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Los coletazos del escandaloso video publicado por la revista Semana, sumados al controversial episodio que llevó a Luis Alfonso Hoyos a acompañar al denominado hacker Andrés Fernando Sepúlveda a Noticias RCN, derivaron en una investigación formal en la que Hoyos fue llamado a interrogatorio para explicar sus nexos con Sepúlveda, qué tanto sabía de sus andanzas para presuntamente sabotear el proceso de paz con las Farc o si tenía conocimiento de operaciones de interceptación ilegal o hackeo patrocinadas por el equipo informático de Sepúlveda con el fin de deslizar subrepticiamente hacia la campaña de Óscar Iván Zuluaga datos para perjudicar la candidatura del presidente Santos.
Fuentes de la Fiscalía consultadas por El Espectador confirmaron que por ahora no van a llamar al candidato Zuluaga para que entregue su versión sobre los hechos. No obstante, sí se avanza en varios frentes para determinar responsabilidades entre quienes seguramente conocieron las actividades ilegales desplegadas por Sepúlveda y varios de sus hombres de confianza. Por ejemplo, La FM reveló que el jueves de la semana pasada un excolaborador del hacker, Rafael Revert —quien habría sido la persona que grabó en video la reunión entre el Sepúlveda y Zuluaga—, acudió a la Fiscalía para entregar audios, alrededor de ocho videos y su testimonio sobre las “vueltas” del hacker, sus contactos con miembros de la Fuerza Pública y las peticiones que le hacían en la campaña de Zuluaga.
Revert es un español experto en temas informáticos que fue contratado por la firma de Sepúlveda con un sueldo mensual de $6 millones. En su confesión a la Fiscalía, según La FM, dijo que conoció al hacker en un campus, que él le pagó su desplazamiento a Bogotá, que le ofreció un apartamento y un contrato para proteger informáticamente la campaña de Zuluaga. “Ahí Andrés me comenta que supuestamente trabajaba para la DEA, para el Comando Sur, la Dirección de la Policía, que tenía contactos en la Dirección Nacional de Inteligencia, en la Sijín y que supuestamente la ‘contra’ de la Policía trabajaba para él y lo protegía”, señaló Revert. Dijo además que supo que Sepúlveda al parecer desarrolló un programa para determinar qué inmuebles estaban intervenidos por la Dirección de Estupefacientes para oficiar como intermediario y facilitárselos a la DEA.
Luego contó que al hacker le salió el trabajo de documentar todo lo que estaba pasando en Cuba en el proceso de paz y cómo se desenvolvían los distintos bloques y frentes guerrilleros, al punto de hacer una presentación de 555 páginas en la que se detallaba el prontuario y perfil de los negociadores de las Farc. Según él, allí se percató de unas cuentas de correo electrónico y de la interceptación de un mensaje que fue publicado, en el que se advertían intimidades de los diálogos en La Habana. “Él me explicaba que en el Ministerio de Defensa había una orden por cada cabecilla de las Farc, que ofrecían cierta plata de acuerdo con su rango. Él los buscaba, los geolocalizaba, entregaba la información y cobraba la plata”, añadió el testigo.
En ese contexto relató que estaba por comprar unos videos y un material de inteligencia, que conoció de la reunión entre Sepúlveda y un guerrillero, que supuestamente la DEA le ponía trabajos, que incluso le pagaron hasta $170 millones por esas “vueltas” y que manejaba programas para atacar virtualmente las campañas de otros candidatos, específicamente la de Santos. “Me dijo que la campaña negra de Óscar Iván también incluye bloquear y atacar al candidato Juan Manuel Santos” y que por Twitter debía afectarse la imagen pública del jefe de Estado a través de “memes de la mermelada”. El testigo les dio más detalles a las autoridades de los pasos de su exjefe. Por ejemplo, que compraba cuentas y claves para monitorear correos, entre ellos el del jefe guerrillero Jesús Santrich, y que se intentó adquirir un equipo de telecomunicaciones “para tumbar las comunicaciones en La Habana”.
A pesar de los detalles contenidos en esta declaración, así como las primeras confesiones del propio Sepúlveda ante la Fiscalía y el contenido del video de la revista Semana, el jefe de debate del candidato Zuluaga, Francisco Santos, defendió a capa y espada la tesis del “vulgar montaje” que alegan en las huestes uribistas para justificar el encuentro entre Sepúlveda y Óscar Iván. Incluso Francisco Santos señaló que la información que le entregó el hacker al candidato por el Centro Democrático no era de seguridad nacional ni significaba “chuzada” o hackeo alguno. “Todo eso está en Google”, argumentó. En todo caso, a muchos les quedó el mal sabor de que aún cuando todo el uribismo cerró filas en torno a Óscar Iván Zuluaga, el directo implicado apenas vino a pronunciarse en la noche de ayer para capotear el temporal que se le vino encima.
Entre tanto, el que ya tuvo que entregar su primera versión a la justicia fue el exasesor “espiritual” de la campaña zuluaguista, su paisano Luis Alfonso Hoyos. A la salida de una diligencia de entrevista el lunes en la mañana, Hoyos dijo que lo que más les interesa a él y a su partido es que todo esto se aclare cuanto antes, que tiene toda la tranquilidad para responder cualquier interrogante de la Fiscalía, que se ha actuado con total transparencia y que “estas investigaciones deben cumplir los cauces institucionales” por el bien del país. No obstante, trascendió que el viernes tendrá que volver al búnker de la Fiscalía, ya no en calidad de testigo sino de sospechoso, a rendir interrogatorio por cuenta de las últimas revelaciones de los medios.
La esposa de Sepúlveda, la actriz Lina Luna Rodríguez, también deberá acudir a un interrogatorio que le será formulado el próximo viernes. Luna tiene buena parte de las claves para descifrar el rompecabezas de este escándalo, entre otras cosas porque ella misma se convirtió en piedra angular de las acusaciones cruzadas entre el uribismo y el santismo por el aterrizaje en el Partido de la U en 2006 del polémico asesor político venezolano J. J. Rendón —quien desde ayer empezó a rendir interrogatorio en Miami ante una comisión de fiscales por el episodio de los US$12 millones que, supuestamente, recibió de un grupo de narcotraficantes para oficiar como intermediario ante el Gobierno—. Luna y Sepúlveda trabajaron con él en distintas campañas en el extranjero en los tiempos en que el exasesor político Germán Chica, Rendón, Uribe y Santos estaban en el mismo bando. El abogado de Sepúlveda advirtió que su cliente todavía no va a negociar con la justicia y que todo depende de las pruebas que pueda recopilar la Fiscalía.
En la tarde de este lunes se conoció que Sepúlveda, al parecer, sufrió un episodio de estrés en los calabozos del búnker de la Fiscalía donde está recluido y que fue necesaria la atención médica. Sus delaciones, sumadas a las del testigo Revert, entre otras evidencias y documentos en poder del ente investigador, tienen el panorama político alborotado. A Zuluaga le siguen apareciendo entuertos: el ministro de Vivienda, Luis Felipe Henao, denunció que en los tiempos de Óscar Iván Zuluaga como ministro de Hacienda se aprobaron unos proyectos de agua por un valor de $500.000 millones en más de un centenar de municipios del país.
Lo grave es que en esta operación, que se desarrolló a través de unos bonos con tasas de interés altísimas, los municipios se endeudaron hasta por 20 años y lo que ha podido constatar el Ministerio de Vivienda es que se han invertido $100.000 de esos $500.000 millones. En lenguaje popular, se diría que se le vino la noche a Óscar Iván Zuluaga. Él reivindica una trayectoria profesional de casi tres décadas sin tacha alguna. Sus escuderos del uribismo lo defienden con vehemencia y atribuyen la arremetida de los últimos días a un complot orquestado para derrumbar el favoritismo que empezaban a darle las encuestas. Mientras el avispero político anda más encendido que nunca, la justicia busca caminos para aclarar cuanto antes los estragos de esta gazapera.
jlaverde@elespectador.com
@jdlaverde9