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A sus 93 años falleció el general en retiro Rafael Samudio Molina. Es recordado por haber sido ministro de Defensa entre 1986 y 1988, durante el gobierno de Virgilio Barco, y por haber comandado la retoma del Palacio de Justicia en noviembre de 1985, luego de que la guerrilla del M-19 tomara control del edificio y a los magistrados como rehenes.
Samudio Molina fue protagonista de esa operación militar y, aunque la Fiscalía intentó procesarlo, murió sin responder ante la justicia por los delitos de secuestro y desaparición forzada. En 2007, la entonces fiscal Ángela María Buitrago abrió una investigación en contra del general en retiro.
En 2009, Buitrago, la misma abogada que acaba de salir de la jefatura del Ministerio de Justicia por supuesta presiones indebidas de altos funcionarios del gobierno Petro, lo vinculó formalmente a la investigación penal en una investigación que, por primera vez en décadas, tocó a los altos mandos militares que participaron en la retoma.
Las decisiones de Buitrago, que incluyeron llamar ante la justicia a los generales Jesús Armando Arias Cabrales (condenado), Iván Ramírez, entre otros, cayó mal en el búnker. Para 2010, el entonces fiscal encargado, Guillermo Mendoza, le pidió la renuncia a Buitrago alegando incompetencia.
Desde ese momento, el caso cayó en el olvido, pese a que el ente investigador tenía pruebas de que esos altos mandos, incluyendo a Samudio, habían dado órdenes de trasladas a la Casa del Florero a sobrevivientes de la toma del Palacio que les parecían “sospechosos”.
Esas instrucciones, al parecer dadas por estos altos militares, llevaron a la desaparición de 11 personas. El proceso contra el general Samudio solo se reactivó en 2016, cuando la Fiscalía lo volvió a llamar a declarar, pero el caso nunca avanzó.
Según grabaciones en poder del ente investigador, durante el operativo de la retoma, Samudio Molina se identificó como alias “Paladín 6″. Aunque la Fiscalía le mostró esos audios, el general dijo no reconocer las voces de quienes participaron en el operativo y hasta el final de sus días juró su inocencia.
Luego de su participación en la retoma, el presidente Virgilio Barco lo llegó a su gobierno en el que permaneció dos años. Un cruce de posiciones con el entonces jefe de Estado lo dejó por fuera del cargo, luego de un ataque de las FARC que dejó ocho militares muertos.
Mientras el ministro de Defensa pidió a sus hombres “una ofensiva total, destruir al enemigo y eliminarlo”, el jefe supremo de las fuerzas militares lo desautorizó, pues el presidente creí que la respuesta a esa emboscada era evitar “que las opciones que se le ofrezcan al país se limiten a una estrategia de tierra arrasada o a la revisión política del Estado. Es el deber de una democracia buscar salidas civilistas”.
Samudió contestó: “Yo no sé de diálogos; sé que las fuerzas armadas van a responder con sus armas”. La diferencia entre posiciones lo sacó del cargo en el gobierno y no se supo mucho más del general hasta que la Fiscalía lo empezó a investigar por su papel en la retoma del Palacio de Justicia.
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