
La pandemia dejó claro que no todas las diligencias pueden ser virtuales. / Getty Images
Foto: Getty Images - krisanapong detraphiphat
El pasado 18 de junio, recostado en el timón del taxi que maneja y desde alguna calle de Bogotá, Luis*, un testigo en un proceso penal, rindió su declaración. Minutos antes, había aparcado el vehículo ante la petición de la jueza del caso, ya que contestó la llamada mientras manejaba. Al otro lado de la pantalla, lo escuchaban, desde sus casas, servidores del despacho judicial, el fiscal del caso y el abogado del procesado. La declaración duró treinta minutos y se suspendió al menos una vez entre dificultades de sonido y distracciones de la...
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