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Hace una década, Marlon Enrique Orozco soñaba con ser comisario de la Policía e incautaba cargamentos de coca que llegaban escondidos a San Andrés. En junio de 2011 lo citaron a una capacitación institucional en la base aérea de Catam, en Bogotá. Todo fue una mentira. Apenas llegó, fue esposado y conducido a Cartagena, donde lo imputaron como supuesto líder de una organización de narcotráfico que tenía infiltrada a la Policía en todo el país. Hoy, 10 años después, la justicia le dio la razón en su inocencia y, además, ordenó que se abriera una investigación en contra del informante que lo puso en la palestra.
Jhoan Sebastian Cote
Comunicador social con énfasis en periodismo y producción radiofónica de la Pontificia Universidad Javeriana. Formación como periodista judicial, con habilidades en cultura, deportes e historia. Creador de pódcast, periodismo narrativo y actualidad noticiosa.@SebasCote95jcote@elespectador.com