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El fiscal 11 de Vida, Antonio Luis González aseguró que el pasado 5 de junio recolectó un testimonio clave que desenmarañó gran parte de la investigación que se adelanta por la muerte de Luis Andrés Colmenares, registrada en octubre de 2010.
El hombre identificado como Wílmer Ayola fue testigo presencial de los trágicos y confusos hechos que se registraron esa noche desde el momento en que Colmenares estaba festejando con un grupo de amigos en la zona T de Bogotá, hasta cuando observó "la brutal" paliza que pocas horas después recibió por parte de cuatro hombres en el parque El Virrey en el norte de Bogotá.
Según el testigo, cuando llegó en la madrugada del 31 de octubre al parque observó, en compañía de un amigo identificado como Christian, cómo cuatro hombres y una mujer rodeaban a Luis Andrés Colmenares "quien vestía un traje rojo" y quien intentó salir corriendo con su celular de ese círculo.
En ese intento de huida, Luis Andrés, quien corría bastante torpe, se tropezó y cayó al suelo. En esos momentos, cuando intentaba levantarse, los hombres "lo pararon a punta de golpes y patadas", hecho por el cual el joven cayó nuevamente al suelo. Ahí dijo algo, pero la joven que estaba con ese grupo le arrebató el celular y le pegó una cachetada.
"Cuando quiso hablar (Luis) la persona que estaba en la camioneta se baja y le pega un botellazo. Uno de ellos lo llamó por el nombre, pero Luis no se levantó, lo movían con el pie pero no respondía, lo levantaron y lo montaron en la camioneta. La mujer nos miró y nos dijo que 'subiéramos el vidrio'", precisó el testigo quien señaló que estaba amenazado.
Después de eso y ante esa amenaza el testigo, junto a su amigo, se fueron del lugar porque "esos manes nos podían matar", hecho por el cual se devolvieron al parquecito que quedaba cerca de la discoteca Penthouse, en el mismo lugar en el que horas antes había visto a Luis Andrés compartir con sus amigos mientras se tomaban fotos.
Poco después de eso, a las 3 y 20 de la mañana llegaron cuatro jóvenes, dos mujeres y dos hombres, quienes también estaban disfrazados. "Hablaron por cinco minutos y luego se fueron caminando", aclaró.
Una hora más tarde llegó una camioneta y uno de sus ocupantes llamó a su amigo Christian. Ahí vio que hablaron con él y le dieron algo en un paquete.
Poco tiempo después la camioneta se fue y su amigo le dijo que los hombres le habían dado 400 mil pesos "y que me diera algo a mí".
Según la Fiscalía, los hombres de la camioneta le aseguraron a Christian que lo que habían visto era "una pelea de amigos y lo que le entendí es que no teníamos que comentar nada".
"Más tarde ese día supe que al joven que le habían pegado lo habían encontrado muerto. Luego Christian me dijo que le habían dado un millón de pesos. Ahí supe que lo que habíamos presenciado era un crimen y no una pelea de amigos", manifestó Ayola en su declaración ante un intendente de la Sijin.
En su crudo relato, el testigo reiteró que "él vio cuando a Colmenares le pegaron un botellazo. Sonó duro y no sé si la botella se rompió. Instantáneamente uno de los que estaba ahí llamó al agresor por su nombre 'Carlitos' y todos se miraban entre ellos. Uno lo levantó por el cuello pero Luis Andrés estaba desplomado, lo montaron al otro lado del conductor y se fueron".
El testigo aseguró además ante las preguntas del fiscal que el joven Colmenares no se tiró al caño del parque El Virrey, puesto que cuando intentó salir corriendo con su celular para hacer una llamada tropezó y se cayó "antes de llegar a la ciclovía del parque y ahí lo golpearon e insultaron".
Igualmente el fiscal González señaló que Ayola manifestó que desde hace unos días no ha sabido nada del paradero de su amigo Cristian.
"Las dos jóvenes"
Cuando se destapó en los medios de comunicación el caso por la extraña muerte de Luis Andrés Colmenares, el testigo aseguró que una de las implicadas era la joven que había quitado el celular a Colmenares y quien le había pegado una cachetada.
Ayola fue claro en señalar que identificó a la joven por las imágenes de televisión el día de la captura e imputación de cargos (el pasado 7 de octubre). "Ella estaba en el parque El Virrey, tenía un traje (disfraz) rojo y fue la que nos insultó, la que nos dijo que 'no fuéramos sapos y que supiéramos el vidrio".
"Una de ellas, la más delgada fue la que vimos en el lugar. Y no hizo nada cuando le estaban pegando a Luis Andrés. Fue la que nos insultó, la pude identificar", aclaró el fiscal sobre la declaración juramentada que le dio el testigo, señalando que aquella joven era Laura Moreno.
"La más gordita llegó por la noche a la discoteca, al rato, con otros cuatro hombres. Sin embargo yo no la vi con mis ojos en el parque el Virrey", precisó haciendo referencia a Jessy Quintero.
Estas declaraciones fueron hechas durante la audiencia de imputación de cargos a Carlos Cárdenas por los delitos de homicidio agravado doloso en calidad de coautor y el de soborno como determinador por el que podría pagar una pena de 33 años de cárcel.
Las amenazas contra el testigo
Tanto en la entrevista que rindió con un inspector de la Sijin así como la declaración juramentada que dio ante el fiscal 11 de la unidad de Vida, el testigo aseguró que fue amenazado en tres oportunidades en los últimos meses.
La primera de ella se dio a mediados del año pasado cuando dos personas, un señor y un joven, lo buscaron en su casa en la localidad de Engativá para amenazarlo con el objetivo de que se fuera de la ciudad.
"Preguntaron por mí, Wilmer Ayola, y cuando yo les pregunté que para qué lo necesitaban me dijeron que no me querían ver más en Bogotá", precisó el testigo al asegurar que uno de los hombres era ‘como gordito, hablaba rolo y media uno con setenta’, mientras que al otro lo vio rápidamente, señalando que era un moreno de 20 años de edad.
La segunda amenaza fue por la cicloruta cercana al aeropuerto. "Me cerró una moto y el parrillero me mostró una pistola. Me empujaron contra las vallas del aeropuerto y me arrebataron la billetera y me dijeron que si me iba a hacer matar por cosas que no eran mías".
La tercera amenaza se registró el sábado 2 de junio, "venía del almacén de mi novia, en el parque Linterama y una moto me venía siguiendo. El parrillero me dijo que si creía que estaban jugando. Luego el conductor se bajó y 'martilló' con la pistola varias veces para aclararme que no estaban jugando, y que no me querían ver en Bogotá".
Según el hombre, ante estas amenazas tuvo que renunciar a su trabajo. "Yo sabía que me amenazaban por lo que yo sabía del tema Colmenares, estoy más que seguro", aseguró en sus dos declaraciones.