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El presidente Gustavo Petro designó a Pedro Arnulfo Sánchez Suárez como nuevo ministro de Defensa Nacional, según lo establece el Decreto 0249 de 2025. Sánchez, oficial retirado de la Fuerza Aérea Colombiana, cuenta con una trayectoria de 35 años en la institución, donde alcanzó el grado de mayor general.
Su nombramiento, anunciado desde el 19 de febrero, se da en reemplazo de Iván Velásquez, quien presentó su renuncia irrevocable tras el polémico consejo de ministros del 4 de febrero. Sánchez asume el cargo en un contexto de crisis de seguridad y con múltiples desafíos pendientes. Actualmente, el Gobierno tiene sin cumplir 146 de los 195 compromisos en materia de seguridad y defensa. Además, la situación de orden público en regiones como Catatumbo, Cauca y Chocó sigue siendo crítica.
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El anuncio de su designación causó sorpresa y polémica, pues desde 1991 un oficial activo no ocupaba este cargo. El general Sánchez, de 52 años, ya había sido nombrado en enero como jefe de seguridad del presidente Petro y su familia. Su trayectoria incluye la conducción de la Operación Esperanza, en la que se logró el rescate de los hermanos Mucutuy tras 40 días perdidos en la selva amazónica luego de un accidente aéreo en 2023.
El perfil del nuevo ministro
Sánchez tiene una sólida formación académica. Es administrador de empresas de la Universidad EAN, especialista en Seguridad y Defensa Nacional de la Escuela Superior de Guerra y cuenta con dos maestrías: una en Pensamiento Estratégico y Prospectiva de la Universidad Externado de Colombia y otra en Estudios Estratégicos de la Air University de la Fuerza Aérea de Estados Unidos.
A lo largo de su carrera, ha comandado bases aéreas como las de Melgar y Rionegro, y estuvo al frente del Comando Conjunto de Operaciones Especiales de las Fuerzas Militares, con más de 4.000 hombres bajo su mando. Ha recibido reconocimientos como la Medalla al Valor y la Cruz de la Fuerza Aérea al Mérito Aeronáutico.
Los desafíos del nuevo ministro
Más allá de la polémica por su nombramiento, Sánchez tendrá que liderar la política de seguridad en un país que enfrenta múltiples desafíos. Entre sus principales retos están el fortalecimiento de las capacidades de las Fuerzas Militares y de la Policía, la mejora en el control territorial y el combate a grupos ilegales como el Clan del Golfo y las disidencias de las Farc.
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El exministro Iván Velásquez, en su informe de gestión, reconoció que uno de los principales desafíos es el “control efectivo del territorio”, en especial en regiones afectadas por el narcotráfico y la violencia. También alertó sobre el uso creciente de drones por parte de grupos armados para atacar a civiles y militares.
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