
Guillermo Cano fue director de El Espectador hasta su asesinato en diciembre de 1986.
Foto: Santiago Guevara
Guillermo Cano es un hombre delgado de mediana estatura, con cabello plateado y desordenado, frente amplia, piel gruesa afeitada a ras y unas gafas grandes de carey que le escurren hasta el borde de la nariz. Su espalda ancha y ligeramente encorvada refleja el paso del tiempo y el cansancio acumulado. Siempre luce impecable: un traje de diseño modesto, pero bien cortado, camisa blanca y pantalones templados sujetos por cargaderas.
A diario, Guillermo Cano recorre kilómetros por la amplia sede de El Espectador en la Avenida 68 de Bogotá. Con el...
Por Lucas Ospina*
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