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Los cuatro protagonistas del último giro conocido dentro de la historia de corrupción de Odebrecht en Colombia parecen no tener nada que ver. Sin embargo, sus hilos se han entrecruzado desde hace años, pues tienen un común denominador: el contrato que, en 2014, prometió la tan anhelada navegabilidad del río Magdalena. Las cabezas de esta nueva historia son: la multinacional brasileña, la familia Gerlein, la Contraloría y el FBI. Seis años después de que estallara el escándalo de corrupción que develó todo un entramado de coimas de la constructora para quedarse con millonarios contratos de infraestructura, esta semana revivió el caso de Navelena, del que poco o prácticamente nada se sabe.
(En contexto: ¿Recompensa por información de Odebrecht y magnates rusos? EE.UU pagará por ella)