La producción mundial de cocaína alcanzó niveles históricos. Ese hallazgo quedó plasmado en el más reciente informe de Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Onudd), publicado este semana. El documento presenta un preocupante panorama en el que las cifras no dejan de aumentar, mientras que la demanda de estupefacientes no merma en ninguna parte del mundo y cada vez hay más actores armados controlando el negocio. Uno de los hallazgos claves de la ONU es que, ahora, hay nueva tecnología de la que están echando mano los carteles de la droga para enviar más cargamentos y para que cada vez sean menos los incautados por las autoridades.
Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO
¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar
(En contexto: La producción mundial de cocaína se disparó hasta máximos históricos: ONU)
El contrabando por mar
La primera tecnología a la que hace referencia la Oficina de las Naciones Unidas es la que ha permitido un aumento de contrabando por el mar. De entrada, el informe explica que los carteles tienen acceso a una variedad cada vez mayor de embarcaciones, desde yates y lanchas rápidas, hasta barcos pesqueros y ferris, para poner sus productos en el mercado Eso sí, aclara que la clave está siendo una sofisticada tecnología de navegación que les está permitiendo crear rutas que no aparecen en los radares de la policía y otras entidades. Estos aparatos están siendo claves, especialmente, en los negocios de la droga que salen desde Latinoamérica a Europa y África, como se muestra en el siguiente mapa.
(Lea también: Gobierno de EE. UU. confía poco en plan de erradicación de Petro en Colombia)
“Para evitar la aparición de las autoridades en los puertos marítimos, los traficantes frecuentemente descargan la cocaína del barco nodriza (el barco madre donde están los cargamentos más pesados) antes de llegar a tierra. Las “transferencias” de barco a barco se realizan en puntos de encuentro utilizando embarcaciones pequeñas y medianas, como lanchas rápidas y botes de pesca”, explica la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito. Además de esta estrategia, el informe señala que, en muchas ocasiones, los barcos nodriza también suelen dejar en el mar los cargamentos para que otros la recojan. Esta es una táctica, dice el documento, que se ha reportado en puertos de Holanda y Bélgica.
Capos amplían el uso de contenedores de transporte
La siguiente tecnología que resalta la Oficina de la ONU es la que utilizan los carteles en contenedores y barcos de carga para transportar la droga. Aunque aclara que esta es una modalidad de transporte que han usado desde hace años, el documento explica que esta modalidad está creciendo en importancia y la logística es cada vez más compleja y sofisticada. A manera de ejemplo, el informe señala que hay muchas maneras de cargar un barco de estas proporciones: lejos del puerto, en tránsito hacia él, en tierra o, incluso, ya en marcha. Y que, así como hay diferentes maneras de que el estupefaciente llegue a su transporte, también hay varias alternativas para camuflarlo.
(Le podría interesar: España incauta 4.500 kilos de cocaína en barco que transportaba ganado de Colombia)
“Los traficantes están usando, cada vez más seguido, métodos de camuflaje más creativos. Se ha encontrado droga adentro de frutas, escondida en paquetes de azúcar o harina, mezclada con soya, o, incluso, metida dentro de la estructura de los contenedores”, señala el documento, que hace una mención clave a otras personas que son claves en esta cadena de narcotráfico. Para que los carteles puedan utilizar este método de transporte, los traficantes necesitan tener “contactos” en los funcionarios de los puertos, en los trabajadores del buque, en los conductores, en las multinacionales que usan los barcos y hasta en las autoridades que vigilan el transporte.
Camuflaje químico va en aumento en Europa
Para la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, una de las técnicas más sofisticadas para camuflar la cocaína implica la infiltración de la droga a un material que se convierte en su transportador, usualmente en textiles o piel de animales. Si bien el informe aclara que esta técnica ha sido utilizada por carteles desde hace décadas, el documento aclara que hoy en día son muchos más los materiales en los que camuflan la cocaína. Por ejemplo, la Oficina menciona que en tiempo reciente se ha detectado droga en cera de abejas, plásticos, hierbas, carbón y varios líquidos. “Esta situación está haciendo que, en Europa, sea más difícil detectar el estupefaciente”, dice el informe.
(Lea también: Colombia produce el 90 % de la cocaína que llega a Estados Unidos)
“Sin embargo, este método requiere un proceso complejo de extracción química para separar la cocaína de otras sustancias. Grandes laboratorios de extracción han sido descubiertos en Europa en los últimos años, lo que sugiere que el proceso se está generalizando. De acuerdo con la Policía holandesa, estos laboratorios clandestinos se establecen como copias exactas de los sitios de producción de cocaína en Colombia. Los grupos criminales holandeses organizan los productos químicos y el equipo, utilizando facilitadores locales altamente capacitados para construir laboratorios y contratan a expertos químicos colombianos para llevar a cabo el proceso de extracción”, explica el documento.
El uso de esta tecnología, así como su refinamiento, ha servido, no solo para que aumenten los niveles de producción de cocaína, que llegaron a niveles históricos, sino también para que el mercado ilícito y su demanda también haya alcanzado cifras inéditas. Para la Oficina de la ONU, el incremento se debe, tanto a la expansión del cultivo de arbusto de coca, como a las mejoras en el proceso de transformación en cocaína, métodos que incluyen el uso de nueva y sofisticada tecnología que está logrando, pese a los esfuerzos a nivel mundial, que el mercado ilegal siga al alza.
(Aquí puede leer el informe completo)
Para conocer más sobre justicia, seguridad y derechos humanos, visite la sección Judicial de El Espectador.