Un nuevo hecho de violencia se registró en la ciudad de Cúcuta (Norte de Santander). Tres hombres fueron asesinados y dos mujeres quedaron heridas, en medio de un ataque sicarial perpetrado en la noche del domingo 7 de septiembre. La masacre ocurrió en el barrio Nueva Ilusión, sobre el Anillo Vial Occidental, cuando las víctimas departían en un establecimiento comercial.
Según la información entregada por las autoridades regionales, el hecho se presentó hacia las 9:35 de la noche. Hombres armados llegaron hasta el establecimiento y abrieron fuego disparando de forma indiscriminada en contra de las personas que estaban allí. Dos hombres murieron en el lugar de los hechos y el tercero falleció tras ser llevado a un centro asistencial.
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Las víctimas mortales fueron identificadas como Heiner Jeshiel Rolón Caballero, Harry Fabián Miranda Cañas y otro hombre conocido con el apodo de “El Negro”. Las dos mujeres que resultaron heridas y fueron trasladadas al Policlínico de Juan Atalaya son Naomi Camila García Hernández y Karen Patricia Medina Hernández, ambas empleadas del establecimiento.
La información preliminar entregada por las autoridades indica que el hecho podría estar relacionado con un ajuste de cuentas en medio de confrontaciones entre estructuras ilegales que operan en la capital de Norte de Santander. Se refirieron puntualmente a las bandas delincuenciales Los Mexicanos y Familia P, que se disputan el tráfico de armas y de drogas.
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Esta es la segunda masacre que se registra este año en Cúcuta. La primera ocurrió hace poco más de un mes, el 1 de agosto, en el Parque Lineal. Un grupo de personas que, al parecer, estaban consumiendo drogas, fueron atacadas por hombres armados que se movilizaban en una motocicleta. Tres personas murieron y otras tres resultaron heridas.
La situación de seguridad y orden público en Norte de Santander ha sido compleja en lo corrido de este año. Primero, por la crisis de violencia desatada por la confrontación entre disidencias de las Farc y Eln, que dejo más de 72.000 personas desplazadas en Catatumbo. Pero también por la guerra entre bandas delincuenciales y la incidencia de carteles mexicanos de narcotráfico.
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