:format(jpeg)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/elespectador/7C2VWWPKIVB5XPLG2GP2MCLBBY.jpg)
La Corte Constitucional amparó los derechos de un ciudadano africano que se encuentra recluido en la cárcel de alta seguridad de Palmira, Valle del Cauca, a quien los guardas del Inpec le cortaban el cabello por orden de la directora del penal.
Foto: Pixabay
“Cortar mi cabellera significa métodos que son brutales e injustos. Purgo una pena de prisión, eso no significa que me deban castigar anulando mi derecho a tener mi cabellera”. Con esas palabras, Juan Carlos Palacios, le explicó a la Corte Constitucional que la directora de la cárcel de máxima seguridad de Palmira le estaba vulnerando sus derechos a la dignidad humana y el libre desarrollo de la personalidad como expresión de la diversidad étnica y cultural de la que goza por ser un ciudadano africano-afrodescendiente con religión jamaiquina.
Temas recomendados:
Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación