Menos de un mes después de la renuncia del magistrado Henry Villarraga al Consejo Superior de la Judicatura (CSJ), señalado por supuestos favorecimientos a un militar procesado por falsos positivos, y en momentos en los que se habla de una nueva reforma a la justicia y de eliminar la Judicatura, el presidente de la Sala Disciplinaria de ese alto tribunal, el magistrado Wilson Ruiz, habla con El Espectador sobre las razones para no eliminar el CSJ y sobre la anunciada reforma a la justicia.
¿Cómo está la moral en la Sala Disciplinaria tras lo sucedido con el magistrado Villarraga?
No podemos negar que fue un golpe bastante duro, pero reitero lo que siempre he dicho: las responsabilidades son individuales y en este momento estamos tratando de salir adelante, aportándole al país.
Se ha propuesto eliminar el CSJ. ¿Cómo ve esa posibilidad?
Esa postura puede ser muy injusta porque la corrupción no se ha presentado únicamente en el CSJ. Cada que se presenta un escándalo por corrupción, inmediatamente el sentir es acabar con esa institución. Pero entonces tocaría acabar con muchas otras entidades. En el Ejecutivo se han presentado escándalos con ministros del pasado gobierno; en el Congreso también ha habido problemas de estos. Y la Rama Judicial no es ajena a ello. Desde luego, es a la que infortunadamente han golpeado un poco más. Pero, repito, son hechos aislados.
Usted ha hablado sobre cambiar la forma como se elige a los magistrados del CSJ...
Yo hablo de una reingeniería: que a nosotros nos elijan de ternas enviadas por las otras altas cortes y que nos elija una de las dos cámaras. O que los magistrados lleguemos a nuestro cargo por cuenta de un concurso en el que se tenga en cuenta la hoja de vida y la experiencia para ocupar esta dignidad. Yo sería el primero en participar en él.
¿Por qué no acabar con el CSJ?
El CSJ fue creado por la Constitución de 1991 como respuesta a los problemas que tenía la administración de justicia. Eliminarlo es regresar a un modelo de justicia ya superado. Se perdería el esquema de autogobierno en la Rama Judicial. Se han presentado hechos aislados; la solución no es eliminarlo de un tajo.
Pero estos casos han minado la popularidad de la misma rama...
Pero lo que necesita la Rama Judicial no es la eliminación del CSJ sino una reestructuración del mismo. Apoyamos que en una posible reforma a la justicia se introduzcan cambios en su funcionamiento y que se exijan unas mayores calidades éticas y profesionales para ser fiscal, juez o magistrado en Colombia. Actualmente no se requieren sino 2, 4 u 8 años de experiencia o 10 años en el caso de los magistrados de las altas cortes. De la misma forma, apoyamos que se les quiten las facultades electorales a las altas cortes, que no ternen ningún alto funcionario para que solamente nos dediquemos a tomar decisiones judiciales.
¿Ha podido hablar con Villarraga?
Nada. Ni siquiera tengo conocimiento de dónde está.
Los supuestos favorecimientos hechos por Villarraga a un militar generaron controversia sobre la forma en la que el CSJ estaría decidiendo sobre los choques de competencia. ¿Cómo va eso?
Hay una estadística: el 60% de estos procesos va a la justicia ordinaria. A mí, de hecho, me tocó conocer del caso del coronel (r) Del Río. Primero le tocó a la magistrada Julia E. Garzón, que lo envió a la justicia ordinaria. El proceso volvió al CSJ y le quedó al magistrado Villarraga, quien dijo que los hechos investigados eran actos del servicio y que el proceso debía ir a la justicia penal militar. Su ponencia, para fortuna de todo el país, fue negada y en ese nuevo reparto me correspondió a mí. Llevé entonces una nueva ponencia a sala en la que aseguraba que estos hechos debían ser investigados por la justicia ordinaria. Mi ponencia fue aceptada y el caso fue enviado a la justicia ordinaria.
¿Por qué dice que para fortuna de todo el país?
Pues claro, porque había indicios de que allí no había, digamos, un acto del servicio. De haberse aceptado esa ponencia se habría creado una inseguridad jurídica en el país y una línea jurisprudencial muy diferente.
¿Cómo empezar el otro año con pie derecho?
Este año ha sido muy duro y sé que se avecina uno también un poco difícil. Pero lo he dicho: los hombres pasan, las instituciones quedan. La solución no es acabar con el CSJ, pero si a ello hay lugar, no me voy a oponer. Hemos hablado constantemente de una reingeniería y yo creo que a eso le vamos a apuntar. Daré un paso al costado si realmente hay propuestas que sean innovadoras. Uno tiene que ser consciente de que estos puestos son transitorios y, de ser así, volvería a la noble labor de litigante.
¿Por qué lo dice? ¿Por la posibilidad de que se elimine el CSJ?
Claro, porque sé que el Gobierno quiere hacer una buena reestructuración de la administración de justicia. Qué bueno que nos tuvieran en cuenta para nosotros poder aportar ideas y que todo sea en favor del país. El ministro de Justicia, Alfonso Gómez Méndez, está en contacto permanente con nosotros. Yo creo que nos van a dar participación para mirar qué propuestas podemos presentar para el bien del país.
¿Qué otras propuestas hay?
Primero hay que atacar estas universidades de garaje que a los seis meses sacan abogados pensando en el dinero, pero no en la formación de los estudiantes. Requerimos que el Ministerio de Educación haga una labor realmente interesante en este aspecto para sacar verdaderos profesionales del derecho. Qué bueno sería que cuando todas estas personas terminen sus estudios, el Estado les haga un examen para ver si realmente tienen los méritos o no.
Por Redacción Judicial
