Desde la primera semana de julio, la Sala de Instrucción de la Corte Suprema de Justicia tiene en sus manos una solicitud de la Sala de Justicia y Paz del Tribunal Superior de Bogotá que involucra a una funcionaria clave para la administración Duque: la consejera presidencial de derechos humanos, Nancy Patricia Gutiérrez. Se trata de una compulsa de copias en la que el tribunal pide que se inicie una investigación, en caso de haber mérito, sobre los supuestos vínculos de la exsenadora y exministra del Interior de Duque con estructuras paramilitares que le habrían dado su apoyo para poder llegar al Congreso en las elecciones de 2002.
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Ver: Compulsan copias contra Nancy Patricia Gutiérrez por testimonio de exparamilitar
La decisión la tomó la magistrada Alexandra Valencia en medio de una petición de la Fiscalía para excluir a Luis Alberto Medina Salazar como postulado de Justicia y Paz. Medina, también conocido con los alias de Negro Julio o Cristo Malo, es un expolicía que ingresó a las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc) bajo el mando de los hermanos Castaño y Salvatore Mancuso en Córdoba. El 31 de enero de 2017 fue condenado por falso testimonio, tras haber declarado que la exministra Gutiérrez tuvo el apoyo de las autodefensas. Este exparamilitar secundó en esa versión a Andrés Vélez, un cuestionado testigo del paramilitarismo que fue llamado a juicio en 2017 porque habría mentido sobre los nexos de la excongresista Gutiérrez con “paras”.
Hasta donde se sabe, Cristo Malo comenzó su historia criminal al interior de la Policía en los años noventa. Según el portal periodístico Verdad Abierta, fue contactado por Mancuso y los hermanos Carlos y Vicente Castaño para hacer contactos con miembros de la Fuerza Pública en Caquetá y permitir el ingreso paramilitar a este departamento. En 1989, Medina Salazar estuvo en la institución policial asignado al F2 (grupo de inteligencia) en Medellín. Sin embargo, la mayor parte de su servicio estuvo en Córdoba. Al salir de la Policía, a finales de 1996, lo reclutó Mancuso en una de las Convivir de Córdoba, las cuales, como ya ha documentado la Fiscalía, sirvieron como fachada de los paramilitares.
En una versión libre ante el programa de Justicia y Paz de la Fiscalía, rendida en junio de 2011, Medina contó que fue Fidel Castaño quien le puso el sobrenombre con el que terminó siendo más conocido: Cristo Malo. Recalcó que las Convivir, grupos de seguridad privada avalados por el Gobierno, eran estructuras paralelas a las AUC. A finales de 1997, según su relato, Carlos Castaño lo envió a Caquetá junto con otros 30 hombres con el fin de ampliar el poder territorial en esa zona, bastión de las Farc. Entre esos hombres armados iba Rafa Putumayo, jefe paramilitar clave en la expansión del grupo armado en el suroccidente de Colombia con el Bloque Calima y el Central Bolívar.
En la condena de la Corte Suprema contra el exgobernador de Caquetá, Luis Fernando Almario, por sus nexos con las AUC, se documentó el poder de los hombres de Cristo Malo en ese departamento. “El grupo ejerció influencia en Florencia, Albania, Morelia, Paujil, Doncello, San José de Fragua, Belén de los Andaquíes, Puerto Arango, Milán, Valparaíso, Curillo, Solita, Montañita, San Vicente del Caguán, etc. (...) donde se relacionaron con diversas personas –”traquetos”, comerciantes, ganaderos, políticos– logrando financiar la organización, en especial mediante el cobro de un impuesto al “gramaje” por el tráfico de la cocaína producida en la región, la cual autorizaban comercializar”, dice la sentencia, proferida en marzo de 2016.
Cristo Malo fue capturado antes de que el Frente Caquetá fuera entregado por los Castaño al narcoparamilitar Carlos Mario Jiménez Naranjo, alias Macaco, lo que ocurrió entre 2001 y 2002. Para Macaco, era clave tener poderío en un departamento cocalero y fundamental en la cadena del narcotráfico. Fue trasladado a la cárcel La Modelo en Bogotá, en donde se vivía una guerra interna entre guerrilleros y paramilitares. Lo poco que ha podido esclarecer la Fiscalía sobre este periodo oscuro del conflicto es que decenas de personas fueron asesinadas o desaparecidas al interior del penal en esa época.
Según un documento de la Fiscalía de agosto de 2017, Medina Salazar, mientras estuvo preso, fue testigo de las reuniones en las que se planeó el secuestro, tortura y abuso sexual de los que fue víctima la entonces periodista de El Espectador, Jineth Bedoya. “Este último acto delictivo incluso, narra Medina Salazar, motivó diferencias entre los jefes de los paramilitares dentro de La Modelo, Miguel Arroyave y Ángel Gaitán Mahecha, por cuanto este último no estaba de acuerdo con el episodio de agresión sexual”, dice el documento conocido por este diario.
Además, dice el ente investigador, Cristo Malo dio información relevante que corrobora el contexto y vínculos directos entre Arroyave y Gaitán con los hermanos Castaño, “al punto que los primeros fueron los designados por los segundos, dada su colaboración en dinero y en lo militar, con hombres, para el propósito de controlar la Modelo, ya que todos los integrantes de esta estructura ilegal recluidos en la misma, estaban bajo el dominio y mando de estos líderes. Además, señala el móvil de los hechos de agresión contra la periodista, como eran las publicaciones que esta hiciera sobre lo que estaba sucediendo al interior de la cárcel”, dice la Fiscalía.
Medina Salazar le contó a la Corte Suprema en 2010 y 2013 que, antes de quedar preso a finales de 2001, hubo un supuesto pacto entre Nancy Patricia Gutiérrez, entonces representante a la Cámara, y miembros de las estructuras paramilitares Frente Celestino Mantilla y Bloque Cundinamarca, entre ellos sus comandantes paramilitares, Jhon Fredy Gallo Bedoya, alias El Pájaro, y Luis Eduardo Cifuentes Galindo, alias El Águila. Por esta declaración fue que terminó condenado en enero de 2017 por falso testimonio. (Archivan proceso disciplinario contra Nancy Patricia Gutiérrez por parapolítica)
Ante la reciente solicitud de la Sala de Justicia y Paz del Tribunal Superior de Bogotá, la consejera presidencial Gutiérrez recordó que ella ya fue investigada por supuestos nexos con paramilitares y que la Corte Suprema archivó el proceso hace seis años por falta de evidencias. “Se atendieron 54 declaraciones, dando como resultado que se archivara el caso el 23 de julio de 2014, porque no hubo mérito ni pruebas que confirmaran tales acusaciones”. Además, aseguró que todas las menciones que han hecho sobre el supuesto apoyo que recibió de grupos paramilitares para sus campañas políticas al Congreso han sido injustas.
Medina Salazar también declaró contra el exgobernador del Caquetá, Luis Francisco Cuéllar, como una de las personas que colaboró en la expansión de las Auc en ese departamento. En noviembre de 2009, el dirigente regional declaró ante la Fiscalía que esa versión se trataba de una persecución política. Un mes después, el 21 de diciembre, el gobernador fue secuestrado y posteriormente degollado, su cuerpo apareció al día siguiente. Ya había sido plagiado cuatro veces por las Farc, por lo que esa guerrilla fue la principal sospechosa desde el inicio. Los ejecutores fueron miembros de la columna móvil Teófilo Forero.
Cuando Cristo Malo salió de la cárcel Modelo se reincorporó a las AUC en Caquetá por un corto periodo, pues los paramilitares se desmovilizaron entre 2004 y 2006. En ese tiempo alcanzó a tener contacto con varios miembros del Ejército y la Policía que colaboraron con los paramilitares, según lo que contó a Justicia y Paz. Cuando ingresó a esta justicia especial terminó detenido en la cárcel La Picota de Bogotá, hasta donde sigue detenido.
