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La jueza 48 de Garantías de Bogotá tomó la primera determinación en contra de Diego Marín Buitrago, alias Papa Pitufo y también conocido como El Zar del Contrabando, desde que fue capturado en Portugal. La togada, respaldando la solicitud de la Fiscalía, declaró en contumacia al procesado, es decir que podrá ser imputado aun estando por fuera del país.
Una audiencia de contumacia, como la que se surtió en contra de Marín Buitrago, es un proceso judicial que se lleva a cabo cuando una persona procesada no comparece a la diligencia, a pesar de haber sido notificada. La contumacia se da cuando el señalado conoce del proceso, pero se niega a asistir, y así la Fiscalía podría imputarle cargos pese a su ausencia.
En este caso, durante la audiencia de contumacia, la jueza calificó la situación como una “burla a la justicia”, pues en repetidas ocasiones ese despacho judicial le ha solicitado a Marín que se conecte a las audiencias virtuales. Y, además, advirtió posibles dilaciones por parte de la defensa de Papá Pitufo, en cabeza del abogado Edgar Villamil.
La Fiscalía argumentó, en audiencias pasadas, que Marín Buitrago se negaba a asistir a las diligencias judiciales, y solicitó que fuera avalada la contumacia. Ese escenario fue respaldado por la Procuraduría y también por la propia Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (Dian), la cual fue aceptada como víctima en el proceso.
“El Estado agotó todos sus medios para informar a Diego Marín Buitrago sobre el proceso penal. Existe una plena identificación del investigado, por lo tanto, la petición de la Fiscalía del pasado 20 de enero, es a lugar y este despacho declara en contumacia, en rebeldía, a Diego Marín Buitrago”, dijo la togada durante la diligencia de este 24 de enero.
Ante la decisión, la defensa apeló esa decisión señalando que no podría avalarse la contumacia contra Marín, pues aun está pendiente el trámite de su extradición a Colombia, el cual ya solicitó la Fiscalía. El conocido como uno de los mayores contrabandistas del país se encuentra en la ciudad de Oporto (Portugal), luego de haber sido detenido por autoridades de ese país.
¿Quien es Diego Marín Buitrago?
De origen caldense, pero radicado en el Valle, Marín fue vinculado por la Dijín de la Policía desde 1993 al lavado de activos por su cercanía con los hermanos Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela, cofundadores del Cartel de Cali. En 1994, según fuentes de la Policía, Pitufo ya tenía encargados millonarios negocios de contrabando de textiles, calzado y tecnología que venían desde China y, un año después, en 1995, tras la captura de los dos líderes de esa organización ilegal dedica al tráfico de cocaína desde el puerto de Buenaventura, Marín decidió formar su propio imperio de contrabando.
A la cabeza del negocio, autoridades han señalado que el seguimiento a sus bienes ha sufrido varios tropiezos, pues a su nombre solo tiene una casa. Desde inicios de los años 2000, la Dirección de Inteligencia comenzó a seguir la pista de los patrimonios de sus socios y familiares, pues, de acuerdo con sus registros, Marín manejaba su participación en empresas de comercio exterior con algunas personas de su entorno social y testaferros. Sin embargo, nunca se encontraron responsables de administrar bienes del contrabandista.
En 2004, el gobierno de Estados Unidos le quitó su visa, pues su nombre ya se había dado a conocer como una de las cabezas del contrabando colombiano, ofreciendo hasta $100 millones para sobornos para dejar pasar las operaciones ilegales por el puerto de Buenaventura. Marín, además, tenía varias inversiones en Miami, las cuales había realizado con dineros provenientes del contrabando y lavado de activos. Desde 2009 hasta 2011, la Policía Fiscal y Aduanera incautó mercancías de Pitufo avaladas en más de US$15 millones.
Con el fin de poner una cortina sobre sus actividades ilegales, el nombre de Diego Marín también apareció como representante legal de algunas empresas en el Valle del Cauca, las cuales han sido calificadas por las autoridades como “empresas de papel”. En 2009 figuraba como representante legal de la Agencia Colombiana de Aduanas y, a su vez, como socio y representante legal de Currier On Time, una compañía de mensajería ubicada en Cali.
Con el paso del tiempo, Pitufo fue conformando una red de contrabando ilegal que era capaz de evadir hasta $8 billones en impuestos, lo que representaba sus ganancias. En 2011, la Dirección de Inteligencia de la Policía llegó a las oficinas de la Policía Aduanera buscando información sobre los sobornos que esta red habría podido ofrecer a sus funcionarios, para lo que habrían dejado pasar varios contenedores con mercancía ilegal. Así, y luego de casi una década, Marín se convirtió en el responsable del 80% del contrabando que ingresa a Colombia, según reseña la Policía.
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