“Si uno los agrede y los tumba (los bienes de interés cultural) no hay una relación o se ha perdido completamente la relación con ese elemento”. Así se refirió Alberto Escovar, director de Patrimonio del Ministerio de Cultura, cuando El Espectador le preguntó sobre los videos que retrataban a decenas de manifestantes tumbando, vandalizando o interviniendo estatuas y monumentos durante el pasado paro nacional. Tal habría sido la afectación al patrimonio nacional, que el Gobierno emitió lineamientos para proteger los mismos bienes.
En contexto: Gobierno emite lineamientos para proteger estatuas y otros bienes culturales
Ayer 20 de septiembre, la Agencia Nacional de Defensa Jurídica del Estado (Andje) emitió una serie de regulaciones para las entidades que conforman el Sistema Nacional de Patrimonio Cultural de la Nacional, Curadores Urbanos y Entidades Públicas del Orden Nacional. Se busca que, por ejemplo, gobernaciones y alcaldías busquen a los responsables de daños causados a bienes culturales del Estado. “Es un bien que está por encima incluso del derecho a la protesta”, aseguró el director de la Andje, Camilo Gómez.
Se contemplan, tras lo sucedido en el pasado paro nacional multas, entre los 200 y 500 salarios mínimos mensuales. Según lo manifestado por la Agencia, el daño a bienes de esta calidad acarrearía penas de prisión de hasta 12 años. Ahora, ¿Cuáles son las obras por las que el Gobierno exige sanciones? Aquí un recuento sobre las obras intervenidas durante la última y extensa jornada de manifestaciones.
Monumento a los Héroes: epicentro de la protesta
El Monumento a los Héroes, en la calle 80 con Av. Caracas de Bogotá, ya no es lo que se apreciaba hace unos años. Donde quedaron marcadas las Batallas de Pichincha, Junín y Ayacucho, tres de las principales gestas de la Independencia, ahora sobresale un graffiti, en blanco, negro y rojo, con las palabras “enemigo público”. La intervención está acompañada por una calavera y se ubica al costado norte del monumento, el cual fue inaugurado en julio de 1963.
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La obra urbanística, que también cuenta con la imagen del prócer Simón Bolívar, ahora es el epicentro de las manifestaciones en Bogotá. Marcado en un costado por la cifra de 6.402, relacionada con la estadística de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) sobre la cantidad de falsos positivos durante 2002 y 2008, el Monumento a los Héroes recibió a miles de persones quienes, en el pasado paro nacional, hicieron sentir sus peticiones en una arteria de la capital. Será reubicado para darle paso al Metro de Bogotá, por lo cual podría ser restaurado.
La caída de Gonzalo Jiménez de Quesada en Bogotá
“Aquí yace un genocida”. Con esa imagen, manifestantes celebraron la caída de la estatua de Gonzalo Jiménez de Quesada, fundador de Bogotá, ubicada en cercanías a la Universidad El Rosario en el centro de la capital. En la madrugada del pasado 7 de mayo, un grupo de indígenas Misak derribó la obra, de autoría del escultor español Juan de Ávalos. Según explicaron los protestantes, se trató de enviar un mensaje contra los rastros de la conquista española. La Universidad había invertido, en 2017, alrededor de 164 millones para su restauración.
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Sebastián de Belalcázar, el primer mensaje del paro nacional
La madrugada del pasado 28 de abril, día que inició el paro nacional, quedará en la memoria por la caída de la estatua de Sebastián de Belalcázar, el conquistador y fundador de Cali y Popayán, en el Valle, en la década de 1530. En la capital del departamento, decenas de indígenas Misak, con tensas cuerdas en las extremidades del monumento, lo hicieron caer y se adjudicaron la intervención, explicando que así caería el presidente “Iván Duque y su reforma tributaria”. De nuevo, organizaciones indígenas indicaron que se trata de un proceso de “limpieza histórica contra el genocidio del pueblo indígena”.
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La misma suerte para Nariño, prócer de la Independencia
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El 1° de mayo pasado, manifestantes derribaron la estatua de Antonio Nariño, en Pasto. Con una cuerda y en medio de disturbios, marchantes pusieron a sus pies el monumento a uno de los próceres de la independencia, el cual había sido exhibido desde 1911 y que representa la resistencia del general. Antonio Nariño es una de las principales piezas de la independencia de Colombia, pues azuzó la revolución social traduciendo, en 1793, la Declaración de los Derechos del Hombre, que recién se había proclamado en Francia.
Entonces, Nariño puso en debate público la necesidad de reivindicar los derechos de mujeres, indígenas y afrodescendientes, en el contexto del Virreinato de Nueva Granada, que daría a paso, tras el proceso de independencia, a la Gran Colombia. La traducción de la Declaración le valió a Nariño 16 años de prisión en Santafé (Bogotá), Cartagena y Cádiz (en España). No obstante, llegó a ser vicepresidente grancolombiano. Murió en Villa de Leyva (Boyacá), en diciembre de 1823.
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