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Uno de los episodios menos indagados por la justicia colombiana es el relacionado con quiénes fueron las personas y empresas que financiaron a finales de la década de 1990 y principios de los 2000 a las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc), el grupo armado criminal liderado por los hermanos Carlos y Vicente Castaño. Gran parte de esa verdad, según los expedientes judiciales, la tiene Jacinto Alberto Soto Toro, alias Lucas, más conocido por ser la cabeza del brazo financiero de esa organización paramilitar y narcotraficante que perpetró miles de crímenes de lesa humanidad entre 1997 y 2004, cuando finalmente se desmovilizaron durante el primer gobierno de Álvaro Uribe.
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