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El pasado 24 de junio la Sala Penal del Tribunal Superior de Manizales determinó que existían suficientes pruebas para inferir la participación y responsabilidad del dirigente político liberal Ferney Tapasco González con los hechos que rodearon el crimen del periodista Orlando Sierra registrado el 30 de enero quien fue abordado por dos sicarios cuando caminaba junto a su hija en el centro de Manizales.
Desde ese día el paradero de Tapasco se convirtió en un misterio y se convirtió inmediatamente en un prófugo de la justicia que lo requería para que cumpliera la sentencia de 36 años de prisión. Este domingo a las 5 de la mañana fue capturado en un modesto apartamento en la capital de Caldas en el cual se encontraba hace pocos días. Más flaco y portando una larga barba apareció nuevamente, el cambio físico era evidente.
Para la justicia, el dirigente político caldense ordenó el asesinato del subdirector del diario La Patria por las molestias que estaban generando sus columnas de opinión que reseñaban la corrupción que se estaba presentando en el departamento y los nexos de algunos de sus líderes y representantes con grupos armados ilegales para obtener beneficios económicos y políticos.
Estas publicaciones crearon un gran resentimiento por parte de Tapasco quien en diferentes escenarios hizo evidente su molestia. Por meses, Orlando Sierra le manifestó a su grupo más cercano de amigos y a sus familiares que si algo le llegaba a pasar era responsabilidad de la clase política. Sierra sabía que su vida estaba en riesgo.
“En sus artículos, criticaba de manera constante a la colación política gobernante y con nombre propio a sus dirigentes, entre ellos, al señor Tapasco González, por la actuación administrativa realizada, por la vinculación de contratos estatales, a familiares y la gestión que hacía en procura de los intereses de su hijo Dixon Ferney Tapasco”, precisó el fallo que lo sentenció.
En diversas oportunidades se presentaron amenazas directas por parte del ahora condenado en contra del periodista. De estos hechos fueron varios los testigos que le manifestaron a las autoridades judiciales frente a la molestia que tenía Tapasco por los señalamientos hechos en la columna ‘Punto de Encuentro’ frente a sus nexos con personas dedicadas a actividades ilegales.
Para acabar con la vida del periodista se conformó una empresa criminal, todo esto por orden del dirigente político. Un escolta aseguró que el 29 de enero de 2002 Tapasco tomó un periódico y señalando la imagen de Orlando Sierra le dijo a su hijo Dixon que al día siguiente no lo quería ver vivo.
Las constantes amenazas llevaron a Sierra a manifestarle a otro de los columnistas del periódico, y uno de sus amigos más cercanos que él sabía que la persona que lo iba a matar era Ferney Tapasco. Debido a esto le pidieron encarecidamente que dejara por un tiempo de escribir sus columnas y hacer sus denuncias.
“Conforme a lo probado a través de los testimonios analizados y depurados en punto a su credibilidad, forzoso que Ferney Tapasco González fue el determinador, esto es, la persona que hizo surgir en otros la idea de realizar la conducta homicida en la persona de José Orlando Sierra Hernández, con tal entidad y eficacia, que fue aceptada por los inducidos a cambio de una suma de dinero”, señala el fallo.