:format(jpeg)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/elespectador/2AEUNHVXHZBKRBBGGHDL3OXBPA.jpg)
“El 28 de septiembre de 2019 (el profesor) Julián Rendón Toro, quien había sido uno de mis alumnos más dilectos al punto de considerarlo como un hijo, se presentó a mi casa en Rionegro con su hija y su compañera. El motivo de la visita era determinar la fecha para que yo la apadrinara. Estando allí mi esposa Estela Zuluaga, quien se desempeñaba como miembro del Consejo Superior de la Universidad de Medellín, le preguntó a Julián qué era lo que pasaba con el grado del senador Julián Bedoya, que si le habían realizado los exámenes, a lo que respondió que no se habían presentado ningunos exámenes, que Yolanda (Cossio), la secretaría de la facultad de Derecho, los puso a firmar actas en blanco y que ella se encargó de poner la nota final, pues le dijo que era un favor para el rector”. Así de contundente fue el testimonio que le dio a la Corte Suprema de Justicia el catedrático Néstor Raúl Posada Arboleda, uno de los profesores más respetados de esa institución educativa.