La jefe de fiscales delegados ante la Corte Suprema de Justicia, Martha Lucía Zamora Ávila aseguró que hasta la fecha no le ha presentado de manera formal la carta de renuncia al fiscal General, Eduardo Montealegre. Sin embargo, aclaró que la decisión para abandonar el ente investigador está tomada.
Los motivos para tomar esta decisión son meramente personales, aseguró Zamora, quien dejó entrever que existe un malestar por la actitud tomada por el Fiscal General y la cúpula del ente acusador en los últimos meses. “Fue desafortunado que me mandara a decir que ya no era la coordinadora de la Unidad (…) Es muy lamentable sentirse uno solo en una institución cuando tiene encima tanta presión y tantos problemas”.
Una de las situaciones que quebrantó la relación que tenía con Eduardo Montealegre hace referencia al “enfrentamiento” que sostuvo con el exdiputado del Valle del Cauca, Sigifredo López Tobón. “Nunca actué de manera indebida, yo no fui la fiscal que lleve este caso, yo no conocí testigos, no tuve injerencia. Hace muy poco la Procuraduría solicitó el archivo de esta investigación”.
Zamora manifestó que ya lleva un año soportando una “presión aterradora” de diferentes sectores debido a la complejidad, trascendencia e importancia de los casos que lleva. Pese a que ha intentado que esos hechos no la afecten ni personal ni profesionalmente no ha sentido el apoyo debido por parte de sus jefes quienes, según ella, la han dejado sola.
Uno de los momentos más dolorosos, y que fue determinante en su decisión, fue el retiro inesperado de su nombre como jefe de la Unidad delegada ante la Corte Suprema de Justicia. Para Zamora, no existen razones justas para que se haya tomado esta decisión, ni mucho menos para que se le diera a conocer de una manera poco diplomática.
“Lo sentí por muchas personas, por periodistas, estudiantes, profesores míos, personas del común, de la misma Fiscalía que me han manifestado por escrito su situación de decirme doctora lo sentimos tanto, siga adelante, pero esas mismas voces de apoyo no la sentí de la cúpula de la Fiscalía”, precisó la fiscal que tiene a su cargo la investigación contra el exgobernador de la Guajira, Francisco Gómez Cerchar, el denominado caso Colmenares, y el ‘carrusel de las pensiones’ en el Consejo Superior de la Judicatura.
La complejidad de estos procesos además la ha hecho merecedora de amenazas en contra de su integridad personal, así como la de su familia, situación que la ha afectado bastante. “Confieso de todo corazón que ha sido un momento muy doloroso, pero lo primero será tener tranquilidad. He tenido amenazas, situaciones muy difíciles. Tengo a mi niña con escoltas y toda esa situación creo que no quiero que ella la siga sintiendo más”.
“Es un situación muy compleja porque cuando uno no sabe de dónde vienen es la parte que causa mayor temor y en esto no quiero hacer de eso una alarma, pero la situación de mi hija emocional de mi hija está bien afectada”, precisó la fiscal al señalar que pese al deseo que tenía de continuar hasta junio de este año con el fin de no afectar los principales caso que lleva, el vicefiscal Jorge Fernando Perdomo le indicó que lo más pertinente era seguir hasta finales del mes de abril.
“Ha sido muy difícil el caso, no quiero referirme a él por cuanto no es el momento. Lo he hechos con todo el compromiso posible a pesar de las situaciones difíciles que uno asume como fiscal, esa no es la razón por la cual yo me voy. Me voy porque considero que el respaldo de la Fiscalía no lo hubo en el caso que debí haberlo y que no hay razón para que yo esté en una situación de entre dicho cuando mi actuación ha sido siempre la de una persona comprometida y honesta con cada uno de los casos.
Por El Espectador
