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Continuó el juicio en contra de Álvaro Uribe Vélez, por su presunta responsabilidad en los delitos de soborno a testigos y fraude procesal. En la jornada 37, que se desarrolló en el complejo Judicial de Paloquemao, en Bogotá, se escucharon las declaraciones de dos testigos de la defensa, luego de que el expresidente se tomara cuatro días para su intervención.
Hoy hablaron Juan Felipe Amaya, quien además de ser testigo hace parte del equipo de abogados de Uribe Vélez, y el también abogado José Manuel Rodríguez. Sus declaraciones se adelantaron luego de que al final del día 36 del juicio, la defensa anunciara que Santiago Uribe Vélez, hermano del exmandatario, ya no será testigo en el caso, y que Andrés Felipe Arias, exministro de Agricultura, condenado por el caso de corrupción de Agro Ingreso Seguro, está fuera del país y solo podrá declarar hasta la próxima semana.
Se espera que, terminadas las intervenciones de los testigos agendados para hoy, el lunes se reanuden las audiencias con Mario Uribe Escobar, primo del expresidente y quien ha sido señalado como el primero en establecer contacto con el controvertido abogado Diego Cadena —conocido en el proceso como el “aboganster”—, presuntamente con el propósito de manipular los testimonios de exintegrantes de grupos paramilitares.
En contexto: Los argumentos con los que Álvaro Uribe Vélez se juega su inocencia en Paloquemao
La aparición de Diego Cadena
Jose Manuel Rodríguez, un bogado penalista de Bogotá y cuyo nombre no ha tenido ningún eco en el expediente en contra del expresidente Uribe, también rindió testimonio. El abogado, que fue interrogado por no más de cuarenta minutos por parte de la defensa y a quien la Fiscalía no contrainterrogó, habló sobre un eslabón importante para comprender cómo Álvaro Uribe Vélez, según lo plantea la defensa, dio con Diego Cadena, el “aboganster”.
Rodríguez narró que fue socio del abogado Hugo Hernando Ramírez Rincón. En 2015 llegó a su oficina un proceso de única instancia ante la Corte Suprema de Justicia, en contra de Mario Uribe Escobar, primo del expresidente Álvaro Uribe Vélez. Estaba siendo investigado por seis delitos, entre ellos la masacre de cuatro indígenas, el ocho de junio de 2003, entre los municipios de Supía y Riosucio (Caldas). Una de las víctimas era Gabriel Ángel Cartagena, candidato a la alcaldía de Riosucio.
Para la época, Ramírez Rincón, su socio y abogado suplente en el caso de Uribe Escobar, ya se conocía con Diego Cadena. “Eran amigos de antes”, dijo Rodríguez durante la diligencia. Rodríguez conoció a Cadena en un almuerzo citado por Ramírez Rincón, en Bogotá, en el que le presentaron al “aboganster”. Durante el encuentro, este comentó que había hecho un viaje a Estados Unidos en el que escuchó información sobre situaciones relacionadas con el expresidente Uribe Vélez.
Rodríguez era el abogado principal en el caso contra Mario Escobar Uribe, por lo que, según su declaración ante el juzgado, Cadena le pidió que le ayudara a ponerse en contacto con el exmandatario. “Me dice que él necesitaba llegarle a Álvaro Uribe Vélez”, señaló. Como Rodríguez no tenía un contacto directo y, según dijo, tampoco conoce al expresidente, le dio el número de teléfono del primo, su cliente, y ayudó a tender ese puente.
Hasta allí habría llegado su intervención en el contacto entre Cadena y Uribe Vélez. “Nunca participé en ningún caso de Diego Cadena. Nunca estuve reunido con Mario Uribe y Diego Cadena”, concluyó el abogado Rodríguez.
Los hermanos Uribe y las retaliaciones de los narcos
Desde la posición de testigo en el caso contra el expresidente, el abogado Juan Felipe Amaya hizo un recuento de la forma en la que empezó a relacionarse con los hermanos Uribe Vélez y cómo recibió información de que las acusaciones que tenían a Santiago Uribe Vélez privado de la libertad, por sus presuntos nexos con el paramilitarismo, harían parte de un “complot” de los carteles del narcotráfico para cobrar las acciones de su hermano, el expresidente, en contra del tráfico ilegal de drogas.
Amaya señaló que empezó a asesorar como abogado suplente a Santiago Uribe Vélez hacia el año 2010, luego de que se reabriera la investigación por el caso de Los 12 Apóstoles, que lo relacionaba con la creación y financiación del Bloque Metro de las Autodefensas, mismo por el cual fue declarado inocente en noviembre de 2024. En esa asesoría conoció a su hermano, el expresidente Álvaro Uribe Vélez.
El abogado señaló que, por estar involucrado su hermano y haber sido detenido, Álvaro Uribe Vélez “estaba muy interesado” en que se hicieran las investigaciones del caso. El expediente se había reabierto tras una declaración de Juan Carlos Meneses, un mayor retirado de la Policía. Los hermanos Uribe Vélez recibieron información de que un colombiano condenado en Estados Unidos por delitos relacionados con narcotráfico y que estaba en el mismo penal que el exministro Andrés Felipe Arias —quien rendirá testimonio la próxima semana—, tenía información sobre quién le habría pagado a Meneses para que hablara en contra de Santiago Uribe Vélez.
Se trataba de Ramón Quintero Sanclemente, uno de los principales líderes del cartel del Norte del Valle. Amaya intentó contactarse con los dos abogados del exnarco para confirmar la información que habían recibido y que angustiaba al Álvaro Uribe Vélez: detrás de las declaraciones en contra de su hermano estarían narcotraficantes del Valle del Cauca, empeñados en cobrarle al expresidente sus acciones en contra del narcotráfico durante su mandato.
Amaya intentó verificar esa información entre diciembre de 2016 y febrero de 2017, pero los abogados de Quintero Sanclemente nunca le respondieron. El expresidente Uribe, según el relato de Amaya, seguía preguntando qué había pasado con esa información. Hasta que un día le comunicó que, dado que no lo había logrado, tenía a otro abogado al que “le había encomendado” empezar las verificaciones en la cárcel de Estados Unidos. Se trataba de Diego Cadena, el “aboganster”.
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