Este fin de semana, en medio de la crisis entre Israel y Hamás, pasó casi inadvertida una incautación histórica por parte de la Fiscalía: el proceso de extinción de dominio de los 30 predios que conforman la reconocida finca de La Virgen del Cobre, en Necoclí. Se trata de una de las propiedades más retratadas en expedientes judiciales e informes de organizaciones de derechos humanos, donde paramilitares, políticos reconocidos y acaudalados empresarios habrían pactado sus alianzas para dominar la una de las regiones más prosperas del país. La “mejor esquina de América”, cuyos ciudadanos han sido víctimas durante casi medio siglo de las guerras por el control de la tierra.
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Por orden de la Sala de Justicia y Paz del Tribunal Superior de Bogotá, las propiedades de La Virgen del Cobre, avaluadas en $120.000 millones, pasarán a manos de las víctimas del conflicto para su administración. Mientras el proceso de extinción de dominio avanza, la Fiscalía está en capacidad de confirmar que La Virgen del Cobre estaría relacionada con el Bloque Elmer Cárdenas de las Autodefensas Unidas de Colombia y su excomandante Freddy Rendón Herrera, alias El Alemán. Con un dato adicional: el ente investigador está confirmando que su antiguo dueño, el ganadero asesinado José Antonio Ocampo Obando, está vinculado con el alias de Pelusa y que habría financiado a los paramilitares.
“Los elementos de prueba indican que habrían sido adquiridos (los predios de la finca) con recursos provenientes de las actividades narcotraficantes ejercidas desde los años ochenta”. Esa es una frase que sirve para iniciar el recorrido histórico de La Virgen del Cobre. Según lo documentó el periodista Fabio Castillo en su libro “Los Jinetes de la Cocaína”, a Ocampo Obando ya se le conocía como Pelusa en Antioquia desde los ochenta. De la noche a la mañana, menciona el texto, el reconocido ganadero apareció como dueño de varios bienes en Antioquia y hasta llegó a ser muy cercano a Pablo Escobar, con quien, se dice, participó en esas icónicas carreras automovilísticas del capo narcotraficante.
Antecedentes: El lío de la Virgen del Cobre
Ocampo Obando adquirió La Virgen del Cobre y la puso a nombre de Industrial Pecuaria, una de sus empresas, la cual todavía tiene vida en la Cámara de Comercio de Medellín y que es representada por la exesposa del señalado Pelusa, Adriana Lucía Parra. La primera vez que la justicia quiso echar mano de La Virgen del Cobre fue en agosto de 1989, cuando fue ocupada por la Jefatura Militar de Urabá, al ser vista como producto del testaferrato adelantado por Pablo Escobar. Ocampo Obando fue capturado en diciembre de 1989, pero fue dejado en libertad. El inmueble siguió bajo su dominio, a pesar de que, según “Los Jinetes de la Cocaína”, se encontraron tres revólveres, una escopeta y un fusil.
Lo que la historia sabe sobre La Virgen del Cobre
A Ocampo Obando la justicia jamás le comprobó un solo pecado y, al final, fue asesinado en 2017 en Medellín. Su familia asegura que ha sido históricamente víctima de persecución por parte de la Fiscalía y de las organizaciones de derechos humanos, las cuales en sus investigaciones lo mencionaron como cercano a todos los males que han infectado al Urabá desde los ochenta. Para la muestra, el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), en su informe “Macrocriminalidad con Licencia Legal”, habla de Ocampo Obando como “integrante de cartel” que compró extensas fincas con el propósito de instalar corredores de narcotráfico desde el Magdalena Medio al Golfo de Urabá.
“El objetivo de vaciar territorios para el negocio del narcotráfico de los Tangueros o Mochacabezas y sus aliados, José Antonio Pelusa Ocampo Obando y Carlos Alberto Ardila Hoyos, Carlos Correa, fue exitoso”, explica Indepaz. La historia nos invita, ahora, a revisar el informe “Estrategias de Guerra y Trasfondos del Paramilitarismo en el Urabá Antioqueño”, del Centro Nacional de Memoria Histórica. De acuerdo con el texto, a mediados de los noventa, tomaron fuerzas las estructuras paramilitares, tales como el Bloque Elmer Cárdenas de El Alemán, un criminal obsesivo con el orden y la disciplina, quien le creyó a Carlos Castaño en su discurso antiguerrilla. Para materializar esas ideas, documenta el Centro, necesitaba apoyo y por ello persuadió a los sectores políticos de la región.
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Sin prejuicio de inclinación política, El Alemán y su socio Jorge Pinzón León contactaron y citaron a los políticos regionales del Urabá a una reunión en La Virgen del Cobre. “El encuentro, que tomó lugar en 2000, fue presidido por Fredy Rendón y en él se presentó el proyecto político Urabá Grande, Unida y en Paz y se invitó a las distintas fuerzas políticas a concretar su participación en el Senado, la Cámara y la Asamblea Departamental”, explica el Centro Nacional de Memoria Histórica. El documento agrega que, con financiación del Bloque Elmer Cárdenas, se gestionó una segunda reunión para instaurar comités municipales y se organizaron oficinas para el proyecto, en cada uno de los municipios de operación en el Urabá.
“Finalizada la reunión los candidatos partidarios debían acudir a su partido político y solicitar el aval, para luego organizar una asamblea regional donde se escogería la lista a la Cámara de Representantes y a la Asamblea por el proyecto político regional”, concluye esa parte del texto, con información de la Sala de Justicia y Paz del Tribunal Superior de Medellín. Al tiempo, el paramilitarismo protagonizó una escalada de violencia en el territorio para iniciar proyectos económicos a gran escala en tierras abandonadas y despojadas. Así lo contaron en su informe para la Comisión de la Verdad organizaciones de derechos humanos con amplio conocimiento del Urabá, como lo son la Fundación Forjando Futuros, el Instituto Popular de Capacitación, la Corporación Jurídica Libertad y la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz.
Para recibir los aportes para este proyecto político, “los paramilitares crearon una organización llamada ‘Desarrollo para el Urabá Grande’, que se convirtió en el músculo financiero de la campaña”, explicaron las organizaciones. Según investigó la Fiscalía, el dinero de la campaña “provenía de las múltiples subastas que realizaba ‘El Alemán’ en Virgen del Cobre, una finca en Necoclí que fue propiedad del narcotraficante José Antonio Ocampo alias ‘Pelusa’, y a la que acudían ganaderos de la región para regalar o comprar las mejores reses”.
Ocampo Obando y el Parqueadero Padilla
En abril de 1998, agentes del CTI de la Fiscalía encontraron todo un tesoro en el segundo piso del parqueadero de motos Padilla, antes ubicado en el centro comercial El Hueco de Medellín. Las autoridades hallaron pruebas irrefutables de la financiación de empresas al paramilitarismo en Córdoba y Urabá. Una mina de documentos, entre los cuales había libros de contabilidad, extractos bancarios, facturas de compra de medicamentos, comunicaciones sobre operativos militares, un equipo de cómputo, 70 disquetes, cheques y dinero en efectivo. Entre los nombres hallados estaba Industrial Pecuaria, de Ocampo Obando.
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Tal es la relación de Ocampo Obando con el paramilitarismo que la Comisión de la Verdad, en su capítulo sobre “Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá: surgimiento, transformación, consolidación y financiación 1994-1998″, lo menciona en un organigrama con una hipótesis clara: fue un “narcotraficante del antiguo Cartel de Medellín. Se le conoce como ganadero. Cercano a las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá, del norte de Urabá. Aparece en la estructura directiva de la empresa Industrial Pecuaria. Fue asesinado en abril de 2017 en Medellín”. Décadas después de toda la historia documentada, la Fiscalía incautó su finca La Virgen del Cobre. Un extenso terreno con miles de historias para contar, que ahora será del disfrute de las víctimas de la guerra por la “mejor esquina de América”.
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