Andrea Casamento, integrante del subcomité para la prevención de la tortura de la ONU.
Foto: Óscar Pérez
“A las mujeres familiares de los presos no nos ve nadie”, dice la argentina Andrea Casamento en entrevista con El Espectador. Esa ha sido su lucha las últimas dos décadas: promover una política penitenciaria que tenga en cuenta también a los familiares de las personas que están en la cárcel. Esta semana estuvo en Colombia visitando prisiones y promoviendo que el país ratifique un tratado internacional que se adoptó en Naciones Unidas hace 20 años: el Protocolo Facultativo de la Convención contra la Tortura (OPCAT, por sus siglas en inglés).
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