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Casi 20 años después de haber sido abatido por el Bloque de Búsqueda de la Policía, los herederos del capo Juan Camilo Zapata Vásquez acaban de perder la última batalla jurídica para conservar la fortuna mal habida del narcotraficante. Se trata de 58 bienes inmuebles, incluido el famoso castillo Marroquín, ubicados en Cundinamarca, Chocó, Antioquia y Meta adquiridos durante los tiempos de bonanza de la coca y los sicarios del cartel de Medellín, a los que el Tribunal de Bogotá les extinguió el derecho de dominio y los trasladó al Estado, así como seis sociedades más. La justicia logró demostrar que Zapata Vásquez fue socio ni más ni menos que de Gonzalo Rodríguez Gacha, alias el Mexicano, y que construyó un ‘narcoemporio’ criminal que durante años pasó de agache. El Espectador tiene en su poder el expediente en el que quedó en evidencia cómo sus herederos trataron de burlar a la justicia.
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