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La justicia quiere saber si el expresidente Álvaro Uribe tuvo algo que ver con un episodio de la guerra hasta ahora poco conocido: la masacre de la vereda Cañaveral, en Remedios (Antioquia), cometida en 2001. El 6 de julio de ese año, hacia las 6 de la mañana, un comando de unos 150 paramilitares, integrantes del bloque Metro de las autodefensas, arribó al caserío, reunió a la población, separó a hombres de mujeres y asesinó a 18 personas. Tras el crimen, los paramilitares prohibieron a los habitantes del caserío recoger a sus muertos.
“El objetivo era ir a Cañaveral a sacar el ganado, las bestias de pura sangre, como nos dijo Doble Cero, que eso era del señor Álvaro Uribe Vélez (…) la orden era matar a lo que encontráramos, matar a todo el mundo”, confesó el desmovilizado Néstor Abad Giraldo. El Tribunal Superior de Medellín pidió ampliar esta versión, recabando sobre “el posible compromiso de Uribe Vélez en la incursión armada (…) de tal suerte que, de encontrar implicación penal, el ente acusador, como titular de la acción punitiva del Estado, deberá iniciar la investigación”. (“Doble Cero”, el paramilitar detrás de la estela de sangre del Bloque Metro)