Alfamir Castillo es la madre de un inocente asesinado y presentado como baja en combate por el Ejército en 2008. Además, víctima de un atentado con arma de fuego y también de decenas de amenazas de muerte.
También es presidenta de la Casa de Mujeres Corteras de Caña de Pradera, Valle. El mismo municipio donde en febrero de 2008 fueron engañados por militares un par de jóvenes, entre ellos su hijo, para resultar acribillados en la vereda Java de Manizales.
Darbey Mosquera no era un guerrillero, no era un criminal, no era el objetivo de la fantasiosa operación Fénix del Batallón 57 Mártires de Puerres.
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Alfamir Castillo ha invertido 14 años de su vida visibilizando la muerte de su hijo. Una peripecia que le ha traído lágrimas, el exilio y amenazas acompañadas de las más sombrías imágenes.
