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Plagio de Piedad Córdoba buscaba que Pastrana creara diálogos con las Auc

Según el ente acusador, el sonado secuestro, ocurrido en 1999, fue ordenado por Carlos Castaño, y Salvatore Mancuso lo sabía.

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Diana Carolina Durán
03 de septiembre de 2012 - 11:56 p. m.
Salvatore Mancuso, extraditado en mayo de 2008 a EE.UU. / Archivo
Salvatore Mancuso, extraditado en mayo de 2008 a EE.UU. / Archivo
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Que era una especie de embajadora de la guerrilla; que con una mano saludaba a los miembros de las Farc mientras en la otra recibía dinero del Eln; que trataba con camaradería a los subversivos. Esas fueron las razones que Carlos Castaño Gil le dio a Piedad Córdoba para justificar su secuestro, ejecutado el 21 de mayo de 1999 en Medellín. Otra cosa, sin embargo, concluyó la Fiscalía al llamar a juicio al exjefe paramilitar Salvatore Mancuso por su responsabilidad en el rapto de la entonces senadora: fue, a todas luces, un plagio de carácter político.

Durante el cautiverio, contó la líder política en esa época, el propio Castaño le manifestó tener en su poder grabaciones de llamadas suyas, incluida una conversación con el comandante del Eln Francisco Galán. Según le contó a la Fiscalía Freddy Rendón Herrera, alias El Alemán, esas grabaciones reposaban en unos casetes entregados a Castaño por el exasesor del Ministerio de Defensa y exsubdirector del DAS José Miguel Narváez. Otros exjefes paramilitares como Diego Fernando Murillo Bejarano, alias Don Berna, han asegurado igualmente que Narváez fue “determinante” para que se produjera el secuestro.

La Fiscalía, no obstante, se inclinó por otra tesis: si bien Castaño pudo haber tenido una agenda personal a la hora de privar de la libertad a Córdoba, “el carácter del plagio tuvo un contenido político por encima de los intereses personales de Castaño”, según se lee en la providencia conocida por El Espectador. Y esa finalidad era la de presionar al gobierno de Andrés Pastrana —que para la fecha llevaba ya cinco meses de haber creado la zona de distensión para dialogar con las Farc— para que incluyera a las Autodefensas en la mesa de negociación. Y para que el sur de Bolívar, en ese entonces una región bajo el yugo paramilitar, no fuera despejado.

Tanto El Alemán como Mancuso han negado su participación en el secuestro de Córdoba. Pero la Fiscalía insiste en que sí tuvieron responsabilidad. A Rendón Herrera le dictó medida de aseguramiento en agosto de 2010 por este crimen y a Salvatore Mancuso lo acaba de llamar a juicio como coautor del delito de secuestro extorsivo agravado. De acuerdo con el ente, Mancuso supo de antemano que el secuestro se iba a realizar y no hizo nada para evitarlo. En respuesta, Mancuso ha sostenido que el plagio fue una orden de Castaño ejecutada por hombres del grupo sicarial ‘La Terraza’, al mando de Don Berna.

Mancuso Gómez aseguró que facilitó la libertad de Córdoba al encontrarse con una comisión enviada por el gobierno Pastrana, encabezada por el exministro Horacio Serpa, para discutir los detalles de tal liberación. Pero Serpa, quien también habló con la Fiscalía, declaró que “se hallaba presente en dicha reunión un señor bien presentado, con vestido, pantalón y camisa, portando una pistola al cinto, de quien supe era el señor Salvatore Mancuso, quien no intervino en el encuentro, pues ni siquiera se sentó a la mesa donde se llevaba a cabo”.

Por Diana Carolina Durán

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