Uno de los hechos cumbre en la lucha contra la corrupción durante 2022, fue la captura, en plena salida del Congreso, del entonces senador liberal, Mario Castaño. El hecho ocurrió en la tarde del 7 de junio por una orden de la Corte Suprema de Justicia que, desde ese momento, lo señaló con palabras mayores: “El presunto cabecilla de una organización criminal”. Por un trino, que el alto tribunal divulgó esa misma noche, se supo que el congresista sería llamado a indagatoria por los delitos de concierto para delinquir, interés indebido en celebración de contratos, peculado, concusión y estafa. Con su captura, las autoridades acorralaron al eslabón más alto de un grupo criminal dedicado a la corrupción, con enlaces en siete departamentos y cuyo botín habría alcanzado los $43.000 millones.
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Aunque la detención de Castaño ocurrió a mitad de año, desde marzo la Fiscalía había empezado a revelar detalles de este grupo criminal que se dedicó, durante años, a apropiarse de dinero de contratos públicos en entidades de todo el país. Tan basto fue su poderío que el ente investigador logró, a corte de diciembre de 2022, la captura de 34 personas en todo el país, incluyendo seis alcaldes: Diego Fernando González, de Aguadas (Caldas), Andrés Felipe Aristizábal, de Villamaría (Caldas) y Jhonatan Manuel Vásquez, de La Merced (Caldas); Ronal Villegas, de Suárez (Cauca) y Víctor Hugo Franco, de Piendamó (Cauca); y Gloria Estella Raigoza, de Alcalá (Valle). Todos, menos el primero (Diego Fernando González), ya aceptaron todos los cargos que les imputó la Fiscalía.
Lo que los investigadores han revelado es que los mandatarios locales, así como personas cercanas a la Unidad de Trabajo (UTL) del exsenador y el mismo congresista, montaron un entramado de corrupción que logró desviar dinero público de más de 114 contratos en todo el país, así como la creación de informes falsos para cobrar dinero de negocios estatales y que, además, habría tenido enlaces en la misma Fiscalía. Durante las primeras audiencias de esta historia de corrupción, el ente investigador explicó la magnitud del caso: en apenas dos años, la estructura ilegal, supuestamente a la cabeza de Mario Castaño, había tocado más de 50 contratos, que sumarían más de $43.433 millones. Según la Dirección contra la Corrupción de la Fiscalía, la estela de corrupción llegó a varios departamentos.
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Entre ellos Caldas, cuna del congresista, pero también a Chocó, Risaralda y Boyacá. Además de sus habilidades para quedarse con dineros de negocios públicos, también habrían conseguido al menos 17 nombramientos en entidades estatales. Su esquema de trabajo, explicó la Fiscalía, era simple: “Tú me das el contrato, yo te consigo el puesto”. La especialidad de la red se concentró en cuatro temas: remodelación o construcción de escenarios deportivos, obras de alcantarillado, pavimento de vías en municipios y contratos para construir proyectos bajo la política de Sacúdete al Parque, uno de los programas bandera del gobierno de Iván Duque para la juventud del país, que maneja el Ministerio del Interior, a la cabeza de Daniel Palacio.
Desde su captura en junio de 2022, Castaño rechazó las acusaciones en su contra. Luego de la detención, la Corte Suprema ordenó que el exsenador debía quedar preso en una cárcel, pues consideró que había altas probabilidades de que reincidiera y porque podría destruir pruebas u obstruir la investigación. Según la Corte, varios miembros de la red de corrupción tuvieron un “conocimiento por adelantado del actuar de la Fiscalía”. Y esto, para la Sala de Instrucción, “parece deberse a que han infiltrado esta institución, lo que implica un grave riesgo para las investigaciones”, se lee en el auto, con ponencia del magistrado Misael Rodríguez, con el que la Corte envió a Castaño a prisión, cuyo contenido publicó El Espectador el 9 de julio pasado.
Lo que falta
La posibilidad de que la red corrupta, que fue bautizada con el nombre Las Marionetas, tuviera enlaces en la Fiscalía para conocer de primera mano movimientos que pudieran poner en problemas a sus miembros, es una arista de la historia que todavía no han esclarecido las autoridades. Asimismo, todavía no hay avances en las pesquisas sobre si los negocios ilícitos de Castaño también llegaron al Senado. Según audios que reveló este diario en agosto, la mano derecha del excongresista, el odontólogo Juan Carlos Martínez, así como su entonces pareja, Daniela Ospina Loaiza, obtuvieron contratos en el Congreso por $40 millones y nunca hicieron nada. Como supervisor fue nombrado el jefe de Talento Humano del Senado, Rubén Darío Iregui, quien sería cercano a Castaño y quien aprobó los pagos.
Dos meses después de quedar preso, Mario Castaño aceptó cargos. Ya lo había hecho Daniela Ospina Loaiza, al igual que otro eslabón clave de esta estructura, Nova Lorena Cañón, una de las primeras capturadas en marzo de 2022 y quien habría sido una especie de lobista de la red criminal. Sobre esta última la Fiscalía le imputó nuevos cargos en noviembre pasado, pero no los aceptó. Bajo el radar de las autoridades sigue estando Juan Carlos Martínez, quien permanece prófugo, y habría sido el escudero de Castaño en el entramado criminal. Aunque con la aceptación de cargos del exsenador todo estaba listo para que la Corte Suprema lo condenara, el alto tribunal no alcanzó a tener lista la sentencia en su contra, pero se espera que sea una de las primeras en divulgarse en 2023.
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Pese a todos los indicios que en marzo de 2022 se conocían sobre Mario Castaño, el político caldense fue reelegido en los comicios de este año. Luego de su captura, el Senado decretó la silla vacía en la curul que había conseguido, pero aún falta conocer si el Consejo de Estado le quita su investidura como congresista. Además de conocer si fiscales o investigadores de la Fiscalía participaron en esta red criminal, y si empleados del Senado también se prestaron para el entramado corrupto. El ente investigador también tiene en sus planes determinar si hay más funcionarios públicos, entre ellos exempleados del Ministerio del Interior de Duque, involucrados en el expediente. Todavía hay mucho por ver en esta historia de corrupción que marcó el 2022.
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