los derechos individuales y colectivos y en favor de la ciudadanía intercultural: la profundización de la democracia, la movilización social, un sistema judicial efectivo y la capacidad de penetrar en los territorios. Y, en su criterio, en Colombia y en la mayor parte del continente solo se cumple una de ellas: la protesta social.

“En condiciones pandémicas, difíciles para la movilización, hemos presenciado a la Minga, un movimiento notable de los pueblos originarios que ha conmovido al mundo por su intensidad, por su capacidad de marchar en las peores condiciones y por la alianza que fueron teniendo a lo largo de la marcha. Esa condición está presente pero no la primera, la profundización de la democracia. Al contrario, estamos en un retroceso”, dijo el sociólogo en intervención virtual desarrollada este jueves.

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“Si ustedes analizan cómo los Estados utilizaron los estados de emergencia (por la pandemia) y cómo protegieron la vida, se nota que en Colombia es más sobresaliente el carácter represivo del Estado. Ese es el carácter de incluso las masacres en las cárceles durante la pandemia y una violencia grande. Colombia no ha sido un Estado reconocido por el lado positivo, sino por el lado negativo. Eso nos da idea de que hay un retroceso democrático que es más notable que en otros países porque Colombia esta despreciando una oportunidad histórica”, agregó.

Según De Sousa, además, hay una tercera condición por cumplir: “el Estado se revela poco eficaz para penetrar el territorio. Es poco eficaz o no quiere. Hay demasiados actores armados en Colombia. Esa es la realidad”. El profesor apuntó igualmente que Colombia está en un contexto de falta de voluntad política en el que es muy difícil proteger la vida de los pueblos originarios, situación que ocurre justo cuando el mundo está mirando hacia la naturaleza y a la justicia histórica.

“La pandemia ha traído una sensibilidad: que la vida humana es 0.01 de la vida del planeta y es arrogante y quiere destruir la vida del planeta. Tenemos que cambiar la forma de relacionarnos con la naturaleza. Tenemos que cuidar de la madre tierra si queremos continuar en este planeta. La vida va a seguir en el planeta, la vida humana es la que está en riesgo”, dijo al señalar que lo que ha sido una lucha de comunidades por la protección del territorio es ahora una lucha de todos por la sobrevivencia.