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En los expedientes de Justicia y Paz reposan más de 400 casos de empresarios que habrían financiado grupos paramilitares en el conflicto armado.
Foto: archivo
El pasado 16 de abril, la Fiscalía de Medellín capturó por segunda vez a Jacinto Alberto Soto, alias Lucas. La primera vez de este hombre fue el 30 de abril de 1998, cuando fue sorprendido quemando centenares de documentos y disquetes en el denominado Parqueadero Padilla. Esos papeles eran esenciales, pues eran el vínculo irrefutable entre empresas reconocidas y las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá, fundadas por los hermanos Castaño en los ochenta. Aunque la Fiscalía busca esclarecer el asesinato de tres agentes del CTI, se trata de una potente investigación paramilitar que lleva empolvada más de dos décadas.
En contexto: Recapturan a “Lucas”, conocedor de los secretos de las finanzas de los Castaño
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