La estrategia de los capos del narcotráfico ahora es ser invisibles

Un detallado informe de InSight Crime reveló las nuevas dinámicas para exportar cocaína y el nuevo perfil que están utilizando los narcotraficantes, uno más inteligente a la hora de evadir la justicia.

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Redacción Judicial
14 de marzo de 2018 - 03:17 p. m.
El informe asegura que los márgenes de ganancia en el narcotráfico llegan hasta el 3.000% / Cristian Garavito - El Espectador
El informe asegura que los márgenes de ganancia en el narcotráfico llegan hasta el 3.000% / Cristian Garavito - El Espectador
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Los narcos “invisibles” conforman la cuarta generación de narcotraficantes en el país, según el último informe de la organización InSight Crime en el que se evidencia la más reciente radiografía del negocio del narcotráfico en Colombia. El perfil de este tipo de capos es distinto a los del pasado. El vínculo con actores armados ya no existe, los vehículos de altas gamas habrían desparecido y las mansiones se habrían convertido en apartamentos de clase media alta. Entre menos huellas dejen es más fácil ocultar las actividades ilegales. Aunque los actores armados siguen acechando el mercado de la droga en el país, como el Eln, el reto más difícil de tratar para las autoridades es este nuevo modelo de capos, porque cada vez son más difíciles de atrapar. Estas son las claves que da el informe para identificar a esta nueva generación.

En este momento, Colombia, además de estar en el período de más alta producción de cocaína en sus últimos años, se ha convertido en un terreno fértil para que cualquiera pueda entrar en el negocio del narcotráfico, dice la investigación. Con la salida de las Farc de la actividad ilegal, el tráfico de droga quedó expuesto para nuevos actores y lo que se conocía como narcotraficante, comenzó a cambiar. Los capos de hoy en día prefieren esconderse bajo la figura de empresarios exitosos y capaces de evadir a las autoridades a través de fachadas camufladas en el sistema financiero. InSight Crime asegura que hoy en día es difícil distinguir entre los dineros lícitos de los ilícitos de un narcotraficante invisible.

(En contexto: La época de Pablo Escobar: cuando la coca fue más grande que el Estado)

Por este motivo, a la luz de hoy se ha vuelto atractivo crear oficinas de cobro en el exterior, especialmente en España, pues además de la fácilidad de adaptarse al idioma, tiene una amplia red de contactos con colombianos y relaciones con estructuras criminales españolas. “España tiene muchos puertos, un volumen extremadamente alto de tráfico en contenedores, y una enorme infraestructura de embarcaciones de placer, que ofrece múltiples puntos de llegada para los cargamentos marítimos”, señala el informe. Quienes llegan a la oficinas de cobro son claves pues su función es servir como subcontratistas de los narcos invisibles y facilitar la llegada de la droga a Europa, China o Australia.

Las otras generaciones de capos hacen parte de la evolución que ha sufrido el negocio del narcotráfico a lo largo de la historia del país. InSight Crime analizó las cuatro generaciones que se han desarrollado en Colombia. La primera, compuesta por los carteles de Medellín y Cali “eran organizaciones con una estructura vertical y un liderazgo definido, que participaban en todas las etapas de la cadena de la cocaína, desde la producción hasta la distribución”, asegura el informe. La segunda estaba compuesta por el cartel del Norte del Valle y por el paramilitarismo. La tercera, son las Bacrim.

La investigación explica que, actualmente, es mucho más sencillo acceder al negocio del narcotráfico que hace unos años, si tiene los recursos para hacerlo. De hecho, InSight Crime afirma que la persona que “tenga dinero, tenga la capacidad de transportar grandes volúmenes de cocaína y disponga de la capacidad de lavar dinero para hacer los pagos en los diferentes eslabones de la cadena, puede participar en el negocio”. Es una cadena complicada, detalla el informe, la cual consta de tres etapas: la producción y el trasporte a nivel nacional; el tráfico internacional y la distribución en los respectivos destinos. Según el documento de investigación, el negocio deja ganancias hasta del 3.000 %, generando enormes sumas de dinero ilícito que ya no provienen de Estados Unidos sino de Europa, China o Australia. La siguiente inforgrafía muestra cómo funciona el mercado en esas regiones.

Un punto preocupante del informe es el hecho que la producción de cocaína ha aumentado, junto con avances en la siembra y los lugares para procesarla. Tanto en las “cocinas” como en los laboratorios, se procesan las plantas para dejar la droga lista, un modelo similar al que Pablo Escobar consolidó en los años 80. “El más famoso fue el laboratorio del Cartel de Medellín, conocido como 'Tranquilandia', que fue destruido en 1984. Con una extensión de casi 500 hectáreas, comprendía 19 laboratorios diferentes, empleaba a más de 100 trabajadores, y podía producir varias toneladas de cocaína por semana, que eran exportadas desde cualquiera de las ocho pistas de aterrizaje que conformaban el complejo. Incluso, en el año 2001 todavía se seguían encontrando este tipo de megalaboratorios”, asegura el informe.

(Lea también: Capturado "Carlos Ciro", presunto capo del narcotráfico)

InSight Crime deja como claro favorecido de esta situación al Eln, quien aprovechó, tanto la salida de las Farc, como los escasos esfuerzos del gobierno por erradicar lo cultivos ilícitos para ocupar el territorio y apoderarse de las vías de tráfico. “Fortalecido por la expansión territorial y por antiguos elementos de las Farc, el Eln se está convirtiendo rápidamente en el actor más importante de la primera etapa (siembre, producción y distrubición en Colombia) del narcotráfico colombiano, especialmente a lo largo de la costa del Pacífica (Chocó, Cauca y Nariño)”. En el siguiente mapa puede revisar en qué zonas del país hay presencia del Eln y en dónde se han fortalecido.

Dentro de las posibles soluciones, InsightCrime defiende la necesidad de que la Policía se apropie de los operativos en vez del Ejército, pues “hay abundantes pruebas de que el despliegue indiscriminado de militares puede mostrar una mejora a corto plazo en la seguridad, pero con el tiempo desaparece a medida que las organizaciones de tráfico de droga se adaptan a su estrategia; además, con frecuencia aumentan las violaciones a los derechos humanos”. Asimismo, advierte la necesidad de crear políticas con los gobiernos de los otros países para combatir este tipo de narcotráfico. “Esto debe convertirse en una prioridad. Trabajar con socios como la Unión Europea y las Naciones Unidas, así como con agencias estadounidenses, podría ser de gran ayuda", concluye el informe.

Por Redacción Judicial

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