Una fiesta le costó la libertad a Elizenis Muñoz Navarro. En Barranquilla, el juez Séptimo Penal Municipal ordenó que fuera recluida en la cárcel de mujeres El Buen Pastor, luego de comprobarse que, una vez más, Muñoz Navarro había abusado del beneficio de casa por cárcel y había salido de su casa, a pesar de que expresamente tenía prohibido hacerlo. "Pido perdón por haber salido, pero es que nunca había podido festejar mi cumpleaños", le dijo la mujer al juez, según reportó El Heraldo. Su súplica no cambió la decisión judicial.
Ella tiene 26 años. Su figura es voluptuosa y llama la atención. Por eso, cree la Fiscalía, aprendió a usar su cuerpo como herramienta para delinquir. Desde 2015 la Diabla, como también es conocida, enfrenta a la justicia y tiene antecedentes por fabricación, tráfico y porte de armas. Cuando le abrieron investigación por esos delitos, le dieron detención domiciliaria. Pronto, ella encontró cómo burlar la medida de seguridad para salir de su casa y seguir delinquiendo: dejar el brazalete electrónico sobre la nevera. Ella, por su parte, alega que el brazalete le causa laceraciones.
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Haciendo ese truco, aseguran las autoridades, ella logró involucrarse en un segundo delito en febrero de este año, el robo en la casa de Armando Benedetti Jimeno, padre del senador Armando Benedetti. Por ello fue capturada en abril y, de nuevo, recibió el beneficio de casa por cárcel. Beneficio que acaba de perder.
El robo al padre del senador Benedetti, Armando Benedetti Jimeno, fue organizado con el mismo modus operandi de 2015. La Diabla sedujo a los guardias para que sus compañeros de hurto ingresaran a la casa de Benedetti Jimeno, luego amordazó a dos empleados de Benedetti y los custodió para que no impidieran el robo y, finalmente, los delincuentes se llevaron $20 millones, una chequera y las tarjetas de crédito que se encontraban dentro de una caja fuerte.
La capturada fue presentada el pasado 22 de mayo ante el juez Séptimo Penal Municipal, quien por los continuos antecedentes de fugas decidió que la mujer debía ser traslada a un centro carcelario. Aunque la defensa de Muñoz Navarro intentó probar que ella no intentaba fugarse, el juez Maxlínder Pichón determinó que no se podía entender de otra manera lo que había hecho Muñoz Navarro.
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Por Redacción Judicial
