Historia de un proyecto de vivienda con enfoque de género que se entregó a las patadas
En Santa Rosa de Cabal y Belén de Umbría (Risaralda) se aprobó la construcción de unas urbanizaciones cuyas destinatarias serían, principalmente, mujeres cabeza de hogar. El resultado estuvo lejos de lo que se buscaba. Detalles de una auditoría que realizó la Contraloría General.
Viviendas propensas a inundaciones y sin servicios públicos: estos fueron algunos de los hallazgos que encontró la Contraloría en un proyecto que se concibió para ayudar a madres cabeza de hogar, llamado “Construcción de Viviendas para la Equidad”, el cual se ejecutó en Santa Rosa de Cabal y Belén de Umbría (Risaralda). Los contratos para los megaproyectos de vivienda de interés prioritario se firmaron en 2018 con la empresa VHZ INGENIERIA S.A.S. Para la Contraloría, la inexperiencia de esta compañía fue la razón principal para que el resultado de este proyecto, que tenía incluso enfoque de género, terminara de manera tan desastrosa.
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Viviendas propensas a inundaciones y sin servicios públicos: estos fueron algunos de los hallazgos que encontró la Contraloría en un proyecto que se concibió para ayudar a madres cabeza de hogar, llamado “Construcción de Viviendas para la Equidad”, el cual se ejecutó en Santa Rosa de Cabal y Belén de Umbría (Risaralda). Los contratos para los megaproyectos de vivienda de interés prioritario se firmaron en 2018 con la empresa VHZ INGENIERIA S.A.S. Para la Contraloría, la inexperiencia de esta compañía fue la razón principal para que el resultado de este proyecto, que tenía incluso enfoque de género, terminara de manera tan desastrosa.
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Para construir las urbanizaciones de San Lázaro, Villa Gladys y Terrazas de Monserrate en Santa Rosa de Cabal (Risaralda), el 18 de julio de 2018 comenzó el proyecto para el cual se asignaron $9.520 millones. El otro proyecto está conformado por las urbanizaciones Jazmín, Manantial y Villa Alba, ubicadas en Belén de Umbría (Risaralda), una obra que inició en septiembre de 2018 y representó para la Gobernación más de $2.926 millones junto con el contrato de interventoría, el cual también tiene irregularidades según el ente de control.
En la auditoría de 98 páginas, conocida por El Espectador, se lee que estos proyectos de vivienda pretendían ubicar a madres cabeza de hogar en las urbanizaciones. Allí, se esperaba que un total de 800 personas vivieran en las 250 casas del proyecto “Construcción de Viviendas para la Equidad”. Pero, para sorpresa de quienes recibieron las casas -y de la propia Contraloría-, estas no cuentan con ningún servicio público y los diseños del alcantarillado se quedaron en veremos.
Este no es un fenómeno nuevo en el país. De acuerdo con una investigación de la Universidad Jorge Tadeo Lozano en 2014, los proyectos de vivienda de interés prioritario se convirtieron en todo menos en un alivio para las familias bajo condiciones económicas apremiantes debido a que “no responde a la necesidad real de bienestar y regocijo de las familias colombianas (...) hechos como la mala planeación de los gobiernos y la ejecución inadecuada de las obras genera incertidumbre entre la comunidad”. Y el proyecto “Construcción de Viviendas para la Equidad” puesto en marcha en 2018 en Santa Rosa de Cabal y en Belén de Umbría, en Risaralda, al parecer no fue la excepción.
De acuerdo con la Contraloría, “en el presente proceso de contratación desde su planeación y la elaboración de los estudios previos, se evidencia una presunta y posible omisión al deber de planeación”. En las 250 viviendas que conforman el proyecto “se puede observar que no se han construido obras de urbanismo, ni presenta un manejo de aguas lluvias en las viviendas con canales, ni bajantes de las cubiertas, dichas actividades se tuvieron en cuenta en el presupuesto inicial, las cuales no se ejecutaron, lo que ocasiona inundaciones en el terreno y humedades en los muros de las viviendas”, dijo la Controlaría.
Esta también verificó que las urbanizaciones presentan dificultades para la conexión de servicios públicos. La empresa de acueducto y alcantarillado en Santa Rosa de Cabal Empocabal ha manifestado que, en numerosas ocasiones, han solicitado a la empresa del proyecto VHZ INGENIERIA S.A.S. realizar cambios de tubería para darle luz verde al diseño de la red de alcantarillado. Pero, en las visitas realizadas a los predios, la situación no cambia.
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Irregularidades en la construcción, tales como tuberías instaladas debajo de cimentaciones y adecuaciones que no cumplen con la normatividad, son algunas preocupaciones que la empresa de alcantarillado Empocabal no ha podido dar por superadas. La situación no es para menos, en las urbanizaciones San Lázaro, Villa Gladys, Terrazas de Monserrate en Santa Rosa de Cabal (Risaralda), no hay manejo de aguas lluvia, lo cual, teniendo en cuenta la naturaleza del terreno, se convierte en otro agravante.
Como si fuera poco, resalta la auditoría, el contratista alzó los cimientos de las urbanizaciones en pendientes de aproximadamente cuatro metros de altura que, en cualquier momento, podrían deslizarse. De acuerdo con el informe del ente de control, desde el 2 de junio de 2019, la oficina de Gestión del Riesgo y Desastres del municipio risaraldense puso en evidencia la situación.
En esa fecha, la oficia de Gestión del Riesgo registró la presencia en la obra de bomberos, ingenieros y personal de que VHZ INGENIERIA S.A.S. debida a la amenaza de un alud. “se evidencia deslizamiento de tierra y grietas en el relleno que efectuaron en urbanización Terrazas de Monserrate que se está llevando a cabo por parte de la Gobernación. (…) la falta de obras de contención, drenajes para las aguas de escorrentías y lluvias ocasionan grietas en parte del terreno y deslizamientos de tierra”.
VHZ INGENIERIA S.A.S. ha defendido sus decisiones. Explicó que se acogió a un estudio geotécnico de 2017 y aseguró que la causa de la inestabilidad del terreno se debe al incremento de las lluvia e invierno durante 2019. Asimismo, la empresa reconoció que “el terreno no era óptimo para realizar este tipo de obras, sin embargo, si no fuese viable en ese entonces realizar este proyecto no se hubiese contado con licencia de construcción por parte de la Secretaría de Planeación del municipio, no hubiese sido aprobado en el OCAD, ni contado con ninguna otra aprobación necesaria para un proyecto de este tipo”.
No obstante, para la Contraloría es claro que al elegir el terreno donde se alzarían las obras no se tuvieron en cuenta las recomendaciones efectuadas de suelo en el estudio “proyecto geotécnico complementario plan de vivienda de interés prioritario, junio 20 (de) 2017”. En este informe se dan los lineamientos para poder construir en esta zona, por ejemplo, se recomienda no pasar de 1,50 metros de altura entre terrazas, lo que ha ocasionado una inestabilidad en el suelo de cada vivienda y problemas de humedad en todos los muros de las casas.
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La deficiencias, según el órgano de control, estaría relacionada a que VHZ INGENIERIA S.A.S. nunca había trabajado en proyectos de interés social como el que se le adjudicó en 2018 con el proyecto “Construcción de Viviendas para la Equidad”. Es decir, que pecó por inexperta.
VHZ INGENIERIA S.A.S. es una empresa especializada en servicios de ingeniería eléctrica, de telecomunicaciones y automatización en edificaciones y el desacierto con la elección del contratista parece tener en jaque al proyecto que, a pesar de estar ad portas de finalizarse, no podrá ser entregado. ¿La razón? Aparte de no tener conexiones para servicios públicos, las viviendas no cuentan con vías de acceso para discapacitados lo que las hace no habitables. La peor parte es que la Promotora de Vivienda de Risaralda asegura no tener fondos para subsanar los agravantes.
Es por este motivo financiero que el proyecto está avanzando por fases. Así se lo confirmó a la Contraloría la empresa VHZ INGENIERIA S.A.S., que manifestó que “el contrato tenía como objeto la construcción de unas viviendas, las cuales se están terminando y que las obras que faltan hacen parte de otra fase del contrato y corresponden a obras de urbanismo”. Y allí no paran los líos en torno que rodean el proyecto. La Contraloría evidenció un presunto detrimento patrimonial asociado con los recursos de regalías: $10.307 millones. Todo se debe a otro contrato firmado entre la Promotora de Vivienda de Risaralda y el Consorcio Santa Rosa para la interventoría de las obras en 2018 por un valor de $787.326.199 millones.
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De acuerdo con la Contraloría, los contratos de las urbanizaciones San Lázaro, Villa Gladys, Terrazas de Monserrate, en el Municipio de Santa Rosa de Cabal y el pactado con el Consorcio Santa Rosa “incumple los preceptos establecidos en la normativa jurídica y técnica referida, por inadecuados procedimientos constructivos como parámetro de calidad en la vivienda y por indebida ejecución en la obra, situación que ha dejado a los proyectos de vivienda en alto grado de vulnerabilidad geotécnica y sin la garantía para la seguridad de la población beneficiaria”.
Así las cosas, para la Contraloría es evidente el daño patrimonial debido a que “no se logró desvirtuar que los dineros ejecutados en la obra sean suficientes para satisfacer la necesidad de vivienda que tiene un número grande de familias residentes en el municipio de Santa Rosa de Cabal en condiciones dignas”.
De acuerdo con el informe de la auditoría, “en el presente proceso de contratación desde su planeación y la elaboración de los estudios previos, se evidencia una presunta y posible omisión al deber de planeación”. Por esta razón, las entidades tendrán 15 días para presentar un nuevo Plan de Mejoramiento que contenga medidas y metas para corregir las irregularidades en las obras. “La Contraloría evaluará la efectividad de las acciones emprendidas por las entidades para eliminar las causas de los hallazgos detectados en esta auditoría, según lo establecido en la resolución orgánica que reglamenta el proceso y la guía de auditoría aplicable vigentes”, puntualizó.
la Promotora de Vivienda de Risaralda quienes aseguran que, para realizar las mejoras y adecuaciones, el presupuesto se agotó.