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En 2012, un operativo liderado por la policía de L’Aquila, ciudad italiana ubicada en la provincia de Abruzzo, al occidente de Roma, logró desmantelar una red de narcotráfico que estaba entrando cocaína colombiana a través de aeropuertos de la región. En la cúspide de la organización, se dijo en ese momento, estaba Mauricio Abelardo Rubio Azuero, un colombiano de 46 años. Por casi una década logró evadir a las autoridades europeas, pero finalmente cayó este año por una denuncia de violencia de género.
Según la Guardia Civil Española, la pareja de Rubio Azuero lo denunció por violencia y su nombre encendió las alarmas en la entidad. Aunque inicialmente tenían informaciones de que estaba en Málaga, al sur de España, el Equipo de Huidos de la Justicia de este cuerpo de seguridad dio con la denuncia, llegaron hasta su escondite en Toledo (España), cerraron el perímetro y lo capturaron. En cuestión de días fue enviado a Italia, donde la justicia lo requería para cumplir una condena de 14 años de prisión.